Alberto Carrasquilla, el ministro de las tormentas | El Nuevo Siglo
Foto Diana Rubiano/ El Nuevo Siglo
Domingo, 26 de Abril de 2020
Redacción Economía

“… Hay tres cosas que uno debe saber de Carrasquilla: se mueve mejor en las crisis que en las aguas mansas; ve su trabajo muy en el aquí y ahora, sin perderle tiempo a qué pasará cuando deje el cargo; y es el integrante del gabinete que tiene más respaldo del presidente Duque, que se lo ha dejado muy, pero muy en claro a toda la cúpula del Gobierno, la coalición y la oposición”.

Así describe un dirigente político muy cercano a la Casa de Nariño al Ministro de Hacienda, a quien no pocos califican hoy como “un hombre de tormentas”. Y no es para menos: en apenas 20 meses como zar de las finanzas (cargo que  había ocupado entre el primer y segundo mandato de Uribe) a Carrasquilla, tan impopular como todos los zares de finanzas en todos los gobiernos, le ha tocado enfrentar duras pruebas.

Por ejemplo, en octubre de 2018, cuando llevaba pocas semanas como titular de la cartera económica, las bancadas de la oposición enfilaron baterías en su contra, tratando de someterlo a un debate de moción de censura por el ya desgastado escándalo de los “bonos de agua”, una figura de financiamiento municipal creada en el mandato Uribe. Según los acusadores, cuando Carrasquilla salió del Ministerio en 2007 y volvió al sector privado se habría enriquecido negociando estos títulos que dejaron a decenas de alcaldías endeudadas.

Como este escándalo no era nuevo, fue claro que revivirlo era la primera ‘medición de aceite’ que la oposición le hacía al gobierno uribista. Mientras que en el Senado las mayorías oficialistas y algunos congresistas independientes bloquearon la citación a moción de censura, en la Cámara el debate sí prosperó. Carrasquilla, a quien sus críticos señalaban de menospreciarlos y actuar con mucha suficiencia, replicó las acusaciones con solvencia. Al final, 120 votos lo respaldaron contra 23 en su contra. El Ministro no solo salió fortalecido políticamente, sino que el viento de cola le sirvió para lograr que el Congreso le aprobara en tiempo récord la llamada Ley de Financiamiento, con la que se aseguraba más de $12 billones para tapar el hueco fiscal dejado por el mandato Santos.

Según un veterano dirigente gremial “… no fue una reforma fácil de sacar, porque las mayorías del Gobierno estaban muy ajustadas y así como creaba un esquema de incentivo empresarial, también aumentaba la carga tributaria”.

Viento en popa, pero…

Arrancaría el 2019 y el panorama económico pintaba más despejado, no solo porque el 2018 cerró con un PIB al alza de 2,7%, sino porque la Ley de Financiamiento aseguraba cierta tranquilidad en el tema fiscal. El creciente desempleo, sin embargo, era el más grave dolor de cabeza.

“Carrasquilla es un pragmático… Tiene credibilidad en los gremios, en las firmas calificadoras y la banca multilateral y se entiende con la junta del Banco… Es más, no se puede decir que sea un entusiasta de la economía naranja (programa bandera de Duque) pero le aseguró la plata… El problema es que, a veces, un mal típico de los economistas, su exceso de sinceridad lo mete en líos, como cuando dijo que no sabía por qué subía el desempleo”, afirmó un prestigioso analista económico consultado por este Diario. 

Paradójicamente los siguientes meses le permitieron a Carrasquilla concentrarse en sentar las bases del nuevo programa económico, la arquitectura financiera del Plan de Desarrollo y la confección del Presupuesto General para 2020. Los altibajos cambiarios y en los precios del petróleo así como el aumento de la tasa de desocupación continuaron siendo los frentes preocupantes. Aunque recibía críticas por su bajo perfil mediático, las contrarrestaba con una mejoría sostenida en las cifras macro y micro de la economía, con el PIB y la inversión extranjera a la cabeza.

“… Carrasquilla prefirió alejarse de la exposición política y mediática porque sabía que cada vez que saliera sería el blanco… Además, ya el Gobierno empezaba a caer en las encuestas y el clima social y político se caldeaba más… Todo se complicó más en el último trimestre con la citación a paros, la primera moción de censura contra el (entonces) ministro de Defensa (Guillermo Botero) y después contra la de Transporte… Pero luego fue troya y otra vez el Ministro de Hacienda quedó en el sartén”, agregó un congresista de la bancada oficialista consultados por EL NUEVO SIGLO.

¿Qué pasó? En octubre la Corte Constitucional tumbó la Ley de Financiamiento por vicios de trámite y las críticas se dirigieron, obviamente, a Carrasquilla; el ministro Botero tuvo que renunciar al ser inminente una moción de censura en su contra; en noviembre se desató una ola de paros y ‘cacerolazos’ y la debilidad política del Ejecutivo era evidente…

Aun así, contra viento y marea, haciendo lobby aquí y allá, teniendo que introducir de urgencia partidas de alivios sociales para calmar la racha de paros, y mediando incluso una recomposición de la coalición y el gabinete, Carrasquilla logró que el Congreso le aprobara, a finales de diciembre, una segunda reforma tributaria en menos de un año, esta vez bajo el nombre de Ley de Crecimiento, aunque menos ambiciosa en recaudo.

Vuelve y juega

El arranque de 2020 pintaba algo más tranquilo en el flanco económico, sobre todo al confirmarse que el PIB de 2019 fue de 3,3%, uno de los más altos de América Latina. Carrasquilla estaba más que atornillado y se descartaron rumores de una aspiración al Emisor.

Sin embargo, a comienzos de febrero se empezaron a prender las alarmas por la complicación de la epidemia de Covid-19 en China, su rápido paso a Europa y la llegada del coronavirus a Colombia a comienzos de marzo. Vendría entonces la cuarentena nacional desde la tercera semana del mes pasado, el freno de la actividad productiva en más de un 60%, la crisis de los precios del petróleo, la disparada del dólar, las alertas de una recesión global y la necesidad de activar un plan de contingencia que demanda, de entrada, no menos de $20 billones pero a corto y mediano plazos dos o tres veces esa cifra… Las cuentas fiscales y todas las proyecciones de un mayor crecimiento en 2020 se frenaron en seco y hoy la apuesta es por caer lo menos posible. Y, como si lo anterior fuera poco, esta semana el senador Gustavo Petro propuso aplicarle una moción de censura por un presunto mal manejo de la emergencia e incluso lo acusaron de reunirse con dirigentes señalados por parapolítica…

“… No hay ministro de finanzas en el mundo preparado para esta debacle… Pero si me pregunta, sin ser santo de mi devoción, que Carrasquilla esté hoy al frente del Ministerio resulta alentador, porque sabe moverse en las crisis y esta es la peor de todas”, puntualizó el citado dirigente gremial.

Todo lo anterior valida por qué este es el ministro de las tormentas.