Tercera temporada de los ‘Puros Criollos’ | El Nuevo Siglo
Viernes, 15 de Agosto de 2014

 

¿Sabía usted que Condorito es el dueño de un motel –sí, con m– que tiene 300 habitaciones temáticas? ¿O que además de supuestamente tener el segundo himno más bello y ser el segundo país más feliz del mundo, Colombia tiene el huevo más grande? ¿O que Regina 11 además de ‘jalarle’ a la metafísica, diseña ropa interior?

 

Pues estos son apenas algunos de los datos que trae Santiago Rivas y el equipo de producción de Los puros criollos, encabezado por el director Néstor Oliveros, en la tercera temporada del programa estrella de Señal Colombia, que a manera de crónica ya recopila 63 símbolos de nuestra identidad nacional.

 Primero fue el Divino Niño, la Chocolatina Jet y el sombrero vueltiao, luego el Almanaque Bristol, el Renault 4, los reinados, el tejo y el ChocoRamo… solo por mencionar algunos. Si quiere recordarlos y disfrutarlos nuevamente, la mayoría los encuentra disponibles en el canal www.youtube.com/senalcolombia.

 

Esta vez la oportunidad es para los políticos, los payasos, –son dos especies diferentes–, los mecánicos, los héroes, los rusos, los perros, la gallina, los escarabajos, los moteles, las misceláneas, el corrientazo, el bocadillo veleño, los amasijos, los juegos, la bandera, los versos, los mitos de las ciudades, la economía, los santos y la crónica roja... criollos. 

 

Son en total 20 capítulos, resultado del trabajo de seis meses de producción en diversas ciudades y municipios colombianos, una correría que los llevó por Santa Marta, Medellín, Cali, Ibagué, Tunja, Bogotá, Villavicencio, Valledupar y Altamira (Meta). Abundan las anécdotas que demuestran que el programa logra la completa identificación de los colombianos con los ‘otros’ símbolos patrios.

 

Empecemos por decir que Santiago Rivas, ganador dos años consecutivos a ‘Mejor presentador de programa de entretenimiento’ en los India Catalina, es toda una celebridad en los nueve departamentos visitados. Los colombianos se lo expresan de diferentes maneras: en Bogotá se hacían fotos con él, en Antioquia le dedicaron poesías y en Boyacá un par de alegres compadres lo invitaron a tomarse una pola y darle algunas ideas para la cuarta temporada.