![Nuevo Siglo Nuevo Siglo](/sites/default/files/2023-05/FOTOS%20NUEVO%20SIGLO%20%285%29.png)
La inflación ha generado demoras en el pago de facturas por parte de proveedores y una disminución del flujo de caja, producto de la liquidación de mayores tasas de interés y otros factores.
Para Andrés Sarmiento, gerente comercial de Suplos, empresa colombiana y creadora de una plataforma de gestión de la cadena de abastecimiento y factoring digital, “a raíz de la inflación o recesión, el riesgo de impago puede aumentar entre las empresas, ya que los clientes pueden tener dificultades para pagar sus facturas a tiempo, por tal razón, alternativas como el factoring son clave para atender este tema”.
Al vender sus facturas pendientes de cobro a un factor, las empresas reciben un pago anticipado por sus servicios o productos, lo que les permite contar con una fuente de financiamiento inmediata para cubrir sus necesidades de liquidez y mejorar su flujo de caja.
Además, al tercerizar la gestión de sus facturas pendientes de cobro, las empresas pueden reducir su carga, lo que les permite ahorrar tiempo y recursos. El factor asume el riesgo crediticio de los deudores de la empresa, por lo que ésta puede minimizar el riesgo de impagos.
- Le puede interesar: Empresas desarrollan estrategias TIC para la capital
Por lo tanto, al contar con una fuente de financiamiento estable y previsible, las empresas pueden mejorar su capacidad de negociación con proveedores y clientes, lo que les permite obtener mejores condiciones comerciales.
Así que, al mejorar su flujo de caja las empresas pueden acelerar su crecimiento y expandirse más rápidamente en el mercado. Estas pueden acceder a nuevas oportunidades de negocio que antes no estaban disponibles debido a la falta de liquidez.
“En Colombia, el factoring se ha convertido en una opción cada vez más popular entre las empresas para hacer frente a la coyuntura económica del país. Esta herramienta financiera ayuda a las compañías a aumentar su liquidez, ya que les permite obtener financiamiento sin tener que recurrir a préstamos bancarios o créditos tradicionales. Esto es importante en situaciones de inflación, donde las tasas de interés suelen ser altas”, añade Sarmiento.