La vida de los trabajadores, empresas, y del mercado laboral en general está cambiando de una forma acelerada.

El teletrabajo, hasta hace unos meses, solo era contemplado por las empresas como una ligera alternativa para que los empleados que por enfermedad o alguna circunstancia no podían hacer presencia en la oficina, laboraran desde la casa.

Hace dos años, de acuerdo con el Cuarto Estudio de Penetración del Teletrabajo en Empresas Colombianas, realizado por la Corporación Colombia Digital y el Centro Nacional de Consultoría, en el país había solo 122.000 trabajadores bajo esta modalidad.

El Ministerio de las Tecnologías de la Información y de las Telecomunicaciones (TIC) destacó, entonces, que en seis años se había aumentado por cuatro el número de teletrabajadores en el país, pasando de 31.553 en el 2012 a 122.278. Además, se había triplicado el número de empresas que implementaban esta modalidad, al pasar de 4.292 a 12.912 en el mismo periodo.

Estas cifras sin duda han aumentado de manera sustancial en los últimos dos meses tras la pandemia de coronavirus y el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno para contrarrestar la propagación de la enfermedad.

Para el director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, Iván Jaramillo, el teletrabajo o trabajo en casa “llegó para quedarse por una razón básica: se ha probado que esta modalidad representa una reducción de costos”.

Para el experto, la realidad ha obligado a las empresas a modificar su modelo organizacional. “El tema de la pandemia desafortunadamente no se va a solucionar en dos o tres meses. Seguramente, las políticas de distanciamiento social se van a mantener más allá del término de la emergencia económica. Y las empresas van a tener que readaptar su modelo organizacional en las instalaciones físicas”, sostuvo.

Jaramillo afirmó que esta modalidad laboral puede ser muy beneficiosa para ciertos grupos de personas como la población con discapacidad. Así mismo, para quienes trabajan y estudian al tiempo.

Señaló que es clave establecer una reglamentación para garantizar los derechos de los trabajadores que trabajan desde sus hogares. En ese sentido, afirmó que debe regularse el “derecho a la desconexión”. “En estos trabajos hay unos contextos de hiperconexión que superan ampliamente los límites del tiempo de trabajo y la gobernabilidad de los trabajadores”, dijo.

Para el académico es necesario que haya “un equilibrio entre vida laboral y vida familiar porque en estos contextos, esas fronteras entre el trabajo y la vida personal se pueden diluir”.

Agregó que es importante que se incluyan normas relativas a la ciberseguridad porque el “trabajador pone su propio computador, expone su información”.

Remarcó la necesidad de que se “regulen los temas de economía del cuidado en estos contextos” porque los trabajadores, especialmente mujeres, que realizan labores del hogar y del cuidado tienen una jornada más extensa.

 “Para grupos específicos de trabajadores puede ser beneficioso, pero insisto en la necesidad de intervención para garantizar las fronteras de la vida personal, la vida laboral y el reconocimiento del cuidado no remunerado”, subrayó.

En una columna publicada en EL NUEVO SIGLO en días pasados el rector del CESA, Henry Bradford, destacó los retos que implica para los líderes implementar el trabajo en casa, en especial para quienes “sienten que esta forma de laborar los llevará inevitablemente a perder el control de sus empleados y a disminuir la productividad de sus empresas”.

De acuerdo con Bradford, “la realidad es que numerosos estudios demuestran que el trabajo remoto puede ser más productivo y menos desgastante. En una encuesta realizada hace unos días por Valemas a empresarios de Colombia, el 76% respondió que desde que se instauró la cuarentena y el teletrabajo, la productividad de sus empresas ha mejorado o, como mínimo, se ha mantenido. Así mismo, según datos revelados por NordVPN, desde que empezó el trabajo en casa por el coronavirus, los trabajadores de algunos países han extendido su jornada laboral hasta en un 40%”.

“Esta nueva realidad se convertirá en una norma y debemos adaptarnos rápidamente para no perder la continuidad del negocio, así como tampoco la competitividad y la productividad. Las organizaciones que prosperarán serán aquellas cuyos líderes hayan aprendido las lecciones que hasta el momento ha dejado la pandemia, particularmente en lo referente al nuevo esquema de relacionamiento que deben tener con sus grupos de interés, particularmente con sus empleados, proveedores y clientes”, sostuvo.

Regulación

El Ministerio de Trabajo ha expedido varias circulares durante estos meses, a través de las cuales se fomenta el trabajo en casa y el teletrabajo.

El jefe de la cartera laboral, Ángel Custodio Cabrera, señaló que frente al trabajo en casa es necesario un acuerdo entre el empleador y su trabajador, con el fin de ajustar posibles diferencias.

El Ministro indicó que también es importante caracterizar el tipo de funcionarios y priorizar a las personas que presenten casos especiales. Me explico: algunas personas tienen enfermedades crónicas, diabetes, cardiovasculares, compresiones arteriales, mujeres en embarazo, mayores de 60 años y las demás que, en las diferentes circulares, hemos venido diciendo”, sostuvo.

Cabrera puso de presente que en este modelo de trabajo en casa se requiere concertación sobre el respeto a la jornada laboral y los espacios personales del empleado con su familia.