A propósito de la celebración del Día del Profesor, un estudio realizado por la Universidad de La Sabana reveló que los docentes de preescolar y primaria no se están formando en pedagogía, lo que lleva a que no preparen sus clases y ocupen a los niños en tareas sin sentido.
De acuerdo con el informe, los profesores se están formando en disciplinas como sociología, sicología y antropología, dejando de lado la pedagogía, lo que reduce la capacidad para aplicar lo que aprendieron y hacer una reflexión sobre el contexto en que enseñan y los efectos de sus prácticas.
La directora de la Maestría en Pedagogía de la Universidad de La Sabana, Rosa Julia Guzmán, le expresó a EL NUEVO SIGLO que “existe una idea generalizada en el común de las personas, que los lleva a pensar que enseñar es muy fácil, y resulta que entre enseñar y dar una clase hay una gran diferencia”.
Así las cosas, Guzmán explicó que “puede que dar clase sea fácil pero cuando uno está pensando en enseñar, uno tiene que tener la formación disciplinar, en ese caso tendría que ver con los usos sociales del lenguaje, pero también tiene que tener una formación pedagógica muy sólida que lo lleve sobre todo a entender ¿cómo aprenden los niños? y ¿cómo piensan sobre lo que aprenden?, que es lo que está prácticamente ausente de las aulas”.
En la investigación adelantada por la Universidad participaron 100 profesoras, algunas de ellas sin formación pedagógica, otras en proceso de formación inicial, con mínimo 10 años de experiencia e incluso con maestría y varias dictando clase en colegios públicos y privados.
Allí se analizó, cuenta Guzmán, “categorías como la metodología que aplican en clase, la manera como le enseñan a los menores a leer y a escribir y las didácticas que realizan en el aula”.
Lo que resultó para la Directora de la Maestría, es que los docentes no están aplicando lo que aprendieron en la universidad y se basan en el aprendizaje empírico para realizar sus dinámicas en el salón. “Realizan actividades como hacer planas, copiar, recortar, pegar o pintar que están mandadas a recoger”.
Recalcó que esta manera de enseñar está ligada a las experiencias que los profesores tuvieron en su infancia y adolescencia. “Esto es más frecuente en quienes no tienen formación pedagógica y sin embargo están enseñando”.
Según Guzmán, “pese al esfuerzo que viene realizando el Gobierno para ampliar la cobertura y la calidad en la educación superior, es en la escuela primaria donde se presentan los mayores problemas de aprendizaje y se asimila el fracaso como algo natural, cuya responsabilidad siempre recae en los estudiantes y los padres de familia”.
¿Qué hacer?
Ante este panorama que podría resultar sombrío en la forma como se está educando, Guzmán le dijo a este diario que “para lograr formar muy bien a los niños, hay que formar muy bien a los docentes”.
Entonces, “desde nuestra perspectiva se requiere que para enseñar a enseñar a un docente lo tiene que hacer alguien con formación pedagógica, y esa es una de las grandes fallas que tienen muchas, no diría todas, pero sí muchas facultades y es que: si bien es importante contar con distintos profesionales en la formación no se le puede delegar el proceso de formación de trabajo en el aula a alguien que no haya vivido esa experiencia, que haya reflexionado, investigado sobre cómo es que se enseña y se aprende en el aula”.
No obstante, expresó que “bienvenidos los estudios sociológicos, filosóficos, sicológicos, etc., pero hay que poner en el centro de la formación de los docentes a la pedagogía”.
Más pedagogía
La experta en la materia también manifestó que “la pedagogía es la teoría que resulta de reflexionar sobre las prácticas de enseñanza, eso quiere decir que esa formación pedagógica tiene que darla un pedagogo, entonces, mientras no seamos capaces de recuperar a los buenos pedagogos para formar a los profesores, va a ser una tarea muy difícil, y estamos necesitando mucho trabajo en pedagogía”.
“Desafortunadamente muchas facultades se concentran mucho más en la formación disciplinar, que por supuesto es necesaria porque uno no puede enseñar lo que no sabe, pero es que un buen profesor tiene dos profesiones: dominio disciplinar en lo que enseña (matemáticas, ciencias) pero también tiene que ser muy fuerte en pedagogía, y es esto último lo que nos está faltando”.
Agregó que “no todos los conocimientos que se dan en la universidad resultan útiles para el profesor, por eso muchos de ellos no se ponen en práctica, la cuestión es que una buena formación de un profesor requiere trabajar sobre prácticas reales, no simuladas, en un aula de clase sobre las cuales se reflexiona para poder entrar en diálogo con la teoría”.
Guzmán enfatizó en que “se cree que enseñar es decir lo que el profesor sabe y los niños verán qué hacen para aprender, no es eso. Enseñar es muy complejo”.