DE ACUERDO a los análisis del centro de pensamiento ANIF, en el cuarto trimestre de 2024, la moneda colombiana ha mostrado una tendencia de devaluación, principalmente asociada a factores políticos y económicos externos, así como a factores fiscales de índole local. Específicamente, en lo corrido del cuarto trimestre, la Tasa Representativa del Mercado (TRM) ha promediado $4.411 por dólar, con una depreciación del 5,6% respecto al trimestre anterior. Se espera que termine el año cerca a los $4.200
Señalan los investigadores que al analizar la evolución de las monedas de la región y tomando como referencia la fecha de pérdida del grado de inversión en Colombia, el peso uruguayo se mantiene como la moneda más fuerte dentro de los países pares con un índice de 97,8, sobrepasando a México (102,3).
Esta última, si bien se mantiene como la segunda moneda de menor depreciación, evidencia una tendencia reciente al alza en su índice, producto de la reforma judicial impulsada por la actual presidente, el incremento en la incertidumbre, así como de la posibilidad de mayores recortes en los tipos de interés.
Indica el informe que “ahora bien, Chile lidera la devaluación con un índice de 137,9 seguido de Paraguay con 122,9. Colombia ocupa el tercer lugar (119,9), lo que implica una pérdida de valor del 20% en su tasa de cambio con la moneda estadounidense, respecto del nivel que tenía en 19 de mayo de 2021”.
Factores
Recalca ANIF, que dentro de los factores a nivel local que han contribuido al aumento en los niveles de devaluación se encuentra una mayor percepción de riesgo hacia el país. Lo anterior asociado a una complicada situación fiscal producto de una menor caja del Gobierno y una caída en el recaudo (7,1%) en lo corrido del año.
Señalan que esta situación “ha despertado alarmas por parte de algunos analistas que advierten el incumplimiento de la regla fiscal. Por su parte, la Ley de Financiamiento y la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP) generan nerviosismo en los mercados. A la incertidumbre política se suma el menor dinamismo de la Inversión Extranjera Directa (IED) que ha continuado su caída, especialmente en sectores como el de la minería y petróleo, claves para atraer divisas. A corte de octubre, la IED acumuló US $726 millones, evidenciando una contracción anual de 17,5%”.
Sostienen los economistas, que “con respecto a los factores a nivel internacional, la divisa estadounidense se vio fortalecida por los buenos resultados evidenciados en la economía norteamericana. Si bien la FED comenzó sus recortes con 50 puntos básicos (pb) en el mes de septiembre, durante noviembre la FED ralentizó el ritmo de recorte a 25 puntos básicos. Con esto, los tipos de interés se sitúan en un rango de 4,5% -4,75%. Esta decisión, sumada a un mayor consumo de los hogares y revisiones al alza del PIB, mantiene una perspectiva positiva sobre el desempeño de la economía estadounidense”.
Por su parte, las elecciones presidenciales fueron otro de los principales determinantes a nivel externo sobre las fluctuaciones que evidenció la TRM durante este periodo. Días después de la victoria de Donald Trump, el peso colombiano alcanzó un precio máximo de $4.478. Esto estuvo principalmente asociado a los riesgos de la política comercial restrictiva y el aumento en los aranceles, que podrían impactar el comercio internacional con economías en vías de desarrollo como la colombiana.
Choques
Además, la divisa colombiana sufrió un choque producto del recorte de la OPEP sobre las previsiones de demanda de petróleo para 2024 y 2025. El debilitamiento de la demanda China e India, causaron una disminución en el precio del crudo.
Considera el informe de ANIF, que “si bien existen otras monedas en la región que han evidenciado una mayor devaluación, el peso colombiano aún se encuentra en niveles superiores a los observados antes de la pérdida del grado de inversión. Esto sugiere que los mercados siguen castigando a la moneda, vía incremento en el riesgo. El rumbo que tomará la TRM durante lo que resta del año dependerá de varios factores. En cuanto a los internos, lo que ocurra con las cuentas fiscales del Gobierno al cierre de 2024 y la decisión sobre el Presupuesto General de 2025 serán determinantes. Por su parte, a nivel externo, la decisión de los tipos de interés por parte de la FED, el ritmo de descenso en la inflación de la economía estadounidense y decisiones políticas sobre el gabinete de Donald Trump, junto con su política comercial, serán determinantes en términos del tipo de cambio local”.