Los ganadores del anterior Mundial siempre son los favoritos, pero en Rusia 2018 se ha confirmado una tendencia que no falla: la eliminación en fase de grupos del vigente campeón.
Siempre hay una primera vez, y ésta fue la de Alemania. El equipo de Joachim Low quedó eliminado en fase de grupos por primera vez en su historia y confirmó el fin de una generación que fue capaz de golear a Brasil 7-1 en Belhorizonte y luego ser campeón en el Maracaná contra Argentina.
La “maldición” del campeón no sólo la ha tenido que experimentar Alemania. Es, como los goles de cabeza en Rusia 2018, repetitiva y dolorosa. La ha vivido la Francia de Zidane, la Italia de Pirlo, la España de Iniesta y ahora el equipo liderado por Tony Kroos, el volante que con un gol al último minuto nos hizo pensar que, como muchas cosas, Alemania sería la excepción.
En 2002, luego de ganar en su casa, por primera vez y con un equipo conformado por estrellas como Desailly, Deschamps (el técnico actual), Henry y Robert Pires, Francia se despidió anticipadamente de Corea y Japón con una triste presentación.
Una de las imágenes más recordadas fue la victoria de Senegal –hoy rival de Colombia- contra la campeona del mundo. Muchos hablaron de una revancha post-colonial, haciendo referencia al pasado de este país africano como territorio colonizado por los franceses durante el Siglo XIX y parte del XX.
Salvo Zidane (y uno que otro jugador más), la eliminación en Corea y Japón dejó a muchos jugadores por fuera de la Selección. Fue, en ese entonces, un duro golpe al fútbol de ese país y se creyó que sería un hito en la historia del Mundial, acostumbrada a que los campeones llegaran a instancias finales.
Ocho años después, la “maldición del campeón” cobró otra víctima más. Francia respiró porque se trataba de, quizá, su principal rival: Italia. La Selección dirigida por Marcelo Lippi, que venía de ganar en Alemania por penales frente los franceses, se quedó en Suráfrica en fase de grupos.
Jugadores como Gattuso, Cannavaro y Zambrotta, se despidieron de la Selección quedando de últimos en un grupo conformado por Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda. Impensable. Desastroso.
A partir de esa eliminación, Italia empezó a vivir una crisis a nivel futbolística que la ha llevado a su peor momento con la no calificación a Rusia 2018, tras perder en el repechaje contra Suecia que pasó como primera del grupo de Alemania y México.
La poca suerte italiana y la caída de la Francia Zidane no fueron suficientes. La “maldición del campeón” es atrevida, constante y se ha convertido en un hecho que se confirma cada cuatro años.
En Brasil, tras ser calificada como una de las mejores selecciones de la historia, tan así que fue comparada con el Brasil de 1970, España también se quedó en fase de grupos, lo que le costó el puesto al “bigotón” Del Bosque.
Un Chile embalado y una Holanda que llegó a la final contra Argentina hicieron que la “Roja” conociera el fracaso, luego de ganar dos Eurocopas seguidas y el Mundial de Suráfrica (el primero en su historia).
Inevitablemente, Alemania como venían las cosas terminaría así: maldito. A lo largo de tres partidos jugó mal, pero no contó con suerte. Palos, rebotes y jugadas sin sentido terminaron arruinando su sueño de “bicampeón”.
Perdió con México, agónicamente ganó frente a Suecia y fue derrotada por Corea del Sur. Nunca convenció. Salvo que la Euro 2020 diga lo contrario, esta eliminación abrió el camino para que Mueller, Neuer, Ozil y Khedira dejen la Selección.
También confirmó que existe una eliminación. Que es cierta. Y que hasta la vivió la imbatible Alemania.