El balance sobre el desempeño del sector agropecuario durante este año es incierto, pese a los resultados que se presentaron en el tercer trimestre.
Aunque la situación del abastecimiento y la producción de productos ha mejorado, las señales que ha envidado el gobierno han creado incertidumbre en el sector, sobre todo en el respaldo de créditos, la falta de apoyo en las zonas rurales sobre todo para bajar el costo de los insumos, la falta de políticas que vayan en la misma vía entre el gobierno y los gremios rurales como la Sociedad Colombiana de Agricultores.
Asimismo, en el medio están las políticas de tierras para la producción que no ha logrado ser constantes, como la compra de predios y con una reforma agraria que va por pedazos, pero sin un horizonte que permita un mejor desarrollo para los campesinos.
El PIB
Pese a esto al revisar los resultados del tercer trimestre cuando el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 0,3%, el PIB del agro creció 1,8%. Definitivamente, en medio de las lluvias y unas exportaciones a la baja, fue una sorpresa positiva la cifra de cultivos diferentes al café, con un crecimiento del 3%, el más alto para el tercer trimestre de los últimos cuatro años.
Este resultado contrastó las cifras del segundo trimestre, cuando el PIB del agro cayó 1.2%.
Señalan los investigadores del Bancolombia, que, para el cuarto trimestre del año, el dato definitivo va a ser el resultado de una balanza: en un lado estará un aumento en la cosecha de arroz, junto con un probable rebote en la producción cafetera; en el otro, una posible desaceleración en la producción pecuaria, por cuenta de la caída en el consumo local. Esto, más el tema climático, hacen bastante incierto el resultado de cierre de año, en un sector que es errático y no logra sostener el crecimiento.
De otro lado, señala el informe que la mala racha en la cosecha de café podría haber llegado a su fin. La cifra oficial de producción cafetera de octubre fue 30 % superior a la del mismo mes de 2022, lo que podría estar marcando un punto de quiebre. Muy seguramente el fenómeno de El Niño, a menos que sea muy extremo, debería ayudar a que esta tendencia se consolide en 2024.
Alimentos
El comercio de alimentos en Colombia no da buenas señales. La encuesta mensual del comercio del Dane para septiembre arrojó, para el promedio acumulado del año, un crecimiento real de la venta de alimentos y víveres de -0,8 %. Una mirada a las cifras de ventas reales de la industria de alimentos permite observar también cifras negativas, pero, además, es evidente que el proceso inflacionario todavía está lejos de haberse terminado. Dentro de las principales industrias de alimentos saltan a la vista los fuertes aumentos de precios en la industria láctea que van encontrando una demanda, por ende, resentida.
No obstante, el dato de la industria de alimentos es el reflejo del mal momento del comercio. Para alimentos, bebidas y tabaco, la variación del PIB en el tercer trimestre fue de -1,7 %, en donde retroceden principalmente los derivados del café (-13.6 %), conservas de frutas y hortalizas (-11,4 %) y los productos lácteos (-6,3 %). Frente a los lácteos, es preocupante que decrezca tanto el eslabón primario (materia prima) como la industria procesadora, en medio de incrementos sostenidos en precios al consumidor, y con la perspectiva de un fenómeno de El Niño.
De igual manera, plantea que 2024 llega con nuevas amenazas en cuanto a precios de alimentos. En episodios fuertes de sequía, la producción de carne de res y leche en algunas zonas del país, especialmente en el Caribe, tiende a sufrir, así como la producción de hortalizas y verduras.
Aunque las lluvias se han extendido durante 2023, el Ideam plantea una alta probabilidad de El Niño en 2024. A esto se va a sumar el aumento en precios que resulte de la aplicación del impuesto a la denominada comida chatarra, y el impacto indirecto que pueda resultar de un posible aumento en precios del diésel.
Así mismo, la resistencia de la inflación en Colombia a retroceder a niveles prepandemia hace que las tasas de interés se demoren en volver a niveles bajos. Para las empresas, esto es un desincentivo a la inversión, y para las personas, un menor gasto disponible.
Exportaciones
Por otra parte, el banano colombiano enfrenta una creciente competencia en el mercado europeo. El sector bananero venía afrontado varios años de bajos precios en medio de costos que no paraban de crecer. Este año ha sido un punto de quiebre, ya que los precios repuntaron al alza a principios de año, y algunos insumos, como la urea, empezaron su ajuste a la baja. Sin embargo, la desaceleración económica en EE.UU. y Europa es un reto para el año entrante, en medio de un crecimiento continuo de las de las exportaciones de banano de Ecuador.
Tras el auge del consumo a nivel mundial posterior a la pandemia, las exportaciones de flores colombianas aumentaron en volumen un 19% y 7% en 2021 y 2022. En 2023, en el acumulado a septiembre, el volumen retrocedió un poco (-7%), en medio de una menor dinámica de consumo en EE.UU.
Sector pecuario
En el caso del sector pecuario, la porcicultura es el rubro más destacado ya que acumula año y medio con los mayores crecimientos. El máximo aumento real del PIB de este periodo se dio en el segundo trimestre de 2022 (16,4 %), mientras que el menor fue en el segundo trimestre de este año (4,2 %). Un crecimiento sostenido a estos niveles, en una economía en desaceleración, necesariamente tiene que ser el resultado, entre otras cosas, de un proceso de tecnificación y una mejora en productividad. De manera contrastante, la ganadería bovina y la lechería fueron las actividades pecuarias de peor desempeño en el tercer trimestre (-3,7 % y -4,1 %).
Las exportaciones ganaderas pierden ritmo en 2023. Después de que entre 2020 y 2022 el precio interno del ganado (macho) en pie en Colombia creciera 68 %, la revaluación del peso colombiano, del 10 % entre enero y julio de este año, llevó a que los precios del animal en pie superaran los de sus competidores en Suramérica.
Insumos
La reducción de costos de algunos agroinsumos en Colombia quedó para 2024. Después de la fuerte subida en 2022 de precios de agroinsumos, el mundo comenzó a corregir a la baja, pero muy poco para Colombia. Mientras los precios internacionales del maíz amarillo y la torta de soya en octubre fueron un 28 % y 6 % inferior al promedio de 2022, para el IPP de alimentos concentrados para animales la misma comparación arroja un aumento de 6,7 %.
Por el lado de los fertilizantes, el ajuste, aunque igualmente lento en el primer semestre, se ha acelerado, con lo cual el ajuste a la baja (bajo el mismo cálculo), tanto en el mercado global como local, ha sido de más del 40 %.
La restitución de tierras
Con corte al 20 de octubre de 2023, el Ministerio de Agricultura dijo que se habían entregado 566.236 hectáreas.
Sin embargo, de la totalidad de las tierras, solo 42.983 corresponden a la compra de predios-
Frente a la recuperación mediante procesos agrarios para el Fondo de Tierras, el ministerio registra un total de 56.119, de los cuales 41.321 corresponden a recuperación de baldíos, 6.159 a extinción a favor de la nación, y 8.638 de deslinde.
Las cifras frente a la formalización (títulos expedidos por el Gobierno Petro), llegaron a 436.529 hectáreas. 121.529 les correspondió a los campesinos, mientras que 246.541 a indígenas, 36.346 a comunidades negras, 9.852 a víctimas, 1.748 a asociaciones, 35 a entidades de derechos público, y 20.443 sin información.
Dentro de la destinación de bienes del Fondo de reparación de víctimas en venta o proceso de venta con la Agencia Nacional de Tierras, solo se contabilizaron 1.163.