Beatriz González es una artista colombiana que a través de sus obras ha buscado plasmar el contexto histórico y cultural de su país, desarrollando de forma pionera el arte pop latinoamericano.
Ayer cumplió 92 años, es considerada una de las más importantes artistas colombianas y ha dejado una huella en la historia del arte latinoamericano. Su obra, centrada en la historia política y social de Colombia, refleja tanto el sufrimiento como la resiliencia humana.
Ella será una de las voces del encuentro "Desafíos de la historia para el siglo XXI", en el marco del Festival Internacional de Historia (FIH), que se llevará a cabo el 29 y el 30 de noviembre en el Museo del Chicó.
Sus trabajos han sido expuestos en el MoMA de Nueva York, el Tate Modern de Londres, el Museo Reina Sofía de Madrid y en el Museo de Bellas Artes de Houston.
Paralelamente, Beatriz se ha dedicado a la promoción del arte y la pedagogía a través de la dirección de proyectos en instituciones como el Museo Nacional de Colombia, la Biblioteca Luis Ángel Arango o el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Desde allí, busca formar una mayor valoración de las exposiciones y la creación artística de la mano con el público.
Al igual que ella, participan en el Museo del Chicó destacados historiadores y líderes de la cultura, como Carl Henrik Langebaek, Elvira Cuervo de Jaramillo, Enrique Serrano, Maryluz Vallejo, María Margarita López, entre otros; así como reconocidos lideres de la opinión pública Carlos Roberto Pombo, Ricardo Silva Romero, Gabriel Silva Luján, Claudia Palacios, Jineth Bedoya, entre otros maravillosos expositores de las ramas del saber.
En entrevista con EL NUEVO SIGLO, González habló de su participación en el encuentro de historiadores, así como de su trayectoria, exposiciones y grandes desafíos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo es la vida de Beatriz González recién cumplidos los 92 años?
BEATRIZ GONZÁLEZ: Muy ocupada, porque actualmente tengo varias muestras vigentes en varios países. Por ejemplo, tengo una exposición en el Museo Nacional de Arte de Ámsterdam (Holanda), otra en la Tate Modern de Londres, también en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) llamada “Guerra y paz: una poética del gesto”. Además, en el aeropuerto de Buenos aires y otra muestra en Brasil. A estas alturas de la vida uno está acostumbrado a eso, a hacerse amiga del tiempo, a ir de un lugar a otro y poder cumplir con todo. Debemos ir a esas ciudades que ya mencionamos y ver que las obras estén bien puestas, en Holanda estuvo fantástica, allá mis obras tienen buena conexión.
ENS: Usted suma más de seis décadas dedicadas al arte, ¿siente que le hace falta algo más por hacer?
BG: No lo creo, porque el tiempo avanza y siento que he hecho bastante. Digo que la vida es como un reloj que va marcando todo lo que uno puede hacer en cada sitio. De todas maneras, tengo calma para celebrar mis exposiciones, porque gracias a Dios siempre hay un movimiento casi continuo de mis obras. Realmente al transcurrir el tiempo uno se da cuenta de cómo pasa de rápido la vida, entonces lo que yo pienso ahora es cómo va a ser el final. Lo más valioso es saber que la pintura es una faceta que hay que ver cómo se maneja para el servicio de los demás.
ENS: ¿De qué va hablar en el encuentro "Desafíos de la historia para el siglo XXI"?
BG: Es un encuentro de historiadores y gestores culturales. Con tantos viajes no he podido revisar la agenda, pero se hace con el fin de ofrecerla a la ciudad un espacio de encuentro para los amantes de la historia.
ENS: ¿Qué opina usted del uso de la inteligencia artificial en el arte?
BG: Es parte de la relación entre ciencia y arte y es muy importante, pero debe ser usada con mucho cuidado, para no mezclar tanto los géneros, para respetar una y otra cosa, de manera que me parece importante establecer que las obras tengan visibilidad.
ENS: Según su perspectiva, ¿cómo ha evolucionado la historia del arte en Colombia?
BG: El camino del arte en el país se ha ampliado bastante, a uno lo afectó mucho, pero de todas maneras han sido necesarios todos los cambios. Creo que el arte en el país ha evolucionado bastante. A mi manera de ver, Colombia ha logrado capotear toda esa invasión de otros géneros del arte, por eso es importante estar alerta, creo que la nación se ha portado muy bien en ese sentido. Como artista me he dedicado a examinar con una mirada incisiva la historia y la memoria de Colombia y lo he expuesto en el lienzo.
ENS: ¿Cómo logra abordar su crítica social por la violencia del país y plasmarla en sus pinturas?
BG: Es un poco para alertar sobre los temas que nos afectan. Además de eso, uno está acostumbrado a que el arte cambia muchísimo y puede cambiar de sentido, pero lo importante es cómo acomodarse en este camino.
ENS: ¿Actualmente qué es lo que más le gusta pintar?
GB: De todo. Me gusta mucho mi oficio de plasmar en pintura lo que veo y siento. Me parece que a eso uno puede sacarle mucho partido, porque no se limita a pintar una sola cosa o un solo tema. En mi caso, me gusta pintar de todo.