¿Cuánto podremos sobrevivir en el planeta? | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Marzo de 2015

Para el año 2050se calcula la población mundial en un total de nueve mil quinientos millones de habitantes. El suministro de agua será un gran problema

Por Álvaro E. Sánchez Herrera

Especial para EL NUEVO SIGLO

En estos días se conoció la noticia de las declaraciones del doctor Stephen Hawking quien manifiesta que “si los seres humanos no logramos ir a habitar otros planetas en los próximos 200 años, estaremos condenados a extinguirnos”. Aduce para ello que existen dos grandes posibilidades de llegar a este apocalíptico final: de un lado, el cambio climático y la contaminación y extinción de nuestras materias primas vitales; y de otro, la posibilidad de una colisión con algún asteroide de gran tamaño. Yo agregaría  la no remota posibilidad de que la estupidez humana logre desatar una guerra nuclear con lo cual aceleraría a fondo la cuenta regresiva.

Pues bien en mi concepto y como lo manifesté en éstas líneas en días pasados, el profesor Hawking no solo tiene razón sino que puede haberse quedado corto en sus apreciaciones, pues el panorama podría aún ser peor.

El ser humano requiere de algunos elementos básicos para poder sobrevivir en este planeta y está acabando con todos y cada uno de ellos a un ritmo mucho mayor del que puede llegar a soportar. De igual forma está sobrepasando en otros aspectos su propia capacidad de resilencia, con lo cual se está suicidando en forma lenta y de manera colectiva. Veamos algunos de estos aspectos.

•      El agua: sería innecesario repetir que esta es esencial para la supervivencia del ser humano. Sin este líquido es prácticamente imposible pensar en que se pueda sobrevivir en el planeta;no se puede perder de vista que tanto el  aire como el agua son estables sobre la tierra y que el costo de fabricar ese precioso líquido en laboratorio es hoy por hoy impagable, sin tener en cuenta la complicación de utilizar el oxígeno en este menester. Para el año de 1950 existían alrededor de dos mil quinientos  millones de habitantes sobre la tierra, cifra que casi se había triplicado al 2005, llegando a seis mil trecientos millones de habitantes. Si se tiene en cuenta que para 2050 se calcula la población mundial en un total de nueve mil quinientos millones de habitantes, se puede colegir que para ese año, en el mejor de los escenarios, cada habitante tendría acceso al 26% del agua que tenía cada persona en 1950. Y ello sin tener en cuenta el deterioro y la pérdida de parte del  recurso. Si esto se tuviera en cuenta, es posible que solo alcanzara para llegar al 18% del recurso por habitante.

 

•      El oxígeno.Tal como en el caso del agua, el oxígeno es estable sobre la tierra, hoy por hoy oscila en el planeta entre un 12,8% y un 19,8%, hablando claro está de oxígeno libre en el aire, es decir el oxígeno que se respira; el promedio en centros poblados es de

15,9%. Si el ser humano lograra elevar los niveles por encima del 25% no solo quemaría los pulmones, sino que tendría incendios espontáneos e incontrolables que arrasarían el planeta. Si, por el contrario, los niveles bajaran de 12,5%, los daños al cerebro humano serían desastrosos y el hombre perdería su capacidad de pensar, lo que conllevaría necesariamente su extinción como especie en el planeta. La producción de oxígeno libre está directamente ligada a la cobertura vegetal del planeta y se debe tener en cuenta que entre el descubrimiento de América y hoy se ha deforestado el 50% de la cobertura boscosa del planeta. De seguir así la cobertura vegetal sería insuficiente para la producción de oxígeno en aproximadamente 180 o 200 años. Es importante anotar que de dicha cobertura también depende la captura natural del gas carbónico y que de este depende en gran parte el calentamiento global.

 

•      Los alimentos.La porción planetaria cultivable, bien manejada y con técnicas modernas, cubriría el 137% de las necesidades alimentarias de hoy. Claro está que su distribución deja mucho que desear, pero perfectamente alcanzaría; para 2050, el cubrimiento sería del 0,90% y esto obligaría a la población a recurrir a los mares para buscar su sustento; éstos están calentándose y la pesca se ha desplazado a aguas profundas que dificultan su utilización. Los cultivos orgánicos, tan de moda entre los ambientalistas y naturistas, tienen una productividad de entre un 18% y un 24% de la de los cultivos no orgánicos, sin embargo su proliferación disminuye la capacidad de producción de alimentos y condena al hambre a una parte importante de la población. Deberíamos cuestionarnos desde el punto de vista ético si el consumir productos orgánicos tiene o no sentido con relación a la supervivencia.

 

•      Las materias primas. Habríamos de hacer una diferencia entre las materias primas renovables y las no renovables. En el caso de las primeras estamos sobrepasando el punto de resilencia y, por lo tanto, estamos terminando con especies que garantizan el suministro de medicinas indispensables para el ser humano. En cuanto a las no renovables, podríamos decir que sin ellas se puede vivir pero que, en todo caso, se dificultaría adaptar al ser humano a regresar en el tiempo a edades prehistóricas por falta de suministros. Claro que éste límite es mucho más lejano en el tiempo.

 

Estamos en mora de comenzar a concientizar a la población mundial de estas realidades y de poner en marcha un cambio en los comportamientos de los seres humanos para permitir alargar en algo el periodo de vida del género humano sobre el planeta.

*alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255