ENTRE COLOMBIA y Venezuela existen muchas cosas en común, principalmente la lucha libertaria que llevó a cabo Simón Bolívar y la más transitada frontera de América Latina. Sin embargo, pese a esta gran historia que arropa a los dos países, también existen modismos (refranes, frases, expresiones, coloquios y jergas) que los unen y al mismo tiempo los separan, donde puede, que unas de estas expresiones tenga para el colombiano una connotación distinta a la que tiene para el venezolano.
Como se sabe, la forma en que las personas se comunican tiene mucha relación con el lenguaje que usan, por lo tanto, cabe preguntarse: ¿el lenguaje los une o los separa? Ante esta incógnita, varios expertos del país llevaron a cabo hace algunos años un estudio para identificar las diferencias lexicográficas y fonéticas del español venezolano y el colombiano, con el fin de poder comprender y conocer la jerga de nuestros paisanos y evitar andar “más perdido que el hijo de Lindbergh” (expresión venezolana que alude a la historia de Charles Lindbergh, un piloto norteamericano, el cual el 20 de mayo de 1927 fue el primer hombre que logró un vuelo sin escala desde París a Nueva York y que luego de sus hazañas, su vida, en 1932, se vio envuelta en un acontecimiento de gran angustia: su hijo de un año fue secuestrado y el hecho llevó a que en la época un gran número de funcionarios policiales se movilizaran y denominaran la gran búsqueda como ‘más perdido que el hijo de Lindbergh’).
De este modo, las investigadoras Luz Marina Rivas, experta en letras en la Universidad Central de Venezuela y miembro del Instituto Caro y Cuervo, y Luz Mayorga de Puentes, autora del libro Hablar bien habla bien de quien habla, analizaron una gran cantidad de léxico de los dos países en diferentes campos semánticos.
Según Luz Mayorga de Puentes, es importante aclarar, como punto de partida, que “cada pueblo tiene su propia personalidad lingüística. Esta característica, lejos de significar que alguien hable bien o mal el español, es una evidencia maravillosa de las variantes del idioma”.
Colombia vs. Venezuela
A continuación, se mencionan algunos de los refranes o palabras que pueden ser usadas tanto por el colombiano como por el venezolano, pero que dicha intención de comunicación es distinta:
- Si un venezolano dice “chimbo”, para él significa ¡supermalo!, mientras que para el colombiano es todo lo contrario, está ¡superbién!
- El colombiano suele identificar a una persona “rubia” como ¡mírela, es mona!, y para el venezolano es una “catira”.
- Cuando el venezolano usa la expresión “listo”, lo hace para expresar que ya terminó su actividad, mientras que para el colombiano es sinónimo de “entendido” o “está bien”.
- Para el colombiano, “salpicón” es una bebida mezclada con frutas y para los venezolanos suele ser la muy conocida “tisana”.
- En Colombia un trozo de queso envuelto en masa de harina es un “palito de queso”; en Venezuela no hay otro nombre para eso que “tequeño”.
- Cuando el venezolano va al cine decide pedir “cotufas”, lo que para el colombiano es “crispetas” o “palomitas de maíz”.
- Para el venezolano un “vigilante” es quien se encarga del trabajo por las noches, para el colombiano es un “celador”.
- Mientras que el colombiano “arrienda”, el venezolano “alquila”.
- El venezolano dice está envuelto en “envoplast” y el colombiano expresa en “vinipel”.
- El colombiano para limpiar el piso decide usar un “trapero”, el venezolano lo que usa es un “coleto”.
- En Venezuela se llama gaveta a lo que aquí es cajón.
- Allá son los macundales, aquí son las maletas.
- En el vecino país se les llama corotos a lo que aquí se le conoce como platos y demás utensilios.
- La grama es para el venezolano lo que para el colombiano es el pasto.
- Mientras el colombiano usa la “caneca” para guardar la ropa sucia, para el venezolano esto es un “pipote” para guardar agua.
- ¡Comete un apio!, diría el venezolano y el colombiano conocería que es una “arracacha”.
- El “cambur” es para los venezolanos lo que el “banano” es para el colombiano.
- ¡Los frijoles quedaron buenos!, diría el colombiano, mientras que para el venezolano “esas caraotas están peponas”.
- “Allí traje unas parchitas para el jugo”, expresa el venezolano; el colombiano lo tomaría como jugo de “maracuyá”.
- La “papaya” es conocida para los colombianos, mientras que para el venezolano es la “lechosa”.
- "¡Dame un jojoto!", típica expresión para referirse a la mejor conocida por el colombiano como “mazorca”.
- La “arepa de choclo” es para los antioqueños lo que la “cachapa” es para el llanero venezolano.
- En este país, si se pide un café es la mezcla de tinto con leche y si pide tinto es solo la bebida oscura, sin el lácteo. Sin embargo, para el vecino país el café es café; si se quiere un café con leche se pide de esa forma, si quiere un marrón se le sirve y si necesita un cerrero se le da sin azúcar.
- La “changua” es para el colombiano lo que la “pisca andina” es para el venezolano.
- “Cartelúo”, expresión venezolana que es usada para referirse a algo original, famoso o conocido, mientras la misma palabra para un colombiano es presumir o jactarse.
- Comúnmente el colombiano usa la palabra “vieja” para referirse a una mujer, mientras que para el venezolano es “jeva”.
- El chamo, chamito o carajito es usado por el venezolano para referirse a niños (as) y el colombiano lo llama chino, pelado o peladito.
- Un buen venezolano te dirá “pana mío”, mientras que para el colombiano es “parcero o hermano”.
- “Es tenaz” diría el colombiano, pero el venezolano expresaría esta “trinca”
- Un bonche para un venezolano es una “fiesta”, para el colombiano es un disturbio o pelea.
- El “sweater” y el “mono” son para el venezolano lo que el “buzo” y el “pantalón” son para el colombiano.
- “Ni lava ni presta la batea”, expresa el venezolano cuando alguien no hace ni deja hacer, mientras que para el colombiano sería “Ni raja ni presta el hacha”.
- “Como pajarito en grama” quedó el colombiano cuando el venezolano le dijo: “pásame esa guarandinga”.
- “Del ahogado, el sombrero”, dice el colombiano, mientras que para el venezolano es “agarrando, aunque sea fallo”.
- Un delicioso “envuelto” para el colombiano es un trozo de masa de maíz cocinada en hojas de jojoto, mientras que para el venezolano el muy conocido “envuelto” es una “hallaquita de maíz”.
¡Hasta aquí me trajo el río!, exclamaría el buen venezolano.
¡Colgar los guayos!, diría el colombiano.
De esta forma se puede conocer un poco sobre la cultura lingüística que representa a cada país y, lejos de considerar o creer que estas características pueden significar que alguien hable bien o mal el español, es una evidencia maravillosa de las variantes del idioma que los une como regiones del sur.