EL JUEVES 19 de diciembre abrirá al público el renovado montaje de la balsa muisca en el Museo del Oro del Banco de la República.
La exhibición cuenta con una innovadora museografía que busca enriquecer las narrativas en torno a esta icónica pieza, que por primera vez será expuesta junto a otros objetos con los que fue encontrada dentro de una cueva en el municipio de Pasca, Cundinamarca.
La reconocida balsa muisca formaba parte de una ofrenda conformada, además, por un ofrendatario con forma de persona sentada, un contenedor de cerámica, fragmentos de los cráneos de dos animales y unas andas, hechas también en oro. ¿Qué podía ser todo esto?
Para los muiscas, las ofrendas constituían actos de cuidado del mundo y eran depositadas en cuevas, lagunas y otros lugares que permitían una conexión con lo sagrado.
La balsa muisca es la figura votiva o de ofrenda de mayor tamaño, así como la más elaborada de la orfebrería prehispánica muisca encontrada hasta el momento, y da cuenta de los avanzados conocimientos y técnicas que tenían los orfebres de la época. Fue hallada en zona arqueológica muisca y es un símbolo de la rica herencia indígena de la región andina.
Esta pieza, ofrecida o realizada para cumplir un voto, fue encontrada en una cueva en el cerro La Campana, en Pasca, Cundinamarca, en el límite sur del territorio muisca, por Cruz María Dimaté y su hijo en 1969. Posteriormente, ese mismo año, fue adquirida por el Banco de la República para ser salvaguardada y desde entonces se ha convertido en una destacada pieza de patrimonio cultural y un ícono de identidad nacional.
El Dorado
Tradicionalmente, la balsa se ha asociado con la legendaria ceremonia de El Dorado, descrita por los cronistas españoles como un ritual donde los muiscas hacían ofrendas de oro y esmeraldas a sus deidades en lagunas sagradas de los páramos.
A partir del conocimiento actual sobre los muiscas se colige que estas ceremonias tenían un alto significado espiritual, sus ofrendas eran el voto entregado para cuidar el mundo y los lugares de depósito los conectaban con mundos no humanos. Para los muiscas, el oro sin trabajar carecía de valor, por ello para estas ceremonias elaboraban piezas en las que la selección de la técnica y las aleaciones se relacionaban con el significado de la ofrenda y su mensaje.
Años de investigación
La actualización y renovación de la exhibición de la balsa muisca en el Museo del Oro de Bogotá es producto de investigaciones recientes, las cuales buscan enriquecer la experiencia de las y los visitantes al explorar no solo la belleza estética de la pieza, sino también su profundo significado cultural e impacto histórico.
En colaboración con especialistas en orfebrería prehispánica, conservación, arquitectura y diseño, se han implementado nuevas tecnologías y métodos de exhibición que permitirán una comprensión más profunda y accesible de este patrimonio, donde los visitantes podrán encontrar:
Nuevas narrativas: un contenido sobre la cultura muisca, sus prácticas ceremoniales y la relevancia de la balsa en este contexto.
Tecnologías: se explora el proceso de creación de la balsa mediante la técnica de la cera perdida, resaltando la habilidad técnica y artística de los orfebres muiscas y los significados simbólicos de la técnica.
Interpretación iconográfica: análisis detallado de los personajes y símbolos representados en la balsa, incluyendo el cacique o cacica y demás participantes en la ceremonia.
Impacto cultural: reflexión sobre el significado cultural y simbólico de la balsa muisca en la identidad nacional colombiana y su reconocimiento a nivel internacional.
El Museo del Oro extiende la invitación a la comunidad nacional e internacional para visitar la renovada exhibición de la balsa muisca, que estará abierta al público a partir del 19 de diciembre de 2024. Esta es una convocatoria a conocer una pieza única en su tipo, aprender de la historia y la cultura de Colombia y reflexionar sobre la importancia de la conservación del patrimonio cultural.