El Archivo Histórico de la Universidad del Rosario existe como tal desde 1975, cuando el Claustro Mayor, el edificio histórico de esta institución, fue declarado como monumento nacional.

Antes solía ser una biblioteca, cuando el Rosario aún era un claustro, y hoy por hoy tiene 950 cajas de documentos, cada una con un promedio de 200 folios, casi 10 mil libros antiguos de los cuales nueve son incunables (que se produjeron entre 1400 y 1500); 30 posincunables, que son libros producidos después de 1500 (y hasta 1550) pero que mantuvieron la técnica artesanal previa a la estructura del libro moderna y dos mil fotos.

En ese universo de documentación y sí, de memoria, ¿qué joyas están escondidas? Pues bien, María Clara Quiroz, la directora del Archivo, le abrió sus puertas a EL NUEVO SIGLO y le compartió a esta redacción cinco de sus más preciados tesoros, comenzando por su segundo ejemplar más antiguo.

1. El evangelio de San Lucas: “Con letras capitales muy bonitas, este es un libro sin mucha estructura (como entendemos hoy los libros), y no tiene portada. Este es un libro de 1476 y fue impreso en Augsburgo (Alemania). Tiene márgenes anchísimas y letras capitales de colores dibujadas a mano. La mayoría de los incunables que tiene el archivo histórico de la Universidad los trajo Rafael María Carrasquilla (1857-1930), rector de la Universidad desde 1889. Hay uno, no obstante, que sí es de la época de la fundación.

2. Gramática en la lengua general del nuevo Reino llamada mosca: “Este es un catequismo de 1619 y lo hermoso de este libro es el idioma. Si te fijas, este es un texto escrito en muisca para evangelizar a la población indígena. Tienes que saber que de esta hay muy pocos ejemplares en el mundo, otro está en Alemania, y fue ‘compuesto por el Predicador General de la orden de predicadores y catedrático de la dicha lengua en el convento del Rosario de la Ciudad de Santafé’.  

Y lo más particular de este libro es una cuenta hecha con líneas, en la contraportada, del número de indígenas que se iban evangelizando”, aunque no es claro si la cuenta correspondía al número de indígenas bautizados o que recibieron la comunión.

3. Dos libros manuscritos producidos en la Universidad del Rosario: “Estos eran libros de texto para dictar cursos, uno de filosofía y otro de teología. Estos son dos libros del siglo XVIII, uno de 1747 y otro de 1758, y en ellos hay un análisis sobre la lógica en el que podrás encontrar esquemas de lógica aristotélica. Uno de ellos tiene lo que se ha denominado en el mundo de los incunables como iluminaciones, que no son otra cosa que letras coloreadas con pintura de oro o de plata”.

4. Expediente sobre el establecimiento de la cátedra de matemáticas: “Elaborado por el primer catedrático, don José Celestino Mutis, y por el sustituto, don Juan Fernando Vergara, esta es una compilación de varios documentos para dictar la que fue la primera cátedra de matemáticas modernas en el Virreinato de Nueva Granada, y esa es la gran importancia de este documento. Fue la primera vez que se dictó esta materia y data de 1792. Escrito a mano, este expediente fue firmado por José Celestino Mutis el 11 de enero en Mariquita, sede de la expedición botánica”.

4. El libro de Astronomía Teórica planetaria: “Este es el libro del fundador y tiene marca de propiedad del Arzobispo de Santafé de Bogotá. Aunque ya se hizo con imprenta, este es un libro de 1508 que entra dentro de la categoría de los posincunables. Esto quiere decir que ya se hizo en imprenta pero eran imprentas muy artesanales. Con unas ilustraciones hermosas, vemos representaciones del mapamundi con una antípoda por debajo del mediterráneo, un eclipse lunar, un calendario y la representación de la redondez de la tierra”.