Colombia: entre retos fiscales y mayor crecimiento | El Nuevo Siglo
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Viernes, 20 de Diciembre de 2019
Redacción Economía

Con una demanda interna sólida, el país ha fortalecido su Producto Interno Bruto este año pero tiente varias tareas pendientes

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Aunque la economía colombiana ha crecido 3,2% en lo corrido del año hasta septiembre, y está cerca de la proyección de los analistas para todo 2019 de 3,3%, sin duda la aceleración de la actividad frente a 2018 (2,6%) ha estado liderada por la demanda interna (4,5%), producto de un sólido comportamiento del consumo privado y la inversión.

Esto ha sido el resultado de la mejora de las condiciones de los hogares, la mayor confianza de las empresas, el efecto favorable sobre el gasto de capital de las medidas adoptadas en la reforma tributaria de 2018, el ciclo político y el impacto rezagado de los mayores precios del petróleo en comparación con años anteriores.

Con todo ello se espera que para 2020 un crecimiento del PIB de 3,2%. Se espera que la inversión y el consumo privado se desaceleren ligeramente luego de un sólido 2019, pero mantendrían un ritmo saludable.

Sin duda la inversión se beneficiará de los nuevos avances de los proyectos de infraestructura (como el programa 4G) y del sector edificador, mientras que los segundos se verán respaldados por el aumento de los salarios, las remesas y la disponibilidad de crédito.

Además todo indica que el gasto público se moderará en medios del primer año de las autoridades regionales recientemente elegidas y de las actuales restricciones fiscales del Gobierno Central. La desaceleración de la demanda interna reducirá las importaciones, lo que implicará un déficit comercial más ajustado.

Sin embargo, los riesgos a la baja provienen del contexto externo y de las recientes protestas sociales, aunque no se espera un efecto material de esto último.

Por el contrario, el inicio de la ejecución del Metro de Bogotá (1.5% del PIB) representa un riesgo al alza para todas las proyecciones

Inflación

La inflación se sitúa actualmente en 3,85% anual. Aunque todavía se espera que converja a niveles cercanos a la meta del 3% de Banco de la República, se ha aumentado la proyección para el 2020 de 3,2% a 3,4%, ya que las recientes presiones de la oferta fueron más fuertes que lo esperado, mientras que el débil comportamiento del peso fue más sostenido que lo previsto.

De acuerdo con los expertos, se espera que los choques que afectaron la oferta de alimentos en los últimos meses se desvanezcan a un ritmo acelerado, mientras que las presiones de demanda deberían seguir siendo moderadas, ya que la brecha del producto sigue siendo negativa. De todos modos, la tasa de cambio es el principal riesgo.

Política monetaria

Se advierte que la tasa de interés de referencia se mantenga en 4,25% por un periodo de tiempo considerable. Es poco probable que se produzcan recortes bajo el escenario actual de inflación elevada, una demanda interna sólida y alto déficit en cuenta corriente.

Por su parte, los riesgos para la economía mundial y local, y unas expectativas de inflación ancladas cerca de la meta implican que la probabilidad de que se produzcan aumentos en la tasa de referencia es bastante baja, al menos a corto plazo.

Respecto a las cuentas fiscales, el Ministerio de Hacienda debe lograr reducir el déficit fiscal este año y alcanzar el primer superávit primario desde 2012, en medio de la combinación de mayores ingresos fiscales y un gasto controlado. Así, el fortalecimiento de la actividad económica, las medidas adoptadas en la reforma tributaria, incluyendo la ventana de "normalización" para legalizar activos no declarados en el extranjero, los esfuerzos para reducir la evasión y la elusión, y el congelamiento del presupuesto nacional por 1% del PIB, permitirán que el déficit fiscal se ubique cerca de la meta del 2,4% del PIB este año (3,1% en 2018).

Dicho esto, 2020 será un año clave para el futuro de las cuentas fiscales, ya que se empezará a sentir el efecto de la reducción de los impuestos corporativos, mientras que pueden surgir algunos compromisos de gasto adicionales tras las negociaciones con los promotores del paro nacional (las medidas anunciadas no representan más del 0.3% del PIB en plena aplicación).

Cabe recordar que el Gobierno espera que los menores ingresos provenientes de los recortes en los impuestos a las empresas sean compensados por la implementación de la factura electrónica, la venta de activos no estratégicos y el fortalecimiento del sistema de administración tributaria, mientras que, por otro lado, el gobierno buscará mejorar la eficiencia del gasto público.

La balanza

Referente a las cuentas externas y tasa de cambio, el déficit de la balanza comercial ha seguido deteriorándose en medio de una débil actividad económica global y el fortalecimiento de la demanda interna. De allí que los analistas no esperan que este patrón cambie en los próximos trimestres, por lo que el déficit se ubicaría en 4.6% del PIB tanto en 2019 como en 2020. Es importante destacar que la inversión extranjera directa cubrirá totalmente el déficit esperado en ambos años. La tasa de cambio permanecerá volátil, con un promedio de $3.300 en 2020.

Sin duda la economía colombiana ha mantenido la tendencia de recuperación que inició en segundo trimestre del 2018, con el crecimiento del PIB acelerándose en el tercer trimestre a 3.3% anual (desde 3.0% en segundo trimestre), el ritmo más alto desde el tercer trimestre del 2015.

Así, la economía ha crecido 3.2% en lo corrido del año, el mejor comportamiento de la Latinoamérica por un amplio margen, mientras es el único país que se aceleró en 2018 (2,6%).

Dada la desaceleración global, la guerra comercial, la intensificación de los problemas en los países vecinos y la limitada capacidad de reacción de las exportaciones ante un peso más débil, la balanza comercial ha restado de manera importante al crecimiento este año, pues las exportaciones reales han crecido sólo 3,2%, mientras que las importaciones aumentaron 9,3% en el mismo periodo.

Así, el impulso en 2019 provino de la demanda interna, principalmente de la inversión y el consumo de los hogares. La demanda interna ha crecido 4,5%, desde 3,9% en 2018 y 1,2% en 2017 debido a que las condiciones de los hogares continúan mejorando, la confianza empresarial sigue al alza, la reforma tributaria de 2018 fomentó el gasto en capital, el ciclo político fue favorable, y se observó el efecto (usualmente rezagado) del aumento en los precios del petróleo vs años anteriores.