Contra viento y marea, pandemia y movilizaciones sociales la Bienal Internacional de Danza de Cali prepara sus escenarios para la quinta edición, los cuales serán conquistados en especial por movimientos bogotanos.
El próximo 17 de este mes será el lanzamiento oficial de la Bienal que para este año presenta, por primera vez, el Focus Bogotá en alianza con el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, con el objetivo de generar espacios de intercambio y fortalecimiento del sector, poner de manifiesto la danza y hacer énfasis en la producción artística de la ciudad y el país.
“Esta alianza entre la Bienal Internacional de Danza de Cali y el Idartes en Bogotá es para nosotros motivo de celebración. Tenemos una historia construida, nuestros vínculos se han fortalecido y enriquecido con el paso del tiempo y han permitido que nuestras dos ciudades alberguen experiencias fantásticas que cada día crecen y maduran en su complejidad”, afirmó Catalina Valencia, directora del Idartes.
Vínculos históricos
La alianza entre Cali y Bogotá no se afianzó recientemente, pues es un vínculo que se ha formado desde hace varias décadas con el trabajo de artistas y gestores culturales que le han dado la oportunidad a los colombianos, incluso a los ciudadanos extranjeros, de seguir de cerca la diversidad cultural de las dos ciudades.
“Los vínculos entre la danza de Cali y Bogotá siempre han sido estrechos. Incluso antes de que se crearan las secretarías de cultura teníamos un histórico de maestros que se han movido entre las dos ciudades. Cali tuvo durante un tiempo importante el antecesor de la Bienal, que era un movimiento contemporáneo que organizaba la alianza francesa de allá y en todas sus ediciones siempre había grupos bogotanos ahí. Cuando empezó la temporada de festivales internacionales de danza a cristalizarse, que fue entre el 2004 y 2006, las dos ciudades empezaron a compartir y gestionar artistas desde muy alto nivel. Entonces es una relación que viene desde hace rato”, le dijo en entrevista a EL NUEVO SIGLO Ana Ávila, gerente de danza del Idartes.
Como resultado de esa estrecha alianza que se ha construido a lo largo de la historia nace Focus Bogotá, una franja compuesta por una programación de obras que muestran el folclor de los movimientos capitalinos y la cual se gestó desde hace un año.
“Este año el foco será Bogotá y la intensión será celebrar la complicidad de los movimientos de la danza entre las dos ciudades”.
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Diversidad capitalina
La propuesta bogotana tendrá como protagonista la diversidad y la misión de construir una identidad alrededor de la danza capitalina, así como Cali la ha generado con la salsa ante el mundo.
“Hoy en día cuando se les pregunta a los ciudadanos qué se baila en Bogotá no saben responder y resulta que Bogotá tiene unos colectivos de breakdance que vienen evolucionando desde finales de los 70 y principios de los 80. Estamos hablando de un movimiento que ya tiene en la ciudad mal contados 40 años. Entonces es la oportunidad para mostrar la diversidad de la danza bogotana”.
El evento de lanzamiento de la Bienal será a partir de las 7:00 p.m. en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán con la compañía Incolballet y dos de sus piezas más importantes: Lak, una coreografía de Davy Brun (Francia) y La cura, de Julio César Iglesias (Cuba); piezas dancísticas de talla internacional que se estrenan en la capital y aportan una valiosa mirada a la danza colombiana.
En esta jornada, que se realizará con previa invitación y cumpliendo con los protocolos dispuestos por la Alcaldía Mayor de Bogotá, también se darán a conocer los detalles de esta quinta edición de la Bienal y se presentará la imagen oficial del evento.
Adicionalmente, como parte de esta alianza Cali – Bogotá se tendrán una serie de actividades en el mes de noviembre, como el resultado de la residencia artística en danza urbana con la bailarina francesa Anne Marie Vahn – Nach y 10 bailarines bogotanos y caleños. Un trabajo que promueve la investigación del movimiento y el cuerpo a partir del estilo krump. Las personas interesadas en participar pueden inscribirse hasta el 16 de este mes, en www.idartes.gov.co.
“La participación de Bogotá en el Focus de la Bienal también estará compuesta por cuatro piezas de danza seleccionadas a través del Portafolio Distrital de Estímulos que están en proceso de selección para confirmar la programación con lo mejor de la danza urbana, la danza contemporánea, los lenguajes folclóricos o tradicionales y otras formas como la salsa irán como invitadas”.
A esto se suma una función de la versión de Antígora dirigida en el 2020 por Jimmy Rangel e interpretada por los bailarines multiplicadores de Orbitante Plataforma Danza Bogotá de la Gerencia de Danza del Idartes, una pieza profunda, cuestionadora y muy pertinente para estos momentos.
Y dentro de la franja académica se podrá disfrutar de una serie de conversaciones y franjas de pensamiento en relación con el diálogo constante que han sostenido Bogotá y Cali para bailar, ciudades protagonistas de esta nueva entrega de la Bienal Internacional de Danza de Cali.
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“Un trabajo quijotesco”
La Bienal Internacional de Danza de Cali hace parte del gran movimiento que la danza ha desarrollado, junto al imprescindible Festival de Danza en la Ciudad, en Bogotá, dos de las plataformas más grandes de Latinoamérica, que posicionan a Colombia como uno de los más avanzados del continente.
“Nuestro país tiene el único Plan Nacional de Danza que existe en las políticas públicas para Latinoamérica que fomenta la danza desde el Ministerio de Cultura y eso tiene varios beneficios, como que realmente la política pública para danza en Colombia es muy sólida, a diferencia de otros países latinos que no están ni cerca de tener algo así”.
El evento internacional de danza llega después de un “trabajo quijotesco de todos los gestores culturales” y en un momento difícil no solo por la pandemia, que ha afectado a muchos sectores del mundo, sino por las protestas sociales que se avivan aún más en Cali.
Por eso, Ávila invita no solo a participar activamente de la oferta de la Bienal, sino además a apoyar a la reactivación de las artes. “El tema de la pandemia, el cierre de los teatros y de las crisis que estamos viviendo tanto económica como socialmente, ha mostrado lo importante que es el arte en la vida de la gente porque es una sostenibilidad para nuestra salud mental. Con las salas cerradas, las bibliotecas vacías y sin conciertos perdemos una parte muy importante de la vida”.