Descubra los beneficios del optimismo como estilo de vida | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 26 de Febrero de 2020

CON FRECUENCIA nos enfrentamos a situaciones de presión que nos llevan al límite, incluso pueden afectar la salud de nuestro organismo. Para ello, nos preguntamos qué posición debemos tomar para resolverlo y si frente a estas circunstancias somos optimistas o pesimistas.

Los estudios revelan que el optimismo es la mejor manera de enfrentar las adversidades e incluso, es bueno para la salud cardíaca. El Dr. Stephen Kopecky, cardiólogo especialista de Mayo Clinic, coincide con esta afirmación y anota que los sentimientos negativos que ocurren a consecuencia de demasiado estrés pueden afectar el funcionamiento del organismo.

“El poder del pensamiento positivo es una de las mejores ayudas, generalmente olvidamos que hay tratamientos que podemos hacer nosotros mismos para ayudarnos”, dice el Dr. Kopecky.

Para lograr incluir una actitud positiva como parte del cuidado de la salud, Kopecky ofrece algunas sugerencias respecto a cómo ser optimista y reducir el riesgo de algunas enfermedades relacionadas con el corazón.

Lo primero es evitar las situaciones de estrés, cuando alguien sufre mucho de esta enfermedad, una de las más comunes del siglo XXI, disminuye el flujo sanguíneo al corazón. “La adrenalina es la respuesta natural frente al estrés, es conocida como la ‘lucha o huida’, en la que uno ve algo que lo pone en peligro y decide luchar o huir, lo cual implica a enfrentarse a más estrés.”, explica el Dr. Kopecky.

Uno puede cambiar las reacciones de su cuerpo, sin embargo, en el ajetreado mundo de hoy el estrés parece no tener fin y conduce a las personas a un estado constante de negatividad. Las personas, al ser más optimistas y reducir los focos que lo generan, pueden disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y digestivas.

La solución es muy simple, antes de irse a dormir o al despertarse propóngase a pensar en tres cosas que sean gratas para usted y que le brinden felicidad. Por ejemplo, si a su hijo le fue bien en el colegio, si se encontró con un viejo amigo de la niñez, si superó su meta en tiempo al trotar esa mañana, cosas por el estilo.

Otra recomendación es aprender a reconocer sus sentimientos y aceptarlos de la forma en que vengan, ser optimista no es estar feliz todo el tiempo, es armonizar los sentimientos tanto positivos como negativos y así, adaptarse para continuar. Puedes intentar escribir los momentos que te causen más frustración o rabia; encontrar una forma de exteriorizarlos te hará sentir mejor.

Según algunos estudios recientes, practicar ser optimista y agradecido durante 5 años mostró en 7.000 pacientes una reducción en el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte súbita. ¡Anímate y comienza a practicar tu optimismo desde ahora!