Deportes Tolima, que de a poco va retomando el nivel que lo llevó a disputar tres finales consecutivas en el torneo rentado, iniciará su camino en la Copa Suramericana frente a un rival que no cree en nadie, el Puerto Cabello.
Los ‘Pijaos’, que no tuvieron un buen remate el año pasado ni un buen comienzo de temporada, de la mano del técnico Hernán Torres, ya se encuentra en la octava casilla de la liga, peleando cupo para los cuadrangulares.
De a poco, el equipo ibaguereño se ha ido reencontrando con el estilo de juego que lo ha caracterizado desde que el estratega tolimense regresó al banco técnico y que lo muestra eficiente en defensa y eficaz en ataque.
Hasta hace unas fechas, el conjunto ‘Pijao’ daba muchas ventajas en defensa y convertía poco en puerta contraria, pero a hoy, las cifras muestran su mejoría, aunque no son las ideales: 13 coles marcados y 13 recibidos.
El fin de semana rindió un exigente examen frente a Medellín y lo pasó. Sin embargo, si por los números fuera, la diferencia con su oponente de hoy es grande.
El venezolano Puerto Cabello, dirigido por Noel Sanvicente, marcha invicto en el torneo de su país con un récor de ocho victorias en igual número de presentaciones, con 19 goles marcados y tan solo uno recibido.
El elenco de Sanvicente juega con un sistema 1-3-3-1-3, que tendrá que descifrar Torres para poder hacerle daño y arrebatarle, cuando menos, un punto.
El partido se disputará en el estadio Complejo Deportivo Socialista de la ciudad portuaria de la que derivó el nombre del club, a partir de las 7:00 p.m.
De otro lado, el Tigre de Argentina y el poderoso Sao Paulo, protagonistas de una escandalosa final de la Copa Suramericana de 2012, volverán a verse las caras hoy en Buenos Aires por la primera fecha del Grupo D de la edición 2023 del torneo regional.
Hace once años, el Sao Paulo se consagró campeón de la Sudamericana ante el modesto 'Matador' tigrense, que llegaba por primera vez a una final internacional en su historia, frente a un rival experimentado en estos duelos, aunque el desenlace fue inesperado.
Luego del empate 0-0 en La Bombonera, donde se jugó el partido de ida de la final, Tigre viajó para la revancha en el estadio Morumbí, donde perdía 2-0 al final del primer tiempo.
Al dejar la cancha para el descanso, el plantel argentino denunció que en los vestuarios fue agredido por integrantes de seguridad y de la Policía brasileña, y amenazado con armas de fuego, motivo por el cual desistió de entrar a jugar el segundo tiempo.
Sao Paulo ganó por el abandono de su rival, en un final tan confuso como amargo para la aventura de Tigre en su mejor torneo internacional.
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Las denuncias de los argentinos fueron desestimadas, a la vez que sus jugadores fueron tachados de “cobardes” por el entrenador del equipo campeón, Ney Franco.
A partir de ese antecedente nefasto, se espera un duelo caliente entre hinchas el jueves en la localidad de Victoria, en el norte de Buenos Aires, donde Tigre recibirá al actual subcampeón de la Sudamericana con fuertes medidas de seguridad.
Desde el lado brasileño, la 'torcida' paulista prohibió que mujeres y menores de edad viajen a este partido.
En el marco de esta tensión, Diego Martínez, el entrenador de Tigre, que podría emigrar a Boca Juniors en los próximos días, comentó: “Repudiamos cualquier tipo de violencia o agresión, sea a un equipo argentino o de cualquier nacionalidad. Aquel episodio fue algo muy difícil para el plantel y cuerpo técnico de nuestro club”.
Tigre vuelve a la Copa Suramericana tras ocho años de ausencia, en su cuarta participación en el torneo, y llega con el ánimo en alza tras vencer 2-1 el sábado a Lanús, con lo que templó la confianza después de tres derrotas seguidas en la liga doméstica, en la que ocupa el decimoctavo puesto entre 28 equipos.
De su lado, Sao Paulo viene de caer sorpresivamente por penales ante Agua Santa en los cuartos de final del campeonato Paulista, antes de su estreno en el Brasileirao, a mediados de mes, de visita ante Botafogo.