Gamboa: cada escritor debe inventar su literatura | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 6 de Mayo de 2019
Este reconocido periodista y escritor bogotano dialogó con EL NUEVO SIGLO sobre su vocación literaria. “Publicar un libro era para nosotros como subir de rodillas el Himalaya”, dijo

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EL NUEVO SIGLO: La inspiración no existe, escribir es un asunto de terquedad (…)” dice Mario Vargas Llosa, ¿qué opinión tiene de esta afirmación?

SANTIAGO GAMBOA: La literatura es extraña porque no es como otras actividades de la vida en las que la antigüedad te va dando pericia, manejo y que te permite hacer que las cosas con el tiempo sean más fáciles. En mi experiencia personal cada libro se escribe de un modo diferente. Cada libro tiene su forma de ser escrito entonces uno aprende a escribir ese libro en particular. Esa experiencia, una vez que termino una novela, ya no me sirve para el libro siguiente, porque ese nuevo mundo responde a otras coordenadas y a otras necesidades.

ENS: Usted es especialmente habilidoso a la hora de crear personajes, ¿cómo ha logrado dotarlos de matices tan creíbles?

SG: Escribir es pensar en lo que uno va a escribir y la experiencia de un escritor no necesariamente le sirve a otro. Cada escritor es el primero porque debe aprender a inventarse su literatura. La literatura de los demás ya está inventada, la de uno no. Por eso la narrativa que me interesa es de personajes inclusive más que la de argumentos o tramas. Me interesa encontrar a un personaje que me cuente una historia y para eso he construido una forma de narrar que se basa en escucharlos y conocerlos para luego dotarlos de vida.

ENS: ¿Hubo algún punto de su vida en donde pensó que no lograría ser escritor?

SG: Cuando era joven y caminaba todo el día por las calles de Bogotá con Mario Mendoza la idea de publicar un libro era para nosotros como subir de rodillas el Himalaya, era algo que estaba muy por fuera de las posibilidades. Después de escribir mi primer libro acontece un primer éxito, luego uno lo lleva a editoriales y obviamente las primeras veces te rechazan y te sacan a patadas, pero a todos nos ha pasado eso.

El buen escritor progresa de fracaso en fracaso a pesar de que eso no sea cómodo. Por esa razón, el que va progresando de fracaso en fracaso acaba por imponerse. Tal como decía el escritor español Camilo José Cela: “Aquí el que gana es el que resiste”.

ENS: ¿Qué experiencias le permitieron encontrar su propia voz narrativa?

SG: Uno es el resultado de muchas cosas. Uno no se inventa un estilo, mi propia voz va naciendo de mi modelo de escritura y de lectura, de la música que me gusta, del cine que me apasiona, de la relación con los demás y del concepto de amor o amistad que tengo. El estilo corresponde al tipo de libro que a uno le gustaría leer y por eso uno intenta escribirlo. Esta creación debe tener ecos de ciertas literaturas que me interesan, deben contar las cosas de cierta manera y algunos personajes deben sufrir experiencias particulares que tengan que ver conmigo.

ENS: ¿Su literatura es autobiográfica o hace parte de la ficción?

SG: Escribir es escuchar a esos personajes que yo quiero que me cuenten su vida. Esos personajes tienen cosas que me gustan, pero también cosas que aborrezco. Yo me reconozco en todos los personajes que he hecho, incluso en los más despreciables. Lo autobiográfico es el baúl de útiles del escritor donde se encuentra no solo lo que ha vivido sino lo que ha leído. La vida de los que leemos se ensancha, va a través de la historia, va al futuro, al pasado y nos cambia de biografía permanentemente.

ENS: ¿Cómo fue la transición de la literatura hacia el periodismo?

SG: Empecé publicando mis artículos en EL NUEVO SIGLO con Mario Mendoza cuando me encontraba en París. Inicié la escritura de mi primera novela en ese viaje e intenté inventarme una vida de nuevo para transformarme en otro, siempre fui muy tímido y descubrí que en estos viajes podía ser quien yo quisiera. No tenía dinero, solo 600 dólares, que era lo que había ahorrado en España gracias a una beca. El periodismo en ese momento llegó a mi vida y me permitió ganarme la vida y financiar al escritor que vivía dentro de mí.

ENS: ¿Qué opinión tiene de Fernando Vallejo?

SG: Yo lo conozco, no soy amiguísimo de él, pero soy amigo. En tres o cuatro de mis viajes a México fui a su casa a almorzar y charlamos. Lo admiro mucho y he leído detenidamente todos sus libros, para mí su obra maestra no es la Virgen de los Sicarios sino El Desbarrancadero. En cuanto a su última novela Memorias de un Hijueputa, voy a dejar un tiempo antes de leerla porque estoy un poco saturado del discurso incendiario de Fernando.

ENS: ¿Qué está escribiendo actualmente?

SG: Voy a publicar una novela en septiembre con la idea de volver de nuevo a la atmosfera y temperatura de mi novela Perder es Cuestión de Método. Por supuesto, con personajes diferentes y con todo lo nuevo que se ha formado dentro de mí. Se trata de una historia donde a partir del periodismo dos mujeres mostrarán la realidad contemporánea del país.