Por: Daniela Díaz Vargas
Enviada especial EL NUEVO SIGLO
CÁLIDA, COLORIDA, histórica, cultural, bella y amigable son algunos de los adjetivos con los que se podría describir a Antioquia. Sin embargo, las palabras se quedarían cortas para hablar de los tesoros que posee.
Con tres municipios declarados Patrimonio Cultural, este departamento se destaca por maravillar a quien lo visita, tanto que el turista termina con ganas de quedarse o de volver.
En un recorrido de cinco días, EL NUEVO SIGLO visitó parte del suroeste antioqueño para descubrir las diferentes opciones de turismo que hay, en los que se destaca el religioso, cultural, ambiental, histórico, entre otros.
Jardín
Uno de los tres pueblos declarados Patrimonio Cultural de este departamento, es un lugar que a simple vista enamora por sus calles coloridas, la pureza de su aire y la calidez de su gente.
Muchas de sus edificaciones están construidas sobre piedra que simboliza fortaleza y en madera que representa el calor humano, estas características podrían definir la esencia del jardineño como una persona fuerte y cálida.
Avistamiento de aves
Uno de los lugares imperdibles de visitar es el santuario del gallito de roca, un sitio perfecto para el avistamiento de esta particular ave.
Es nombrada así por la forma de su cresta y su comportamiento de competencia similar a la de los gallos. Este ejemplar hace sus nidos cerca de los ríos para que se mantengan húmedos y no se resquebraje.
El gallito de roca es el ave nacional de Perú. No obstante, para Antioquia también tiene un gran significado. De hecho, este santuario es uno de los pocos lugares en el mundo donde se pueden observar de manera muy cercana al ave. Se estima que estos animales llegaron a Jardín aproximadamente en el año 2000, luego de la recuperación del bosque ribereño de la quebrada Volcanes. Jardín tiene más de 400 especies de aves para avistar.
Basílica de la Inmaculada Concepción
Dentro del turismo religioso que ofrece este colorido municipio está la visita a la Basílica de la Inmaculada Concepción. Fue construida entre 1918 y 1942, está hecha de piedra labrada.
El Jardín que florece
Este pueblito paisa es considerado uno de los más bonitos de Colombia, por sus enormes montañas y maravillosas cascadas. Este ‘Jardín’ florece en cada esquina del municipio, pues las calles tienen el nombre de una flor. Por ejemplo, está la carrera 8. ª con Azucenas.
Heroínas del planeta Tierra
Otra de las experiencias que debe vivir quien visita Jardín es la de conocer y compartir con uno de los seres esenciales para la vida, las abejas.
Con trajes de protección, en Miel Jardín se podrá ser apicultor por un día, aprendiendo sobre estos polinizadores.
“Este proyecto nace de la necesidad de hacer algo por las abejas, por la falta de desconocimiento, que en parte las tiene en peligro de desaparecer y quizás una de las formas de crear conciencia es que la gente se meta en los zapatos de un apicultor”, señaló Anderson Rojas, dueño de Miel del Jardín.
Jericó
A unas pocas horas de distancia de Jardín está Jericó, otro pueblo declarado como Patrimonio Cultural de la Nación. Este sitio está rodeado de imponentes montañas y paisajes de ensueño. Uno de los encantos de este municipio es que conserva aún la mayoría de sus tradiciones campesinas, como lo es la elaboración y porte de los carrieles paisas. Una herencia cultural que ha trascendido por varias generaciones.
En la Guarnielería de Darío Agudelo se han encargado de rescatar el carriel Sanpedreño. Con su empresa familiar, que lleva tres generaciones, han logrado mantener vivo el oficio de la fabricación de estas carteras. Estos talleres existen en Jericó desde hace aproximadamente 150 años.
“Esta tradición inicia desde la herrería. El arriero en sus grandes travesías necesitaba una bolsa en donde guardar las diferentes cosas y que no se juntarán una con otra porque llevaban varios objetos como pinzas, clavos, cuchillas de afeitar, etcétera…, ante esta necesidad se crea el guarniel o carriel paisa”, cuenta Juan García, maestro artesano.
“Esta tradición inicia desde la herrería. El arriero en sus grandes travesías necesitaba una bolsa en donde guardar las diferentes cosas y que no se juntarán una con otra porque llevaban varios objetos como pinzas, clavos, cuchillas de afeitar, etcétera…, ante esta necesidad se crea el guarniel o carriel paisa”, cuenta Juan García, maestro artesano.
Por otro lado, este pueblo también conserva una arquitectura tradicional como lo son las casas coloniales que se ven por todos lados. El municipio posee varios templos, entre ellos la Catedral de la Diócesis de Jericó y el Santuario del Inmaculado Corazón de María son los más visitados por los turistas.
Para los amantes de la naturaleza y las vistas panorámicas, hay destinos como el morro El Salvador y el Jardín Botánico.
Támesis
Es el hogar del organal más grande de Colombia, alimentado por el Río San Antonio. Está ubicado en la subregión Suroeste, a 111 kilómetros de Medellín. Este municipio ofrece una gran variedad turística en aventura, naturaleza, bienestar y cultura.
Uno de sus mayores atractivos se encuentra en la ruta de los petroglifos con más de 1.500 obras talladas a mano, pero este tipo de arte rupestre tiene algo diferente que lo hace único, lo primero es que se debe subir una meseta de 50 metros y esperar a que caiga la noche porque solo con la luz adecuada se pueden ver.
Apreciar este tipo de arte no solo es la recompensa por subir, sino que adicional, se puede apreciar un cielo lleno de estrellas y si se tiene suerte hasta una estrella fugaz.
Una combinación de actividades y destinos hacen que Antioquia sea mágica, atractiva, única y especial para los ojos de quien la visita.
Un agradecimiento especial a Anato, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Fontur y la Gobernación de Antioquia por la invitación a seguir descubriendo el país de la belleza.