¿Comenzará la rebaja de intereses ante caída de inflación? | El Nuevo Siglo
EL GERENTE del Banco de la República, Leonardo Villar, cree que con la disminución de la inflación, hay que estar precavidos con los pasos que se den con las tasas de interés. /Archivo
Foto: Cortesía
Domingo, 7 de Mayo de 2023
Redacción Economía

A la par de lo que ya está sucediendo en otros países con la disminución de la inflación, en Colombia se espera que esta posibilidad se concrete en la próxima reunión del Banco de la República y se finalicen con el ciclo alcista de las tasas de interés.

Mercados, gremios y el mismo gobierno empiezan a barajar esta posibilidad con la caída de la inflación que se presentó en abril.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, comentó que con la inflación cediendo, “lo que esperamos es que en lo que queda del año podamos cumplir la meta de tener una inflación de un dígito y así mismo llegar a la meta del 3 %, que no lograremos este año, pero sí cerraremos en un dígito”.

Con esto se espera que en la próxima junta del Banco de la República (en junio) se empiece a revisar el comportamiento de las tasas de interés. “Todo indica que el proceso de subir tasas finalizó y ahora debe comenzar el de estabilizar y bajar”, señaló el funcionario.

Expectativas

Por su parte, los investigadores del Bancolombia, indican que en línea con la moderación de la inflación y tras casi un año y medio de subidas, apuntan a que el máximo de tasa de interés en Colombia ya tocó techo en 13,25 %.

En principio, como explica Santiago Espitia, especialista macroeconómico de la entidad financiera, el límite estaba puesto en un 13,50 %: “nuestra proyección era de 100 puntos básicos en enero y de 50 en marzo y ahí terminaba el ciclo. Sin embargo, entendiendo que el aumento de enero fue de 75, para que se cumpliera ese 13,5 %, lo razonable era que incrementaran 50 puntos en marzo y 25 en abril, pero el banco determinó otra cosa para que en abril acabe en 13,25 % en abril”.

Luego de la última reunión de la junta directiva del Banco de la República, el gerente Leonardo Villar compartió que: “en la medida en que la demanda crece mucho en una economía y la economía no es capaz de responder con mayor producción, los bienes y servicios que alimentan esa demanda van a venir del exterior. Estábamos creciendo las importaciones a un ritmo del orden de 40 % en dólares”.

Señaló que el crecimiento de las importaciones incrementa la brecha del déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos “y eso hay que financiarlo. Aumenta la deuda del país con el exterior y empiezan las vulnerabilidades de estar teniendo unas necesidades de financiación”, apuntó.

Mientras que en 2021 y 2022 todos los países de América Latina tuvieron un ajuste del déficit fiscal, en Colombia ese margen se estaba ampliando de manera significativa.

“Y eso hacía más fácil que se empezaran a propagar las presiones hacia desequilibrios como la inflación y como el déficit de cuenta corriente, y esas vulnerabilidades de la economía colombiana que son necesario ajustar. A nosotros nos toca actuar, de tal forma que esos desequilibrios no se manifiesten en una gran crisis”, resaltó Villar.

Optimismo

Pese a lo anterior, este año el panorama tiende a percibirse un poco más optimista. Según Ángela Hurtado, senior Country Officer de JP Morgan para Colombia, explicó: “este año comenzó con una sensación para mercados e inversionistas internacionales con positivismo porque la inflación se sentía llegando a un pico y porque la reapertura de China tiene un impacto en la capacidad de crecimiento del mundo”.

Si se mira en retrospectiva, “hay que tener en cuenta que América Latina el año pasado estuvo, en medio de la disyuntiva global de contener la inflación y el riesgo de una recesión, relativamente bien posicionada porque los países de la región incrementaron sus tasas mucho antes que los mercados desarrollados”.

A pesar de un escenario en el que se vislumbra una moderación del IPC en Colombia, es importante tener en cuenta estos fenómenos.

Por ejemplo, cuando se desacelera la economía, el impacto que las tasas de interés tendrían en la lentitud de hogares y empresas a la hora de tomar decisiones de gasto, bien sea para consumir o para invertir.

Además, si los precios de los bienes que se importan, que en Colombia tienen una participación relevante en el IPC total bajan por una disminución de la tasa de cambio, eso puede afectar la inflación.