Tras una votación, el Parlamento Europeo anunció este martes su oposición a las competiciones deportivas "disidentes", como el proyecto interrumpido de la SuperLiga de fútbol, haciendo un llamamiento a la solidaridad y a la inclusión en el deporte.

En un texto que recibió 597 votos a favor (36 en contra y 55 abstenciones) los diputados europeos reunidos en sesión plenaria en Estrasburgo se "oponen de manera firme a las 'competiciones disidentes' que van en contra de estos principios y ponen en peligro la estabilidad del ecosistema deportivo global".

El Parlamento Europeo, en este texto no vinculante, pidió que "la cultura deportiva europea esté alineada con los valores de la UE; solidaridad, durabilidad, inclusión para todos, competición abierta, mérito deportivo y equidad".

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El ponente del texto, el eurodiputado polaco Tomasz Frankowski (PPE, derecha), estimó que el principal desafío era "promover el modelo europeo del deporte y protegerlo de amenazas como una SuperLiga".

Doce grandes clubes de fútbol europeo anunciaron en abril la creación de una competición privada, un torneo casi cerrado que buscaba ocupar el lugar de la Liga de Campeones. 

Recibió muchas críticas, desde aficionados a políticos, y nueve de estos equipos se retiraron del proyecto, a excepción del Real Madrid, el Barcelona y la Juventus, que mantienen su pelea.

"La SuperLiga europea nunca fue concebida como una liga 'disidente'. Al contrario, contractualmente fue siempre sometida a una total compatibilidad con la participación de los clubes en sus competiciones nacionales", se defendieron en un comunicado recibido por la AFP los financieros Anas Laghrari Y John Hahn, presentados como "patrocinadores" del proyecto.