Conozca los efectos del “guayabo” en la salud y cómo evitarlos | El Nuevo Siglo
Para lidiar con esta sensación es importante recomienda beber mucha agua antes de acostarse y cuando esté tomando, así no tendrá una deshidratación, uno de los síntomas más frecuentes.
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Jueves, 17 de Febrero de 2022
Redacción Cultura

El consumo de bebidas alcohólicas en exceso produce lo que se conoce como resaca o guayabo, un conjunto de síntomas desagradables ya que el alcohol se convierte en un compuesto tóxico que manifiesta sus efectos a la mañana siguiente. Algunos de los síntomas pueden ser dolor de cabeza, sed y malestar general.

Para conocer qué pasa en el cuerpo cuando se experimenta la sensación de guayabo, Camilo Jiménez, médico toxicólogo adscrito a Colsanitas, explica lo que se desencadena en el cuerpo después del exceso de copas y cuáles son algunos de los efectos en el organismo.

  1. El alcohol irrita el revestimiento del estómago, esto hace que se produzca ácido clorhídrico en exceso, lo que puede generar náuseas, vómito y acidez.
  2. El alcohol interfiere en la liberación de la hormona antidiurética o vasopresina, la cual es fundamental para retener líquidos. Esta es la razón por la que se aumenta la intensidad y frecuencia para orinar, lo que provoca deshidratación.
  3. La deshidratación, a su vez, ocasiona que el líquido cefalorraquídeo pierda presión dentro del cráneo. La pérdida de presión de este líquido, que protege al sistema nervioso de los movimientos bruscos, hace que el cerebro quede sin amortiguación, por lo que cualquier actividad puede ocasionar dolor de cabeza.  
  4. Se disminuyen los niveles de azúcar en la sangre, debido a que el hígado se tiene que encargar de metabolizar el alcohol y deja de hacerlo con la glucosa. Esto ocasiona fatiga y debilidad.
  5. Durante la metabolización del alcohol se genera acetaldehído, un compuesto tóxico que, si el cuerpo no logra librarse de él de manera adecuada, puede generar taquicardia y sensación de ahogo.
  6. Por la intoxicación el sistema inmunitario genera inflamación sobre el hígado, el páncreas y otros órganos. Esto causa el malestar general que se manifiesta con dificultad para concentrarse, disminución del apetito y problemas de memoria.


Si bien no existe una cura para el guayabo, para disminuir la concentración del alcohol en la sangre y combatir la deshidratación, se recomienda beber mucha agua antes de acostarse. Así como también es una solución beber con moderación.

En este sentido, Variel Sánchez y Julio Correal hablaron sobre el tema con Alberto Casas, Angélica Blandón, Andrés Juan, Juan Gossaín y algunos de los empresarios de los lugares de rumba más tradicionales de la capital del país en un nuevo capítulo de la serie web “WikiTragos: manual del buen beber”. Y de allí le contamos algunas de las conclusiones y recomendaciones más destacadas:

  • Saber tomar es hidratarse y bailar mucho: a la hora de tomarse unos buenos tragos y disfrutar el momento, la hidratación con agua y un buen ambiente para bailar hasta que se canse son clave para pasarla bien, aquí cualquier tipo de música es válida. Para Julio Correal la de los años ochenta es la indicada.
  • Aprender a tomar es saber que la principal responsabilidad es suya, porque si la embarra, no hay excusas: la anécdota que comparte Angélica Blandón en el tercer capítulo es una invitación a tomar las decisiones correctas. Los buenos tragos son los justos y cuando ha tomado, definitivamente, es mejor entregar las llaves.
  • Saber tomar es cumplir con las cuatro C: calidad, constancia, calma y comer: cuánta sabiduría en una sola frase y cuatro claves muy sencillas; asegurarse de que el licor que va a consumir tiene todos los sellos que certifican su legalidad, no combine tragos y mejor manténgase fiel al que le gusta, tome con calma, que nadie lo persigue, y cómase su plato favorito para ayudar a su organismo a digerir mejor el alcohol.
  • Saber tomar es no manejar bajo los efectos del alcohol: nunca, bajo ninguna circunstancia, conduzca ningún tipo de vehículo cuando haya consumido licor. Es mejor tomar un taxi o pedir un conductor elegido por su bien y el de todos.