EN LA jornada de ayer, la Junta Directiva aprobó los estados financieros del Banco de la República correspondientes al ejercicio anual de 2023. El auditor general ante el Banco y la firma de auditoría externa KPMG S.A.S. emitieron un Informe de Auditoría con una opinión sin salvedades sobre los mismos. Previamente la Superintendencia Financiera de Colombia había impartido su autorización para someterlos a consideración de la Junta Directiva del Banco de la República.
En 2023, el Banco de la República obtuvo una utilidad de $9.226 miles de millones, como resultado principalmente del rendimiento de las reservas internacionales reconocido en su Estado de Resultados por $8.708 miles de millones.
De acuerdo con el marco legal del Banco, el remanente de las utilidades, una vez descontada la inversión neta en bienes para la actividad cultural y apropiadas las reservas estatutarias, será de la nación.
Teniendo en cuenta lo anterior y los resultados de 2023, la Junta Directiva del Banco de la República aprobó trasladar al Gobierno nacional la suma de $9.217 miles de millones.
Atendiendo a la solicitud del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, parte de las utilidades a distribuir se pagará con la entrega de TES del portafolio de intervención monetaria del Banco valorados a precios de mercado y el remanente se pagará en efectivo, en concordancia con lo señalado en la Ley 2342 de 2023, la cual faculta al Banco para realizar el pago de las utilidades de 2023 en efectivo o con títulos de deuda pública. Dicha operación es consistente con el manejo monetario proyectado por el Banco.
Estados financieros anuales
Durante el año 2023 no se presentaron operaciones que, por su materialidad o importancia relativa, tuvieran relevancia en la situación financiera del Banco, que requieran ser reveladas.
En lo que respecta a Gobierno Corporativo, el Plan Estratégico 2022-2025 del Banco estableció como uno de los objetivos estratégicos “Fortalecer el modelo de manejo integral de riesgos”, que busca, entre otros aspectos, la definición del marco y declaración del apetito de riesgos del Banco, la consolidación de la segunda línea, la incorporación de un componente de gestión del riesgo reputacional dentro del SGIR y el mejoramiento de los estándares de medición del riesgo como una actividad de carácter continuo.
Al respecto, se destacan los siguientes avances durante la vigencia 2023: Se aprobaron e implementaron diferentes metodologías de medición de riesgos financieros; se han implementado nuevos indicadores para el monitoreo de riesgos financieros en los diferentes portafolios; se construyó y se aprobó en el Comité de Riesgos la Política de Compliance Financiero del Banco, que busca consolidar la labor de la segunda línea en el marco del fortalecimiento de la gestión integral de riesgos; se continuó con la consolidación del Informe de Gestión Integral de Riesgos, en el que se han venido incluyendo nuevos temas a cargo de la segunda línea, como parte del monitoreo y reporte sobre la gestión de los riesgos financieros y no financieros, el cual se presenta periódicamente al Comité de Riesgos.
Por otro lado, se aprobó, por parte del Comité de Riesgos, la creación e implementación del Subsistema de Administración de Riesgo Reputacional, que pretende gestionar la posible afectación negativa de la imagen del Banco y la pérdida de confianza por parte de uno o varios de sus grupos de interés, en cuanto a su integridad y capacidad técnica u operativa para cumplir su misión, así como también, la creación del Subsistema de Administración de Riesgo de Terceros, para fortalecer la administración de los riesgos derivados de la provisión de bienes o prestación de servicios por parte de proveedores, a través de esquemas de debida diligencia ampliada sobre aquellos catalogados como de alta criticidad.
Se avanzó en el proyecto para la definición del marco y la declaración del apetito de riesgo del Banco, que consideró la definición de roles, responsabilidades y políticas; se trabajó en la alineación de la valoración del Ciber riesgo y de riesgos ambientales con la metodología de valoración para riesgos no financieros y finalmente, se desarrolló el proyecto de diagnóstico y cierre de brechas para el robustecimiento de la función de cumplimiento del Banco, logrando mejoras en diferentes componentes, como el Código de Conducta, la gestión de conflictos de intereses, el tratamiento de datos personales, y la gestión de denuncias, entre otros.