Juan E. Constaín, otra pluma que descolla | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Enero de 2015

UN CATÓLICO verdadero y muy particular que encontró en el humor el mejor camino hacia la fe. Así es G.K. Chesterton, el personaje central del libro ganador del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (PBNC), que se conoció la noche del miércoles en el Museo de Arte Moderno de Medellín. El galardón lo obtuvo el escritor colombiano Juan Esteban Constaín con la novela El hombre que no fue jueves.

Constaín se llevó el premio al mejor libro colombiano de 2014, entre 112 obras postuladas, de las que se preseleccionaron 11 para luego llegar a tres finalistas entre los que también estaban Ricardo Silva (El libro de la envidia) y Margarita García Robayo (Lo que no aprendí).

A Juan Esteban Constaín se le ocurrió escribir el libro ganador porque hace varios años lee a Chesterton y cuando se enteró de que había una causa en el Vaticano para canonizarlo supo que esa era una historia tan o más asombrosa de las que hubiera escrito el propio autor y periodista británico.

“Decidí que iba escribir una novela para hacerle un homenaje a Chesterton, celebrar su estilo, su humor. Sobre todo celebrar esa forma en la que él asumió el catolicismo alejado del dogmatismo”, explica el ganador de la primera edición del PBNC, que promueven EAFIT, Familia y Caracol Televisión.

Su inspiración

¿Pero qué tiene Chesterton que cautiva tanto a Constaín? El autor lo tiene claro: su ingenio, humor, generosidad, plenitud y dicha. “Chesterton era un alma sonriente y eso está en todos sus libros, que son muy profundos y divertidos. Era un sabio, pero logró que la sabiduría estuviera envuelta en el empaque de la ironía y la felicidad. Esa combinación es la que más me seduce siempre. Los maestros que más me gustan y los sabios que son mis ídolos tienen siempre esa característica: practican por igual la profundidad y la ironía”.

El premio también es para Random House, la editorial que publicó El Hombre que no fue jueves. Y es que una de las características del PBNC es que las participantes fueran obras ya publicadas, por lo que estaban en competencia 47 editoriales.

Por otro lado, el también escritor Ricardo Silva valora que el galardón fuera para novelas publicadas, así como la calidad del jurado: “Hay escritores de una trayectoria reconocida y gente, además, valiente. También es avalado por una universidad que le da mucha seriedad al asunto porque no hay detrás intereses diferentes a los de estimular el trabajo y presentarle a los lectores algo que quizás no conocerían sino fuera gracias al premio”.

Finalistas contemporáneos

Otro de los puntos que resalta Ricardo Silva es la calidad de los participantes. Anota que veía muy difícil la competencia porque había escritores muy valiosos, con carreras importantes y libros muy buenos. “De los 11 libros que estaban preseleccionados leí siete o seis y pensé que cualquiera de esos podía estar entre estos tres finalistas. Supongo que el trabajo no fue nada fácil y más pensando que cada novela es tan diferente que me parece una gran suerte y una gran alegría haber quedado en el grupo final”.

Silva también está feliz, a pesar de no haber ganado, porque reconoce que tanto a Margarita García como a Juan Esteban Constaín les tiene mucho cariño y admiración. Es un sentimiento recíproco según las palabras del ganador: “Ricardo es casi un hermano para mí. Me parece que es un gran escritor y creo que su novela es una joya, un gran libro”, aseguró Constaín.

Los finalistas, además de compartir amistad, también coinciden en generación porque los tres son menores de 40 años. Ese tema, sin embargo, no le dice mucho a Juan Esteban Constaín, porque para él “la edad es una condición cronológica accidental. La juventud suele pasar”.

A Ricardo Silva ese asunto le parece una coincidencia y destaca que en la literatura colombiana hay una generación hecha de varias generaciones. “Están escribiendo al tiempo Darío Jaramillo, Piedad Bonet, Héctor Abad, Miguel Torres, William Ospina. Hay escritores entre 50, 60, 70,  40, y 20 años funcionando al tiempo y de todos cabe esperar una sorpresa”.

El tema de la edad le dice a Alexis de Greiff, uno de los jurados del PBNC, que seguramente sí está sucediendo algo con respecto a esta generación aunque no considera extraño que un escritor que está en una etapa de ascenso de su carrera gane premios a los 40 años.

En cuanto a la diversidad en las temáticas y estructuras de las obras participantes, de Greiff agrega que no fue una deliberación fácil y considera que el Premio debería servir para orientar a los lectores, para que tengan en cuenta que los libros preseleccionados, y en especial los finalistas, son de muy alta calidad. “Invitaría a quienes leen que los lean, son una expresión de una literatura muy fresca e interesante del panorama cultural colombiano”.

Por otro lado, Margarita García Robayo, se considera una de las beneficiadas de la visibilidad que le puede dar ser una de las finalistas del PBNC. La escritora cuenta que sus obras siempre hablan de su entorno colombiano pero como vive hace 10 años fuera del país son poco conocidas en el nivel nacional, por eso está agradecida con el reconocimiento que le da tener su novela entre las tres mejores de 2014.