El Comité Consultivo para la Regla Fiscal (CCRF) decidió suavizar y modificar las metas para mediano plazo, teniendo en cuenta el cierre de 2017. El año pasado la brecha del producto habría sido inferior a 3,2% del potencial, por lo que el recaudo no petrolero habría sido inferior en 0,5% del PIB con respecto al potencial. En este sentido, el ciclo económico permitido por la regla fiscal se revisó desde 0,4% del PIB hasta 0,5% del PIB. Por su parte, el ciclo energético, que se deriva de la diferencia entre los precios del petróleo de largo plazo y el precio observado, se mantuvo en 1,2% del PIB. En el agregado, el mayor espacio ligado al ciclo se elevó de 1,6% del PIB a 1,7% del PIB.
Pese a la revisión en el ciclo, la meta de déficit total 3,6% del PIB se materializó. En 2016 el CCRF había fijado un déficit estructural de 2,0% del PIB para 2017. Esto, de la mano con la revisión sobre el déficit cíclico, derivaba en una meta de déficit total de 3,7% del PIB. Sin embargo, el déficit total del GNC se ubicó en 3,6% del PIB en línea con lo contemplado en el MFMP 2017.
De acuerdo con el informe, esto es el resultado de actualizaciones en las estimaciones de crecimiento real y potencial de mediano plazo. Por tanto, menores niveles de crecimiento real y una senda de crecimiento potencial ascendente entre 2017 y 2018 derivan en una mayor brecha negativa del producto en pesos constantes de 2005. En concreto, la previsión de esta brecha se amplió desde -3% hasta -3,8% del PIB para 2018 y de -2,7% hasta -4% del PIB para 2019. Dicha brecha permanecería en terreno negativo hasta 2026, de acuerdo con el CCRF. Esta revisión, sumada a una mayor sensibilidad del recaudo tributario no petrolero al crecimiento económico, deriva en un mayor déficit por ciclo económico.
De otro lado se ajustó la brecha de precios del petróleo. En primer lugar, se revisó al alza la previsión para el precio del Brent desde US$60 hasta US$65 para 2018. De cara a 2019 el pronóstico se mantuvo en US$65. Para 2020 se revisó la proyección a la baja desde US$70 hasta US$65. Entre 2021 hasta 2025 la previsión se mantiene en US$70. Por su parte, los niveles de largo plazo estimados se redujeron. En suma, las nuevas proyecciones apuntan a una brecha negativa en los precios del crudo a partir de 2019. Al respecto, se decidió utilizar la senda de largo plazo como el nivel de precios proyectado.
Metas de mediano plazo
Por otra parte se mantuvo la meta de déficit total de 3,1% del PIB para 2018. Esto sería el resultado de un déficit estructural de 1,9% del PIB, junto con un déficit cíclico de 1,2% del PIB. El déficit cíclico se compone de un ciclo económico equivalente a 0,5% del PIB y un ciclo energético que representaría 0,6% del PIB.
Asimismo se revisaron las metas de déficit total entre 2019 y 2026. Esto en línea con la mayor brecha del producto, la mayor elasticidad del recaudo tributario al crecimiento y la disipación del déficit energético desde 2019. La meta para 2019 de déficit total se revisó desde 2,2% hasta 2,4% del PIB, nivel que coincide con nuestras estimaciones del déficit total realizadas previo a la publicación de las cifras del CCRF. Para los dos años siguientes, las revisiones fueron de 0,6% y 0,5% del PIB, respectivamente. Sin embargo, es importante resaltar que el déficit estructural se mantuvo sin cambios.
Un aspecto importante en la revisión es que el horizonte en el que se alcanzaría la meta de déficit de 1% del PIB fue extendido. En línea con los ajustes mencionados previamente, el año en el que se plantea alcanzar la meta de déficit de 1% del PIB, es decir, que el déficit total iguale al estructural, es ahora 2027 y no 2022 como se contemplaba previamente.
Pese a las metas menos restrictivas, se prevé una senda de reducción sostenida en la deuda. En efecto, el CCRF anticipa que la deuda neta del GNC como proporción del PIB se mantendrá alrededor de 43,4% en 2018 y que en adelante se reducirá hasta 30,5% del PIB en 2029.
El esfuerzo fiscal requerido en el mediano plazo se ha reducido a la mitad. Esta medida, que calculamos como la reducción promedio por año en el déficit fiscal necesario para alcanzar la meta de 1% del PIB en el año objetivo (antes 2022 y ahora 2027), se ha reducido desde 0,5% hasta 0,25%. Esto sin duda permitirá que la trayectoria de las finanzas públicas se ajuste con un menor impacto negativo sobre el crecimiento económico.