Los organizadores del Tour de Francia rechazan la participación del ciclista británico Chris Froome, cuádruple ganador de la ronda gala, que empieza el próximo sábado, pero su ausencia está lejos de ser segura.
A menos de una semana de la salida desde Vendée, Froome ignora todavía su suerte. Rechazado por los organizadores del Tour, que priorizan defender su prueba, el líder del equipo Sky depende de la decisión que tomará la Cámara Arbitral del Deporte (CAS) del comité olímpico francés, quien celebrará una audiencia de este martes y dará a conocer su decisión al día siguiente.
La información revelada este domingo por el diario Le Monde fue confirmada a la AFP por una fuente próxima al caso, pero los organizadores (ASO) rechazan hacer declaraciones.
El caso Froome está a la espera de resolverse desde que el británico fue advertido de un control antidopaje “anormal” durante su victoria en la Vuelta a España el pasado mes de septiembre, por un exceso de salbutamol, un medicamento contra el asma. Corresponde al Tribunal antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI), la decisión de sancionarlo o no.
A la espera de la decisión, Froome está autorizado a correr en razón de la naturaleza de la sustancia detectada. El británico ganó el Giro de Italia en mayo, lo que le otorga la posibilidad de firmar un doblete Giro-Tour, lo que no ha conseguido nadie durante los últimos 20 años, así como a lograr su cuarto éxito consecutivo en una gran vuelta. También se postula para igualar el récord de cinco victorias en el Tour que comparten cuatro corredores (Anquetil, Merckx, Hinault e Induráin).
Su presencia en la línea de salida, el sábado, depende de la decisión de tres árbitros, elegido uno por el Sky, otro por ASO y el tercero por el Comité olímpico francés. El trío tiene que pronunciarse, no sobre el fondo (control antidopaje), pero sí sobre las consecuencias de la presencia de Froome en la carrera.
En el reglamento del Tour de Francia (artículo 29), los organizadores tienen “la posibilidad de rechazar la participación de un equipo o de uno de sus miembros si su presencia pudiera dañar la imagen o reputación de ASO o de la prueba”.
La cuestión está acompañada de un problema de seguridad, vista las reacciones contrarias, incluso hostiles, que ha generado este interminable culebrón.
El gregario de Froome, el galés Geraint Thomas, declaró tener “la impresión de que hay más odio” hacia el equipo Sky. “El Tour reúne a mucha gente, y algunas personas son malintencionadas”, añadió. Así pues, la seguridad de Froome, que fue rociado con orina en la etapa de Mende en 2015, no puede ser garantizada a lo largo de los más de 3.300 kilómetros de la carrera.
En el pasado, los organizadores del Tour rechazaron a uno o más corredores en tres ediciones. No obstante, los ciclistas fueron apoyados por las instancias (UCI en 1999, TAS en 2006, CAS en 2009).
La decisión de ASO recibió el aplauso este domingo de Marc Madiot, presidente de la Liga nacional francesa de ciclismo y director del equipo Groupama-FDJ. “Política, valiente y lógica”, declaró el máximo responsable francés.
“Nadie puede asegurar que Froome no estará en la salida del Tour”, de todas maneras recordó Madiot. “Se está desarrollando un procedimiento jurídico, confío en que mis amigos anglosajones se organicen y se defiendan en consecuencia”.
El Sky, que aún no ha anunciado los nombres de los ocho corredores que presentará en el Tour, reaccionó este domingo en la página web especializada Cyclingnews: “Confiamos en que Chris esté en la salida del Tour porque sabemos que no hizo nada malo”.