Los maestros Humberto Plazas y Hebert Motta presentan sus obras con las que pretenden mostrar que la pintura figurativa jamás pasará de moda.
“SIEMPRE HEMOS pensado que la terquedad que tenemos los artistas que seguimos insistiendo en la escuela del realismo y lo figurativo, fieles a la esencia, a las formas y al espíritu de las cosas, no es otra cosa que la obstinación que tenemos de decirle a los demás que las posibilidades no se han agotado”.
Con estas palabras los artistas Humberto Plazas y Hebert Motta reflejan la intención de su más reciente exposición Naturalezas Vivas, la cual fue inaugurada el pasado martes e irá hasta el 19 de este mes.
Para los dos maestros, las cosas y los objetos que tanto usamos, por encima de las cuales tantas veces pasamos, que pretendemos olvidar y hacerlos invisibles, a los cuales miramos sin mirarlos, están allí y sin tantos misterios son todos los días la esencia de nuestras vidas.
Hebert Motta desde muy temprana edad ha sido un apasionado del arte, de mostrar cuál es su percepción del mundo y de expresar sus sentimientos. “Siempre he creído que todo lo natural tiene alma y mi intención realmente es captar esa alma de las mismas cosas”, cuenta.
Hoy en día, por las tendencias de la moda y por la supuesta demanda en el mercado artístico, la mayoría de las nuevas generaciones se inclinan por realizar un arte abstracto, un arte moderno que en muchas ocasiones no tiene un verdadero sentido. “Luchamos contra el auge del arte abstracto, ya que muchas veces dice algo y otras no. Hay que saber llegar a la abstracción”, dice el maestro Humberto Plazas.
Por su parte, para el maestro Motta, no se puede saltar al arte abstracto porque sí, siempre debe haber un proceso, de lo contrario este no prosperará. “Cuando un arte es inventado o se llega a él sin haber incursionado en otros, no se puede mantener”, afirma.
Dos grandes maestros
Humberto Plazas nació en Bogotá y desde muy joven se inclinó por las Artes Plásticas, participando en eventos realizados en el colegio y universidad. Empezó su formación artística estudiando técnicas de color en óleo, acrílico y acuarela en la Escuela de Artistas Santandereanos.
Su incursión como pintor profesional empezó con el desarrollo del arte hiperrealista, elaborando retratos y trabajos en figura humana, haciendo énfasis en perfeccionar el trazo y el dibujo.
Durante varios años se dedicó a esta área de la pintura teniendo resultados positivos, los cuales lo llevaron a tener mucha aceptación dentro del mundo pictórico nacional. Mas tarde viajó a Estados Unidos, donde perfeccionó sus conocimientos estudiando en Jamaica Art Institut, donde se interesó por otras áreas y técnicas de la pintura como el surrealismo, técnica inspirada en pintores como Salvador Dalí y Gordieet, a quienes admira profundamente.
Por su parte, el interés de Hebert Motta por el arte empezó desde temprana edad, queriendo siempre plasmar las cosas que le agradaban, inquietud que ha tenido desde entonces, lo cual le ha ayudado a formarse como artista de una manera autodidacta.
Su primera exposición individual nació de un concurso nacional que hizo la Biblioteca Luis Ángel Arango en 1977, en el cual salió favorecido para exponer en una de las salas.
Sus obras han estado en varios países y hasta este año ha participado en 20 exposiciones individuales y más de 100 colectivas.