Después de que el presidente norteamericano aplicara la primera "ola" de sanciones podría haber tensión internacional.
Donald Trump amenazó a los países que sigan comerciando con Irán tras el restablecimiento el martes de sanciones, que calificó como "las más duras" jamás aplicadas, que provocan desde hace días inquietud en la sociedad iraní y por las que Moscú se declaró "profundamente decepcionado".
En Irán, el rechazo a estas sanciones es general. Estados Unidos decidió imponer medidas punitivas a la República Islámica luego de anunciar en mayo su retiro unilateral del acuerdo del programa nuclear iraní, alcanzado en 2015 con las grandes potencias.
El presidente iraní, Hasan Rohani, acusó a Washington de "querer lanzar una guerra psicológica contra la nación iraní y provocar disensiones" entre los ciudadanos del país.
Pero las sanciones indignaron más allá de las fronteras iraníes. En Moscú, la cancillería rusa se declaró "profundamente decepcionada".
"Estamos profundamente decepcionados", declaró en un comunicado el ministerio de Relaciones Exteriores ruso, afirmando que Moscú "hará todo lo necesario" para proteger el acuerdo y sus lazos económicos con Irán.
Los países europeos, que también firmaron el acuerdo, dijeron estar "decididos a proteger a los operadores económicos europeos que participan en negocios legítimos con Irán", dijo un comunicado de la Unión Europea (UE).
Pero a pesar del anuncio de la UE, el grupo alemán Daimler anunció este martes el cese de sus actividades en Irán.
"Éstas son las sanciones más mordaces jamás impuestas, y en noviembre aumentan a otro nivel", escribió Trump en Twitter. "Cualquiera que haga negocios con Irán NO los hará con Estados Unidos. Estoy pidiendo la PAZ MUNDIAL, nada más", agregó.
Estas primera ronda de sanciones estadounidenses incluye bloqueos a las transacciones financieras y a las importaciones de materias primas, así como medidas para impedir las compras en el sector automotor y en la aviación comercial.
Una segunda tanda, en noviembre, apuntará hacia el sector energético.
Estas sanciones acentuarán el deterioro de la ya maltrecha economía iraní, que sufre de una alta tasa de desempleo y una importante inflación. La moneda iraní, el rial, ya perdió casi dos tercios de su valor desde que Trump anunció su decisión.
"Siento que me están destruyendo mi vida. La situación económica ahora significa que la clase trabajadora tiene que morir", dijo a la AFP Ali Paphi, un obrero de la construcción.
- "Tragarse el veneno" -
La mayoría de los iraníes no expresa su rabia hacia Estados Unidos, hostilidad con la que han vivido durante cuatro décadas, sino contra sus propios líderes, en momentos en que muchos guardan sus ahorros en dólares y planifican sus días de crisis.
"Los precios han aumentado desde hace tres o cuatro meses y todo lo que necesitamos es ahora más caro, incluso antes de que se impusieran las sanciones", lamentó Yasaman, un fotógrafo de 31 años, en Teherán.
Como muchos otros iraníes, Yasaman cree que los líderes políticos de su país se verán obligados a volver a la mesa de negociación.
"La mayoría cree que al final los políticos tendrán que 'tragarse el veneno'" y negociar con Estados Unidos, país con el cual Irán no tiene relaciones diplomáticas desde 1980.
Rohani, que apostó todo al acuerdo nuclear y a una política de apertura hacia Occidente, acusó a Washington de "querer provocar disensiones" entre los iraníes. Estimó "sin sentido" mantener negociaciones a la sombra de las sanciones impuestas "a los niños iraníes, a los enfermos y a la nación".
El lunes, Trump dijo estar "abierto a alcanzar un acuerdo más amplio que aborde toda la gama de actividades malévolas del régimen, incluido su programa de misiles balísticos y su apoyo al terrorismo", pero instó a Teherán a cambiar "su comportamiento amenazante y desestabilizador".
- "Retirar el cuchillo" -
Trump reprocha a Irán, entre varios puntos, su apoyo al presidente sirio Bashar al Asad, a los rebeldes hutíes chiitas en Yemen, al Hamas en Gaza y al Hezbolá libanés.
Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia, Rusia y Alemania alcanzaron en 2015 luego de años de negociaciones con Irán un acuerdo para garantizar el carácter pacífico del programa nuclear iraní a cambio del cese progresivo de las sanciones contra la República Islámica.
Estados Unidos considera estas sanciones "como una forma de presión para que Irán regrese a la mesa de negociaciones y modificar las condiciones del acuerdo. Eso no sucederá", estimó John Glaser, del Cato Institute.
"Si eres un enemigo y apuñalas a la otra persona con un cuchillo y después dices que quieres negociaciones, lo primero que tienes que hacer es retirar el cuchillo", dijo Rohani el lunes por la noche.
En este contexto, este martes llegó a Teherán el ministro de Relaciones Exteriores norcoreano, Ri Yong Ho, funcionario de un país al que Washington también presiona para que abandone su programa nuclear, luego de un hitórico encuentro en junio entre Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un.