Al revisar las mediciones respecto a la desigualdad en Colombia, el centro de pensamiento Anif, sostiene que aunque es cierto que en muchos aspectos el país está mal, hay otros en el que estamos mejor que otros países.
Este concepto es importarte, sobre todo cuando en el Gobierno pretende adelantar reformas a la salud, educación, laboral y pensional, pasando por alto lo que está bien para los colombianos en el aspecto social.
En un documento en el que analiza esta situación, Anif dice que “durante muchos años se ha descrito a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo. Si bien es cierto que el país tiene grandes deudas en materia de desigualdad, el panorama no es tan crudo como se cree. En diferentes indicadores al país le va mejor que lo que debería según su nivel de ingreso, e incluso se encuentra en mejores niveles que sus pares. En ese sentido, es importante especificar de qué se está hablando cuando se quiere discutir sobre desigualdad y revisar con lupa las cifras”.
Señala que “al hablar de desigualdad generalmente utilizamos indicadores de la distribución del ingreso y riqueza de los países, pero esas no son las únicas formas de medir el nivel de desigualdad en un país, existen otros factores que tienen efecto sobre el bienestar de la sociedad. La herramienta principal en la discusión de la desigualdad es el Índice de Gini, el cual no está libre de críticas metodológicas y problemas en su interpretación. Al mirar la desigualdad en Colombia desde distintos ángulos, encontramos resultados alentadores sobre el futuro de la desigualdad en el país. Es cierto que la desigualdad es alta y existen cosas por mejorar, pero no se puede afirmar que somos el país más desigual de Latinoamérica y, mucho menos, del mundo”.
Clase media
En el análisis, los investigadores de Anif indican que “durante los últimos años, ha habido una expansión de la clase media en Colombia, pasando de representar el 23.8% de la población en 2002 al 34.4% en 2021. Esto ocurrió en un contexto de postpandemia que redujo los avances logrados en años anteriores en materia de desigualdad y pobreza. Durante este mismo periodo, al analizar la distribución de los ingresos por deciles a lo largo de los años, se observa que la participación en el ingreso total ha aumentado para los deciles 3 a 9 en el período estudiado, mientras que para el último decil ha disminuido. Otro avance significativo es el incremento en el número de colombianos que viven con más de US$6 al día, que pasó del 11% en 1984 al 57% en 2019. Esta transformación ha ido de la mano del aumento en el ingreso per cápita. Desde 1980, este se ha más que quintuplicado, superando el promedio de América Latina y solo siendo superado en la región por Chile”.
Eduación
Indica el informe que en términos de educación, también se han logrado avances considerables en la cobertura, los años de educación promedio y la reducción de la inasistencia. Un colombiano promedio tenía 10.2 años de educación en 2020, mientras que hace 20 años tenía apenas 7.1 años. Estos aumentos en los años de escolaridad son resultado de un marcado incremento en la cobertura, especialmente en la educación primaria, que ha aumentado su cobertura del 73% en 1982 al 93% en 2018.
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Por su parte, la educación secundaria y terciaria también han experimentado aumentos en su cobertura bruta, llegando al 98% y al 55% respectivamente en 2018.
La salud
Por otra parte, una de las principales fuentes de equidad en Colombia es el sistema de salud.
“Independiente del régimen, contributivo o subsidiado, la afiliación al sistema es muy alta. Para 2021, la cobertura por quintil de ingreso oscilaba entre el 90% para el quintil más bajo y el 97% para el más alto. Este avance ha ido de la mano con mayor acceso a servicios médicos por parte de los regímenes. En 2021 el 80% de la población tuvo acceso a una consulta preventiva en el régimen contributivo, y el 66% en el régimen subsidiado. Además, el gasto de bolsillo para los colombianos es de los más bajos a nivel mundial, ya que los usuarios solo deben pagar una cifra que está muy por debajo del promedio latinoamericano, que llega a ser del 42%”, manifiesta la investigación.
Pobreza monetaria
Por otro lado, al analizar la pobreza monetaria y multidimensional, Anif dice que también se ha presentado una mejora en los últimos años.
