El cierre del ciclo olímpico de la “reina” del BMX constituye todo un ejemplo para muchas generaciones de deportistas en nuestro país. La carismática competidora le dio a Colombia tres medallas (dos de oro y una de plata) en Juegos Olímpicos, una hazaña sin precedentes, así como una larga lista de campeonatos mundiales, continentales y nacionales. Se convirtió en un símbolo de esfuerzo y profesionalismo en cada prueba que disputó, siempre con una actitud proactiva y un optimismo que contagiaba. Superó varias lesiones y altibajos a lo largo de su carrera, volviendo siempre con más fuerza y ganas de seguir dándole alegrías a un país que la convirtió, de paso, en una de sus deportistas más queridas. A estos Juegos de París llegó con la mira puesta en subir al podio. Lo dio todo en las pruebas clasificatorias y logró un cupo a la semifinal, en donde no contó con suerte y quedó sin chance de disputar medalla. Sin embargo, como siempre, dejó el nombre del país en alto. Gracias.