Magdalena Rodríguez, la ‘mamá de los títeres’ festeja 55 años en escena | El Nuevo Siglo
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Jueves, 18 de Febrero de 2021
Redacción Cultura

El Baúl de la Fantasía, una de las compañías de teatro y títeres más destacadas del país, celebrará los 55 años de vida artística de su directora y maestra titiritera, Magdalena Rodríguez con dos funciones en vivo de la obra La abuela Chifloreta y Caperucita roja, el 20 y 21 de este mes en el Teatro Estudio del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

En La Abuela chifloreta y Caperucita Roja, tres actores y ocho títeres divierten a toda la familia con un collage de aventuras en el que se entremezclan personajes e historias de distintos cuentos clásicos para crear una divertida obra, inspirada en la ensalada de cuentos de Gianni Rodari, técnica en la que conviven personajes, lugares y objetos de diferentes historias.

En esta ocasión, en el taller de costura está la abuela chifloreta esperando a que lleguen sus nietos para contarles cuentos, pero de tantos relatos que tiene en su despistada cabeza, comenzará a hacer una colcha de historias donde coserá los cuentos de: Caperucita Roja, Blancanieves y la Bruja Baba Yaga. 

Aunque esta pieza presenta personajes que el público conoce, los pone a dialogar en situaciones únicas cargadas de risas y diversión, por eso la obra es considerada una pieza obligada del teatro de títeres bogotano y un importante referente del trabajo creativo de la maestra Magdalena Rodríguez, una mujer que siempre ha estado detrás de sus títeres-objetos y que nunca le ha gustado ser protagonista y sin embargo como lo diría el maestro Ciro Gómez, director de Hilos Mágicos, ella es “la mamá de los títeres en Colombia”. Y es que con 74 años de edad sigue actuando, después de haberse iniciado en este oficio hace 55 años.

Magdalena ha dedicado su vida a la creación de distintas maneras de hacer teatro de títeres, investigando diversas estéticas y técnicas interpretativas, que buscan generar múltiples formas de relaciones con el público, en especial el público infantil, que es su público objetivo. Para ella, el artista que se presenta ante niños adquiere una responsabilidad gigante, porque al ser un adulto, se convierte en autoridad ante ellos y el significado de lo que presenta en escena adquiere otras dimensiones. Como buena artista, siempre ha buscado la manera de romper los limites, extender las fronteras que nos encierran en las costumbres, en las normas y los cánones, para plantear otras realidades.