EL NUEVO SIGLO ¿Cómo se llama el proyecto y cuándo inicia?
Carolina González Almario: El proyecto se llama los Bancos de Germoplasma para la Alimentación y la Agricultura (BGAA) y fueron creados en 1994, cuando se conformó la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, a partir de colecciones de trabajo procedentes del DIA (Departamento de Investigaciones Agrarias) y del Instituto Colombiano Agropecuario ICA
Primero hay que entender, ¿qué es un banco de germoplasma?
Un banco de germoplasma es un repositorio destinado a conservar la diversidad genética de diferentes especies de interés. La meta es asegurar que los especímenes sean debidamente catalogados y conservados bajo un manejo de curaduría especializada que garantiza su viabilidad, distribución y uso.
ENS: ¿Con qué fin se crearon estos bancos?
CGA: Con el fin de conservar la variabilidad y diversidad genética asociada a especímenes de importancia para la alimentación y la agricultura, para ponerla a disposición de los colombianos y promover su uso y aprovechamiento. Se diferencia de un museo en que los especímenes se conservan siempre vivos.
ENS: A la fecha, ¿con cuántas especies cuenta el banco?
CGA: El Banco de Germoplasma de Microorganismos cuenta con aproximadamente 2300 accesiones microbianas; el banco vegetal conserva 275 especies de plantas de interés agrícola como hortalizas (tomate, arveja, fríjol, entre otros) frutales, cultivos transitorios (maíz, arroz, entre otros), permanentes (cacao, palmáceas), raíces y tubérculos (papa, ñame, batata, entre otros) y el Banco de Germoplasma Animal que conserva 11 razas criollas de animales: 6 razas bovinas: Blanco Oreginegro, Sanmartinero, Romosinuano, Costeño con Cuernos, Hartón del Valle y Chino santandereano; 3 porcinas: San Pedreño, Zungo y Casco de Mula; 2 ovinas: Criolla y Mora. Además, conserva material reproductivo bovino y ovino.
ENS: ¿Cuál y cómo es el proceso para tener las especies vivas?
CGA: Aquí es importante mencionar que los bancos de germoplasma para la alimentación y la agricultura conserva especímenes vivos de la diversidad biológica asociados a microorganismos, plantas y animales y, por esa razón, necesita de expertos que garanticen su viabilidad, su conservación a largo plazo y la existencia de copias de seguridad, de ahí la importancia de tener diferentes sistemas de conservación.
El banco de microorganismos está conformado por 4 colecciones: 2 de interpes agrícola control biológico, biofertilizantes, y 2 colecciones de interpes pecuario: salud animal y nutrición animal. A raíz de esto, se han generado diferentes estrategias de conservación basadas en tres sistemas: liofilización, refrigeración a cuatro grados y crioconservación a -196 grados en nitrógeno líquido o -80 en ultracongeladores, esto dependiendo de las características fisiológicas y del comportamiento de cada especie.
Cuando hablamos de plantas, utilizamos sistemas de conservación dependiendo de las especies y de su fisiología. Así las cosas, el banco utiliza tres sistemas de conservación; campo: donde se conservan las especies bajo condiciones de campo en los centros de investigación que tiene Agrosavia a lo largo del territorio nacional, los cuales justamente le confieren las condiciones ideales al germoplasma para que estas plantas puedan crecer y mostrar sus atributos, pues cabe resaltar que, estas especies no las podemos conservar en una cava o en un cuarto refrigerado porque su semilla no se puede congelar (especies con semillas recalcitrantes).
El segundo sistema de conservación es semilla, donde se conservan las semillas bajo condiciones que les permite mantenerlas en bolsas trilaminadas, las cuales les van a dar esa condición ideal para que permanezcan vivas, esto, por supuesto, modificando sus condiciones ideales. Las semillas quedan dormidas, pero siempre vivas.
El tercer sistema es in vitro, que son esas plántulas que se ven en un tubito en un medio de cultivo, el cual está asociado básicamente a especies vegetales de propagación vegetativa. Es importante indicar que este sistema actúa como copia de seguridad y de limpieza de material para su regeneración en campo.
Con relación a la conservación de animales, a ellos sí necesitamos mantenerlos en pie en los centros de investigación que tiene la Corporación, de manera tal que puedan bajo estas condiciones expresar sus atributos que les han permitido adaptarse a las condiciones de nuestro país. Como copia de seguridad se conserva el material reproductivo como semen y embriones, en tanques de nitrógeno que están a -196°C y así es como garantizamos la conservación de dichas especies.
ENS: ¿Quién utiliza estas especies y qué pasa con ellas al salir del Banco de Germoplasma?
CGA: Los bancos de germoplasma son un patrimonio de la nación colombiana, nosotros no vendemos nada y todo esto está disponible para quien lo solicite, por lo general lo utilizan los investigadores del país o de nuestra misma Corporación, las universidades, aliados e industria, pero también tenemos la opción de que productores o comunidades puedan acceder a los materiales que conservamos.
La solicitud se hace por medio de la página web y allí nos dicen cuál es el fin, pues para nosotros es muy importante, ya que mucho de lo que desarrollen puede contribuir con información valiosa para robustecer la información asociada a los recursos genéticos que conservamos. Luego analizamos la solicitud y revisamos si tenemos la especie y miramos la disponibilidad, ya que conservamos unas cantidades mínimas, por lo que no podemos entregar kilos, sino solamente un número pequeño de la semilla o del material solicitado que esté disponible. En este punto a través de un acuerdo de entrega se solicita que el material no se utilice con fines comerciales ni que se entregue a terceros.
ENS: ¿Colombia tiene presencia en el Banco Mundial de Semillas ubicado en Noruega?
CGA: No tenemos nada conservado en Svalbard, que es esa bóveda que se encuentra en Noruega, donde se han llevado las semillas para conservar y garantizar la alimentación del mundo en caso de una tragedia, porque la legislación actual no lo permitía, pero nos encontramos en proceso de que el Tratado Internacional de Recursos genéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA), nos permita generar esa posibilidad de llevar semillas para que se conserven allí, tal y como lo hacen los bancos internacionales o de América Latina que han firmado y ratificado el tratado en sus países.
Esperamos que una vez que el Tratado esté firmado por el presidente Gustavo Petro, podamos empezar con esa estrategia de poder llevar nuestras semillas para que se conserven, cabe resaltar, que allá no se van a comercializar ni tampoco se van a entregar a terceros, sino que es esa copia de seguridad que puede llegar en un momento dado a salvar el planeta.
Duración de las semillas
La duración de las especies conservadas no es para toda la vida, puede ser de 15 a 20 años y aquí es donde es esencial la función de un curador, pues debe ir generando una estrategia de refrescamiento para actualizar los inventarios, Teniendo en cuenta la especie que se conserve, ya se tienen determinados unos tiempos acordes a su biología que nos permite iniciar los procesos para que podamos mantener el número mínimo de semillas viables y en perfectas condiciones, así como iniciar sus procesos de multiplicación en campo para volverlas a introducir.