Vea cómo ha cambiado la forma de comunicarse con los hijos | El Nuevo Siglo
Es fundamental empezar a trabajar esta habilidad desde edades tempranas. / Foto Forma Infancia European School
Viernes, 9 de Agosto de 2024
Redacción Cultura

Comunicarse con los niños es cada vez más un reto. En la actualidad se necesita hacerlo bien, con palabras bonitas, sin perder la autoridad, y para ello es necesario practicar la comunicación asertiva, una habilidad personal e interpersonal de hablar firme y honestamente, pero sin llegar a herir o atacar los sentimientos del otro; poder verbalizar de manera adecuada y puntual los sentimientos y pensamientos tanto negativos como positivos sin hostilidad.

¿Cuántos dolores de cabeza y malos entendidos se ahorrarían los padres si eligieran la forma, las palabras, el lugar y las emociones adecuadas para tener una sana conversación? Esto es lo que hace la asertividad por los hijos.

Es innegable el poder de la comunicación para el desarrollo humano. El lenguaje ha sido la herramienta empleada para crear imperios, civilizaciones, permitir avances de todo tipo y, en general, todo lo que hoy en día conocemos, ha sido gracias a la existencia de la palabra.

Sin embargo, a la hora de hablar con los hijos, las emociones influyen ciento por ciento y en ocasiones de una manera negativa, donde terminamos más distanciados que unidos ante lo que podría haber sido una conversación tranquila. Y es así como la asertividad se deja guardada en el bonito baúl de los recuerdos.

EL NUEVO SIGLO consultó a Cecilia Zuleta, psicóloga infantil, para profundizar aún más en el término y conocer los alcances de esta metodología, que cada vez más está siendo tendencias entre los padres.

Zuleta expone que los niños piensan en imágenes, entonces lo recomendable es hablarles en el mismo lenguaje.

“Es más eficiente decirles qué esperas de ellos en vez de decir que no deben hacer esto o aquello, porque si tú le dices a una persona ‘no piense en un elefante blanco', lo primero que se le pasa por la mente es un elefante blanco. Entonces, cuando le dices a un niño 'deja la puerta abierta', es mejor que decirle 'no cierres la puerta'. Por ejemplo, tú le dices a un niño 'no brinques, no brinques, no brinques', él oye que brinque. Lo que tienes que decirle es que, en lugar de brincar, camine, porque no se trata de que le hables con amor, es utilizar un lenguaje asertivo cuando se tiene que dar un comando”, refiere la experta.

Entendiendo a Zuleta, la idea es no decirle que no directamente, porque el cerebro va a entender más rápido y puede ejecutar más fácilmente. De acuerdo con la psicóloga, esto pasa en todas las edades, pero en la primera infancia hay momentos en que es necesario decir que no haga algo, pero acompañado por opciones.

“El cerebro es binario, es muy difícil cumplir una orden negativa, porque tiene que cumplir una necesidad, puede ser de llorar, patalear, brincar, pero obviamente no se trata de no poner límites; se trata todo lo contrario, de poner límites de manera asertiva, de manera amorosa y de manera respetuosa”, dice.

Otra de las metodologías en este tipo de comunicación es poder hablarles sobre las acciones, por ejemplo: “te voy a cambiar el pañal, te voy a acostar, tienes que bañarte", porque le empiezas a contar lo que estás haciendo con ellos, para que luego tú puedas empezar más adelante a pedir cosas, pero cuando ya empiezan a ejecutar, por ejemplo, el bebé que empieza a gatear ya puede entenderlos límites que eso implica para cuidarlo y que no corra peligro.

Beneficios

¿Por qué usar la comunicación asertiva con los niños? Estos son algunos de los beneficios de hablar con más asertividad a los más pequeños de la casa:

-Reduce la tensión que se genera normalmente por el día a día en la convivencia familiar

-Influye positivamente en otros ambientes externos al seno familiar, como lo es el colegio o con desconocidos

-Genera un ambiente de confianza, armonía y estabilidad emocional

-Mejora su autoestima

-Aumenta su confianza

-Mejora habilidades comunicativas, sociales y personales

-Se vuelve más hábil en tomar decisiones

De esta manera, hay cinco claves para que funcione la comunicación asertiva en casa:

  1. Respeto hacia los niños y hacia los padres

Es imposible una comunicación asertiva sin antes existir respeto. No se puede tolerar ninguna falta del mismo, por eso es crucial enseñarle al hijo que puede y debe decirlo todo con respeto y de buena manera. Pero, como todo es ejemplo, también usted como papá o mamá debe ser el primero en respetar.

2. Hablar sin reproches

Si quiere hablar con su hijo sobre su comportamiento, seguramente estará predispuesto a que la conversación en algún punto llevará un regaño, reproche o reclamo de su parte; por ello, que su actitud y palabras sean positivas.

Por ejemplo, su pequeño está haciendo mucho ruido mientras juega. En vez de decirle NO como primer sonido, le puede decir: ¿Cariño, puedo pedirte un favor? ¿Podrías jugar con el ruido un poco más bajo, me duele la cabeza?

Si su lenguaje corporal es coherente con la tranquilidad y buena actitud que verbalmente está expresando, su hijo lo tomará de buena manera y será más fácil que haga caso o por lo menos que lo intente.

  1. Revise sus propias emociones

Sin duda, las emociones se anteponen a las palabras y si está de buen genio, todo lo que diga sonará y será de ese modo, lo mismo si está aburrida, cansada o de mal humor. Por ello la importancia de aprender a conocerse a sí mismo y autorregular las emociones y comportamientos

4. Aprendamos a escuchar

Esta es la parte que más cuesta entender: escuchar. Pero escuchar de verdad, con interés en comprender lo que el otro quiere expresar y cómo se siente, lo cual hacer parte imprescindible de una comunicación asertiva.

5. Sea ejemplo de lo que habla  

La asertividad también tiene un componente de coherencia con lo que usted habla, ¡aplica lo que predicas! Por ejemplo, usted le dice a su hijo: "¡No grites! ¿Cuántas veces tengo que decir que no tienes que gritar'", pero se lo dice gritando.

¿Qué cree que le está diciendo realmente? ¿Que deje de gritar como una orden irrefutable? ¿O que debe subir el volumen de su voz para escucharse por encima de todos, como lo ha hecho usted?

Recuerde, no es necesario hablar todo el tiempo ni cada segundo, como tampoco forzar la comunicación. Hay muchos momentos en el día en los que puede aprovechar para entrar a su espacio y tener una divertida plática.