‘AMÉRICA LATINA - Panorama bancario por país’ se titula el más reciente informe publicado por la firma S&P Global Ratings, texto en el que presenta sus expectativas sobre los sistemas bancarios de 15 países en LatAm para este 2024.
Para el caso de Colombia, la firma indicó que el crecimiento económico seguirá siendo muy bajo este año debido a la fuerte caída de la inversión que hace que el crédito siga contrayéndose, asimismo, resaltó que el alto nivel de deuda de los hogares y el debilitamiento del poder adquisitivo, la aún débil dinámica del mercado laboral y las altas tasas seguirán presionando la calidad de los activos y los niveles de rentabilidad.
En cuanto a los factores crediticios clave, S&P Global Ratings reveló que el debilitamiento de la calidad de activos de los bancos se debe al desempeño de los préstamos al consumo sin garantía. Las altas tasas de interés y la elevada inflación están disminuyendo el poder adquisitivo de los hogares. Esto último, junto con una demanda de crédito aún débil en 2024-2025, seguirá presionando la calidad de los activos de los bancos.
Por otro lado, las provisiones aún elevadas y los altos costos de fondeo mantendrán los niveles de rentabilidad por debajo de la tendencia. La débil calidad de activos obligará a los bancos a generar aún más provisiones. Sin embargo, la firma considera que los bancos mantendrán reservas por encima de los activos improductivos, lo que podría amortiguar en cierta medida el efecto en la rentabilidad. La autoridad bancaria pospuso la implementación total del coeficiente de fondeo estable neto. Esto está aligerando la presión sobre los gastos por intereses.
Al analizar la expansión de los grandes bancos a Centroamérica, coinciden en que esta apoya la diversificación de negocio, pero presiona la capitalización. Dada la relevancia de los ingresos (en dólares estadounidenses), los movimientos en el tipo de cambio podrían traer volatilidad a sus estados de resultados.
Supuestos principales
De acuerdo al informe, las condiciones económicas seguirán débiles a medida que la economía siga creciendo por debajo de su tendencia, por lo que esperan que el crecimiento mejore ligeramente este año a 1,1% desde 0,6% en 2023. La inversión fija se contraerá nuevamente y la inflación seguirá por encima de 7% interanual, asimismo, estiman que para 2025, la economía crecería alrededor de 2,8%.
Por otra parte, para los expertos de la firma, el crédito se contraerá en términos reales en 2024 y será modesto en 2025. La incertidumbre sobre las políticas económicas del gobierno está disminuyendo la confianza empresarial y afecta la demanda de crédito. Esperamos que los créditos totales crezcan alrededor de 4.0% en términos nominales este año y alrededor de 6,0% en 2025, luego de una recuperación de la economía y de tasas de interés más bajas.
Próximo año
En cuanto a Colombia, se aprobó una reforma de pensiones que entraría en vigor en julio de 2025. Sin embargo, existe la posibilidad de que se enfrente a la Corte Constitucional de Colombia, por lo que la firma analizará el posible impacto en el fondeo del sistema bancario a través de los mercados de capital locales.
Y a modo general, S&P Global Ratings espera que el ritmo de crecimiento del crédito se mantenga en un solo dígito, así como también, un repunte de la demanda de crédito en el sector empresarial una vez que las tasas de interés caigan a niveles más asequibles; no obstante, creen que es probable que los bancos sigan implementando prácticas de originación conservadoras, dado el tibio ritmo de estabilización de la calidad de los activos.
Por otro lado, indican que los bancos en América Latina están acostumbrados a operar en condiciones desafiantes y tienen sólidos niveles regulatorios de capital y liquidez, lo que los ayudará a navegar en un entorno más difícil. Los reguladores locales suelen ser estrictos dada la volatilidad de las economías, y la regulación se implementa en todas las entidades reguladas.
Crédito en América Latina
Las pérdidas crediticias en América Latina tienden a ser mayores en comparación con otras regiones. Esto se debe a una proporción relativamente menor de préstamos hipotecarios y una mayor proporción de préstamos minoristas no garantizados y préstamos a pequeñas y medianas empresas (PYME); menor PIB per cápita; y una cultura de pagos más débil. Sin embargo, márgenes más altos permiten a los bancos hacer frente a pérdidas mayores. Además, los reguladores exigen que los bancos tengan una mayor cobertura de provisiones.