“La pobreza monetaria en el país ha mostrado una tendencia decreciente desde 2012, interrumpida únicamente por la pandemia. De manera similar, la pobreza multidimensional ha experimentado un descenso en los últimos años, con un ligero aumento durante la pandemia, seguido de una continua disminución hasta alcanzar el 13% en 2022”, asegura.
En su concepto, la reducción en estos indicadores de pobreza se ha logrado desde diferentes frentes, y uno de ellos son los programas sociales implementados por diversos gobiernos para reducir la pobreza en el país. Algunos de estos programas incluyen transferencias monetarias por parte del gobierno, que han contribuido a reducir la pobreza monetaria y la pobreza extrema en el país, ayudando a disminuir la desigualdad de ingresos y a mejorar la calidad de vida de muchas personas. Según cálculos de Anif, las transferencias monetarias reducen la pobreza monetaria en 3 puntos porcentuales, es decir, cerca de 1.5 millones de personas.
Impuestos
Por otro lado, uno de los principales problemas que tiene Colombia en materia de desigualdad de ingresos es su inefectividad para reducirla mediante impuestos.
Analizando los datos del coeficiente de Gini antes y después de aplicar impuestos, se observa que por cada 10 puntos de ingreso fiscal, Colombia logra reducir la desigualdad en apenas 0.005, 11 veces menos que el promedio de la Ocde.
“Aquí hay una evidente falla por parte del Estado, dado que la política fiscal es la principal herramienta que tiene en su arsenal para reducir la desigualdad. Detrás de este problema se encuentra el sistema tributario colombiano, que tiene muchos espacios de mejora en términos de progresividad, eficiencia y simplicidad. Por ejemplo, solo el 5% de las personas naturales empleadas en el país contribuyen al impuesto sobre la renta. Asimismo, eliminar las exenciones tributarias injustificadas ayudaría a aumentar la progresividad del sistema tributario. Por otro lado, el IVA es otro impuesto que refuerza la desigualdad en el país; la existencia de tarifas diferenciales y la evasión del impuesto hacen que este sea ineficiente e inequitativo en su recaudación”, puntualiza la investigación.
La distribución de ingresos
A pesar de las mejoras en los últimos años, Colombia sigue siendo un país muy desigual en materia de ingresos, riqueza y tierras. En el caso de la distribución de ingresos en Colombia, el 10% de la población con mayores ingresos posee el 54.7%, mientras que el 50% más pobre tiene solo el 10% del ingreso.
Estas cifras son comparables con nuestros pares de la región, como Chile, Brasil y México, que tienen mayores concentraciones de ingresos. De manera similar, en el caso de la riqueza, en Colombia el 10% más rico posee el 64% de la riqueza, mientras que el 50% más pobre posee solo el 4%. Esta distribución ocurre principalmente porque para las personas de menores ingresos es más difícil acumular riqueza, dado que tienen ingresos más bajos y les queda poco capital disponible después de pagar los gastos básicos.
Las pensiones y el aspecto laboral
De otra forma, los sistemas pensional y laboral colombiano actualmente representan barreras a la reducción de la desigualdad en Colombia. El sistema pensional excluye a todos los trabajadores que sean informales y ganen menos de 1 salario mínimo mensual legal vigente, es decir, a más de la mitad de los trabajadores. En la situación actual, las personas de menores ingresos no pueden ahorrar para la vejez, y las personas que logran pensionarse son aquellas de mayores ingresos, lo que aumenta la inequidad en la sociedad.
Además, bajo el esquema actual, las personas en el régimen público reciben un subsidio pensional correspondiente a un porcentaje de su mesada pensional, donde las personas del quintil de ingresos más alto reciben cerca del 80% de este subsidio y los del quintil más bajo solo el 0.05%, agravando aún más la regresividad del sistema pensional actual. La realidad es que, el sistema pensional aumenta la desigualdad, pues el Gini con pensiones es mayor a la situación sin pensiones. Por otro lado, la regulación del mercado laboral también dificulta una mayor distribución del ingreso, encareciendo la contratación y excluyendo del mercado formal a todos los trabajadores que ganan menos de 1 salario mínimo, evitando la cotización a pensiones y seguridad social.
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“Ha habido una expansión de la clase media en Colombia, pasando de representar el 23.8% de la población en 2002 al 34.4% en 2021”