No dañe su vida por causa del estrés | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Octubre de 2012

Esta reacción provoca una multitud de desórdenes como gastritis, dolores de espalda o migrañas.

                                 

El estrés literalmente acaba a cualquiera. La frustración prolongada, el exceso de trabajo, la ira, los sentimientos de impotencia, el dolor y las demás emociones negativas estimulan ciertas células del cerebro que producen compuestos químicos que afectan todo el organismo, incluyendo el sistema inmunológico.

 

Al bajarse las defensas, no es extraño que comience a manifestarse una serie de desórdenes orgánicos, como gastritis, dolores de espalda, migrañas, dermatitis, colon irritable, sangrados en las encías y por supuesto, ataques cardiacos.

 

Las consecuencias de la relación existente entre el estrés y el sistema inmunológico tienen un vasto alcance: pueden ejercer toda una serie de trastornos que van desde una simple gripa, pasando por los traumas y alergias hasta llegar a la progresión del VIH.

 

El estrés hace que el cuerpo libere citokinas pro-inflamatorias, factores inmunológicos que inician respuestas contra las infecciones. Cuando el cuerpo produce estas citokinas por períodos largos de tiempo, por ejemplo, como resultado de un estrés crónico, puede traer consecuencias negativas para el cuerpo.

 

No sólo entorpece la habilidad de nuestro cuerpo para luchar contra las infecciones y sanar las heridas, sino que la inflamación crónica también aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, osteoporosis, y diabetes tipo 2.

 

Los agentes estresantes pueden ser de naturaleza muy variable y pueden originarse en factores sociales, familiares y hasta medioambientales, incluyendo el ruido, la polución, los cambios de temperatura o la mala alimentación. Sin embargo, la mayoría de las amenazas que se experimentan hoy en día no involucran tanto el aspecto físico, como sí el psicológico.

 

El hombre moderno no tiene que preocuparse por cazar su alimento, pero gasta mucha energía resolviendo las diferencias de pareja, solucionando los malos entendidos con el jefe, haciendo filas, atendiendo a los hijos y tratando de obtener un confort.

 

Como la constante en esta época es el cambio, cada día el cuerpo necesita una mayor capacidad de adaptación, por lo que no es raro que aparezcan muchos desórdenes orgánicos. Eso lleva a suponer que la actual epidemia de trastornos ligados con el estrés representa un reto para cualquier médico.

 

La mayoría de las consultas médicas está vinculada en forma directa o indirecta con el estrés. Pero si hay algo difícil es poder diagnosticar de forma precisa y oportuna ciertos trastornos que pueden pasar desapercibidos, como la depresión, el insomnio, el agotamiento físico y las disfunciones sexuales.

 

Al presentarse algunos de estos trastornos, de inmediato se verán reflejados en la vida diaria, ya que se genera una disminución en la productividad, falta de concentración, menor creatividad y el deterioro de las relaciones interpersonales.

 

Tipos de Estrés

 

Agudo

 

El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. Es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador. Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes asociados con el estrés a largo plazo.

 

Crónico

 

Es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año, destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta. Surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación deprimente.

 

No exigirse demasiado

 

El estrés aumenta en forma proporcional los cambios rápidos que experimenta la persona, ya que demandan una mayor capacidad de adaptación.

 

Muchos especialistas consideran que el estrés, en particular el profesional, constituye el factor más importante en la aparición de la enfermedad coronaria, la hipertensión, la tensión muscular, la gastritis y la pérdida de interés sexual.

 

Lo más importante para poder gozar de una verdadera salud en todas las áreas, incluyendo la mental y la sexual, es aprender a manejar el estrés y contar con las condiciones básicas de tranquilidad en la parte económica, laboral y familiar.

 

La comprensión del estrés, de sus causas y de los síntomas que este desencadena, aumentará las oportunidades de elegir las soluciones apropiadas y aplicarlas a la vida privada y profesional.

 

En la medida en que la persona dé el primer paso para dominar eficazmente el estrés, acepta los cambios de la vida y asume un papel más activo, pues probablemente conseguirá mayor bienestar.