La angustia de Messi | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 21 de Junio de 2018
Alejandro Munévar

Por Alejandro Munévar

 Enviado Especial de EL NUEVO SIGLO

Nizhni Nóvgorod

 

Los resultados de Argentina no han sido los esperados durante este Mundial. Bien lo había dicho el capitán Messi antes de empezar el periplo europeo, justo antes de embarcar el avión en Buenos Aires: “No somos favoritos, vamos a lucharla”. Y, efectivamente en eso se la han pasado, luchándola, pareciera que se hubiesen olvidado de su gen futbolístico, ese que habla de buen toque de pelota, fútbol exquisito; en cambio han recurrido al clásico pelotazo de sus vecinos los uruguayos y lo más preocupante es que teniendo al mejor del mundo no están haciendo nada para utilizarlo.

La soledad del ‘10’ es absoluta, basta con ver el primer partido de la albiceleste contra Islandia. Messi trató de todas las formas posibles de hacer que su equipo fuera más efectivo, tuviera oportunidades, pero está claro que él solo no puede contra once. Pareciese que en la AFA no vieran los juegos del Barcelona en donde el crack argentino siempre ha tenido jugadores que lo secundan; primero fueron Xavi e Iniesta, luego Busquets, Rakitić, entre otros que tienen una sola labor establecida, jugar para el ‘10’; en Argentina en cambio esperan que Lionel salve la patria él solo, sin ningún ejército que lo secunde.

La situación es alarmante, matemáticamente los argentinos siguen con vida, pero futbolísticamente no tienen con qué y la preocupación se le nota en la cara a Messi; nada más había que verlo mientras sonaba el himno de la República Argentina, mientras que sus compatriotas gritaban tratando de dar el último halo de aliento a su selección, el ‘10’ se rascaba la cabeza y miraba con preocupación al piso, como si la pesadilla de quedar eliminados en primera ronda del Mundial se le estuviera volviendo realidad.

Ni hablar del desarrollo del partido con Croacia en donde la soledad de Messi se hacía evidente con el transcurrir de los minutos. El ‘10’ trataba de salvar a su equipo, mientras sus compañeros lo veían impávidos desde el mejor de los palcos, como si estuvieran en un coliseo romano en donde un solo hombre se enfrentaba a once leones; pero cuando los croatas se pusieron arriba en el marcador tras un error imperdonable de Willy Caballero, ni siquiera Messi pudo elevar la moral gaucha.

Dice el libro del fútbol que cuando en el campo no hay soluciones, desde el banco tiene que llegar una luz que ilumine el camino hacia una posible salida, pero en Argentina, Jorge Sampaoli no da pie con bola. No pudo en mes y medio que tuvo a la Selección concentrada en encontrar los compañeros perfectos para el consentido; se estará arrepintiendo de haber dejado votado su puesto en el Sevilla español y de haberle rogado al “Chiqui” Tapia que le entregara la dirección de la selección mayor.

Los cálculos para que Argentina pase a octavos de final son difíciles, puesto que ninguna ecuación les cuadra; cuando el fútbol no da, se espera que las matemáticas ayuden, pero ya ni los números están del lado de Argentina.