¿Viaja en Halloween?: vea estos destinos espeluznantes | El Nuevo Siglo
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Sábado, 26 de Octubre de 2019

LA HISTORIA, la tradición y la gastronomía, son las clásicas propuestas para disfrutar en un destino de viaje, y aunque son planes ideales para conocer una ciudad, se vuelven habituales para muchos. Es así como surgen propuestas más aventureras, que ponen los pelos de punta, en lugares paranormales de distintos países latinoamericanos.

Sanatorio Franklin en Chile 

Cuentan los rumores que entre los años 1920 y 1940 este sitio, ubicado en Santiago, fue un sanatorio mental que tiene diferentes pasillos y sucesos inexplicables y donde antiguamente encerraban adultos y niños. Es un espacio abandonado, grande y oscuro, donde la mayoría de las personas que se atreven a visitarlo dicen oír lamentos o sentir cambios de temperatura entre los diferentes espacios. Una de las valientes que ha entrado afirma haber tomado una foto a uno de los pasillos, cuando la miró después, noto que por una de las ventanas se asomaba un niño. Sus acompañantes afirman que nadie había visto a ese niño antes.

El Monje de la Conchita en la Ciudad de México

Coyoacán es uno de los lugares más antiguos de la Ciudad de México. Se caracteriza por sus estructuras coloniales y las historias en torno a ellas. Es un lugar lleno de historia y apariciones de fantasmas que aterrorizan algunas calles, convirtiéndolo en el lugar perfecto para los apasionados de lo paranormal.

Se dice que durante las noches en la plaza del Barrio de Santa Catarina puede verse a un monje cruzar de un lado al otro la iglesia. Según la leyenda es imposible distinguir el lugar de dónde viene y en el que se pierde. La iglesia de la plaza no está abierta al público debido a daños causados en el último sismo. Aun así, el espectro del monje alto y flaco, en ocasiones similar a una nube de cenizas, continúa dando vueltas por la zona.

La Calle del Fantasma en la Candelaria en Bogotá

La Calle del Fantasma es un lugar famoso por la reconocida historia del ingeniero Alex Mogollón, a quien un antiguo alcalde de la ciudad ordenó la tarea de empedrar por completo el barrio La Candelaria en un plazo de 6 meses y 6 días. Los días pasaron y Alex estaba más interesado por tomar y salir de fiesta que por terminar su trabajo.

Cuenta la leyenda que la noche anterior del día de entrega, el ingeniero, asustado porque sabía que no iba a terminar a tiempo, invocó al diablo para que le ayudara y a cambio él le entregaría su alma. La condición era que no debía faltar ni una piedra o de lo contrario no habría trato. La historia cuenta que el diablo y sus ayudantes debían hacer el trabajo de 6 meses y 6 días en 6 horas. Al día siguiente, todas las calles del barrio estaban empedradas, hasta que el diablo y Alex Mogollón llegaron al callejón de la Calle del Fantasma. El diablo se dio cuenta de que debía irse sin el alma de Alex porque resultó que en esta calle exactamente faltaba una piedra.  

La Tulivieja de Panamá

Los rumores cuentan la historia de una mujer muy hermosa en Azuero, a pocas horas de la ciudad de Panamá. La zona es conocida por los diferentes grupos de soldados hispanos que habitaron durante la conquista española donde uno de los capitanes “se enamoró” de esta panameña hermosa.

Se encontraron en el mismo lugar que se conocieron, a la orilla del rio. La mujer intenta decirle que allí está el fruto de su relación, su hijo. En tan solo minutos, su bebe termina siendo arrastrado por la corriente. Entonces fue cuando su grito, el llanto desconsolado, hizo eco en los cerros. El hijo ya se había vuelto parte de las aguas del rio, mientras ella tenía toda su atención dirigida a su supuesto amor. El soldado desaparece entre el bosque y la deja sola consumida por las tinieblas de la desesperación. 

Según los panameños, ella vaga por las noches en busca de su hijo y llora poseída por un dolor inconcebible. La leyenda cuenta que, en su desesperación por encontrar a su hijo, se lleva a los niños que encuentre desprotegidos, aunque estén en sus casas.