Alto déficit de cuenta corriente despierta alarmas en mercados | El Nuevo Siglo
CALIFICADORAS como Ficht Ratings y Standard And Poor's tienen el ojo puesto en una reducción de los déficits, tanto de cuenta corriente como fiscal. /ENS
Alex Londoño - El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Abril de 2023
Redacción Economía

El panorama de la cuenta corriente a cierre del 2022 no fue el mejor para el país y encendió las señales sobre el alto déficit. En efecto, y de acuerdo con la balanza de pagos de Colombia, el déficit se ubicó en 6.2% del PIB (-US$21.446 millones) en 2022, lo que representó un incremento de 0.6% respecto al -5.7% del PIB registrado en 2021 (-US$17.981 millones).

De acuerdo con el reporte, en la explicación por componentes para el acumulado anual, la ampliación del balance deficitario de la renta de los factores (97% frente a 2021) es el principal responsable del incremento observado.

En tanto, la balanza comercial de bienes y la de servicios registraron reducciones que ayudaron a contrarrestar la dinámica del ingreso primario (-15% y -21%, respectivamente), al tiempo que las trasferencias corrientes crecieron un 10%.

Según un análisis de Anif sobre el comportamiento de cuenta corriente, señala que el déficit para 2022 se compuso de la siguiente forma: el déficit de la balanza comercial, bienes y servicios, (-US$16.579 millones), equivalente a -4.8% del PIB (frente a -6.3% del PIB presentado un año atrás); el déficit en la renta de los factores (-US$ 17.209 millones), correspondiente a -5.0% del PIB (-2.7% del PIB); y el superávit en las trasferencias corrientes (US$12.342 millones), con lo cual se ubica en el 3.6% del PIB (frente al 3.4% del PIB del año anterior).

Las balanzas

Al desmenuzar el resultado, al interior de la balanza comercial de bienes, se registró un déficit de US$11.818 millones (-3.4% del PIB). Ahí, las exportaciones se expandieron un 40% anual hacia niveles de US$59.764 millones (contra US$42.736 millones un año atrás).

El incremento fue generalizado, no obstante, el mayor valor del carbón y del petróleo crudo (83% y 29%, respectivamente), así como por el aumento en el volumen exportado de carbón y petróleo (2.2% y 3.4%) explican en mayor medida la expansión. A esto le siguieron las exportaciones de productos industriales y de café.

En el frente de la balanza comercial, la corrección en el consumo interno, en respuesta a los altos precios y el menor apalanca- miento de los hogares, será un determinante clave para la reducción de las importaciones.

En cuanto al comportamiento de las exportaciones, se espera una disminución producto del menor ritmo de crecimiento de las economías a nivel mundial que podría estar parcialmente compensada por las exportaciones no tradicionales que se beneficiarían de la tasa de cambio.

Considera Anif que la mayor reducción del déficit se espera que provenga de la renta de los factores en línea con la desaceleración de la actividad económica y los menores egresos por utilidades asociadas a la Inversión Extranjera Directa (IED) en un contexto de menores precios de los combustibles y un mejor escenario de financiamiento a nivel mundial. Por último, en el frente de las transferencias corrientes, la menor dinámica internacional se traducirá en una menor recepción de remesas.

Otros aspectos

En otro análisis del resultado del 2022, se tiene que la profundización de las situaciones en el frente externo e interno llevaron a que en el tercer trimestre la cuenta corriente del país registrara un déficit de 7.0% del PIB (equivalente a -US$6.091 millones). Por componentes, el resultado del trimestre se desprendió de los mayores egresos registrados en el rubro de renta de los factores y el incremento del déficit de la balanza comercial tanto de bienes como de servicios.

Esta ampliación se vio contrarrestada con los resultados de los últimos tres meses del año, con lo cual la cuenta volvió a registrar correcciones que le permitieron retornar a la tendencia decreciente que se registraba en el primer semestre de 2022.

Eso se tradujo en un déficit de 6.1% del PIB (equivalente a -US$4.987 millones) para el cuarto trimestre, lo que representa una disminución de 0.9% respecto al déficit registrado en el trimestre anterior y de 0.8% frente a lo observado en el mismo periodo de 2021 (-6.9% del PIB, equivalente a -US$5.972 millones).

En este caso, el menor déficit del trimestre lo explicó la reducción del déficit de balanza comercial de bienes, así como los menores egresos de la renta de los factores. Al tiempo que se registró un incremento en los ingresos por transferencias corrientes.

La percepción

De otra parte, Anif señala que a medida que los inversionistas empezaron a percibir a Colombia como un país más riesgoso que otros emergentes, indicadores como en EMBI (Emerging Markets Bond Index) se desanclaron del comportamiento de sus pares.

“Un mayor EMBI mide una mayor diferencia de la tasa de interés que pagan los bonos en dólares emitidos por países subdesarrollados como Colombia y los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Un país más riesgoso debe pagar un interés más alto, dado que para atraer compradores debe ofrecer un mayor rendimiento de su bono que compense una mayor probabilidad de incumplimiento percibida; es decir, debe pagar tasas más altas por endeudarse”, sostiene el centro de pensamiento.

Dado que un mayor EMBI refleja un costo de financiamiento más grande, la percepción que el mundo tiene de Colombia impacta de manera directa su deuda externa. Uno de los factores que aumentó la percepción de riesgo de Colombia fue la pérdida de su grado de inversión en el 2021.



Asimismo, la rebaja en su calificación crediticia tuvo un impacto de corto plazo, medido mediante una mayor volatilidad en los mercados, y uno de mediano y largo plazo, con el aumento de la deuda y menores incentivos para la inversión extranjera directa. En el 2021, la calificadora Fitch Ratings estableció que el alto nivel de deuda pública y la incertidumbre frente a la capacidad institucional para enfrentarla fue un factor decisivo para la rebaja en la calificación. Colombia se encuentra entonces en un ciclo vicioso, dado que una mayor deuda induce una menor calificación crediticia, que restringe la entrada de capitales y encarece el financiamiento, lo cual a su vez genera una mayor deuda.

La percepción de los agentes externos

La dinámica de la cuenta corriente en 2022 hace necesario tener en cuenta cómo nos están viendo desde el exterior para poder avanzar hacia un contexto favorable que permita el mejoramiento de las condiciones macroeconómicas del país, y por ende la reducción del déficit.

Asegura Anif que “en ese sentido, el comportamiento de la renta fija en Colombia refleja de manera importante la percepción de los agentes internacionales sobre el país. Un mayor flujo de venta de TES implica una salida de capitales del país y refleja una pérdida de confianza. Paralelamente, esto genera incrementos en las tasas de rendimientos de los bonos de deuda ­soberana, dado que los inversionistas demandan una mayor prima por la adquisición de títulos que consideran más riesgosos”.

Indican que un encarecimiento de la deuda soberana en el país limita el acceso a financiamiento y que trae como consecuencia una profundización del déficit fiscal. Durante el 2022, la deuda pública colombiana se desvalorizó, con una subida en los rendimientos de los bonos a 10 años de casi 60% (entre enero y diciembre de 2022), presionada por una caída en las compras netas de TES durante el segundo semestre del año. El 2022 finalizó con una salida neta de capitales equivalente a $2.2 billones, con un flujo de venta casi constante desde el mes de agosto.