El presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Baltazar Medina, en la apertura de la segunda cohorte del posgrado de periodismo deportivo que se lleva a cabo en la Escuela Nacional del Deporte, sostuvo que los nuevos comunicadores se preocupan más por las noticias rosa que por profundizar en lo que pasa con los deportistas.
“Hay que reconocer que la influencia que tienen algunos deportes sobre los medios es muy grande. El fútbol sigue siendo el deporte de multitudes y es entendible que los medios se preocupen mucho de este, porque allí las audiencias ponen la mayor atención; a lo mejor, a ese tipo de público no les interesa saber si Leydi Solís subió un kilo con miras a conseguir una medalla a los juegos de Tokio , pero a cambio a esa audiencia sí le interesa saber si James saludó a Zidane y si el papá de Messi, está volando a Barcelona a mirar qué le pasa al contrato de su hijo, o si los hinchas del Barcelona están haciendo paro, para que el argentino se quede en el equipo Culé”, sostuvo en su intervención Medina.
Lo que manifestó el presidente del COC, es más que cierto. Los medios estamos llegando al facilismo y a las noticias rosa del deporte, nos hemos olvidado de informar sin fanatismo, sin quitarnos la camiseta y nos preocupamos más por lo fácil y no vamos al fondo de los hechos. Todo es superficial.
La autonomía la perdimos porque una medalla de oro en unos juegos Panamericanos es menos importante que el ‘Tigre’ Falcao haga un gol con el Galatasaray o la chilena de James en un entrenamiento, así como el insulto de un técnico a un árbitro; no hay autonomía, porque el director del espacio sabe que eso vende más que la medalla.
Ahora bien, los deportistas sufren mucho para conseguir las medallas y durante su periodo de clasificación casi ni los volteamos a mirar, pero cuando suben a un podio olímpico y no nos dan una entrevista, los tildamos de agrandados, ¿o les decimos “y ese a quién le ha ganado para que no quiera hablar con la prensa?”. Creería, que lo mejor que podemos hacer desde los Medios es mirar un poco más al hombre, al que sufre, al que se acuesta sin haber comido algo en la noche y el que tiene que salir temprano de su casa a buscar el mejor registro para figurar entre los mejores del mundo.
A Egan Bernal, el campeón del Tour, lo vinimos a reconocer como la gran figura cuando se puso la amarilla hace un año y cuando decidió a quién le dirigía la palabra y a quién no, nos molestamos.