En 5 años promedio de déficit fiscal llegó a 6% pese a dos reformas tributarias | El Nuevo Siglo
El gasto primario del gobierno no ha logrado reducirse luego de la atención a la pandemia
Domingo, 2 de Marzo de 2025
Redacción Economía

Pese a dos reformas tributarias, el déficit fiscal en los últimos años alcanzó un promedio del 6%, complicando las metas de la regla fiscal previstas.

Del acuerdo con una investigación de Fedesarrollo, en su informe Tendencia Económica, los resultados fiscales de 2024 y las proyecciones para 2025, que superan el déficit promedio de 3,6% del PIB registrado entre 2000 y 2019, reflejan un deterioro estructural en las cuentas fiscales. “Desde la pandemia en 2020 y hasta 2025, el déficit fiscal anual promediaría 6% del PIB, a pesar de dos reformas tributarias que incrementaron sustancialmente la carga impositiva sobre empresas y personas formales. Este desbalance responde, por un lado, a un aumento permanente del gasto primario desde la pandemia, que no ha retornado a niveles compatibles con la tendencia previa. Por otro lado, las proyecciones de ingresos han sobreestimado la capacidad de recaudo, lo que ha obligado a importantes ajustes en el gasto”.

Por otra parte, el centro de pensamiento indica que “en 2024, la deuda neta del Gobierno nacional aumentó 6,2 puntos porcentuales, pasando del 53,8% al 60% del PIB. Tres factores explican este incremento: el efecto de la tasa de cambio (3 puntos porcentuales), el resultado del balance primario (2,4 puntos porcentuales) y el costo financiero, medido como la diferencia entre las tasas de interés y el crecimiento económico (1,3 puntos porcentuales), mitigado parcialmente por otros factores en 0,6 puntos porcentuales. Para 2025, se proyecta que la deuda neta siga aumentando hasta alcanzar el 60,6% del PIB, nivel comparable al registrado durante la pandemia, y significativamente superior al ancla de deuda establecido por la regla fiscal (55%)”.

Gasto primario

Considera el análisis, que entre 2015 y 2019, el gasto primario promedió 16,0% del PIB, aumentó a 20,2% durante el choque de la pandemia y se estabilizó en 18,8% entre 2021 y 2025. Si bien en 2020 era justificable un crecimiento excepcional del gasto primario para mitigar los efectos de la crisis, el problema radica en que este gasto nunca regresó a los niveles esperados con base en la tendencia histórica observada antes de la pandemia.

Por otra parte y referente a lo que se espera para este 2025, el plan financiero proyecta un gasto primario de $332,4 billones (18,6% del PIB), superior en $71,4 billones (4,0% del PIB) frente al escenario contrafactual que mantendría el crecimiento tendencial prepandemia ($261 billones). Este aumento se concentra en el gasto en funcionamiento, que representa 4,8% del PIB, compensado parcialmente por una menor inversión pública equivalente a 0,9% del PIB frente a la tendencia. En particular, dentro del gasto en funcionamiento, el 95% del aumento en transferencias ($77 billones o 4,3% del PIB) se concentra en seis rubros clave: salud, Sistema General de Participaciones (SGP), pensiones, Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), bonos pensionales y deuda de entidades públicas.

 

Transferencias

Respecto a la salud, las transferencias al sistema representan $27,6 billones (1,5% del PIB) del aumento permanente del gasto primario. Las principales presiones en el componente de aseguramiento en salud provienen del incremento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC). Además, las tensiones en el gasto están relacionadas con la inclusión de nuevas tecnologías en el Plan de Beneficios en Salud y con la implementación de la Ley Estatutaria en Salud de 2015.

En lo referente las transferencias al Sistema General de Participaciones (SGP) suman $15,3 billones (0,8% del PIB) del aumento del gasto primario frente al gasto tendencial. Esto se debe a que los recursos destinados al SGP están vinculados al crecimiento de los ingresos corrientes del Gobierno nacional durante los últimos cuatro años, lo que genera presiones constantes sobre la dinámica del gasto.

Asimismo, y en lo destinado a las s transferencias al sistema pensional representan $13,9 billones (0,8% del PIB) del impacto permanente sobre el gasto, complicado, además, por el acelerado aumento del salario mínimo, que elevó el umbral mínimo de las mesadas pensionales. Adicionalmente, el crecimiento sostenido de los traslados desde el RAIS en la última década ha incrementado el pago de pensiones, intensificando la presión sobre el gasto público.

Por último, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) es una presión adicional en el gasto de $10,7 billones (0,6% del PIB) para 2025. Este déficit acumuló cerca de $80 billones entre 2021 y 2025, alcanzando un máximo de $26,3 billones en 2023, en contraste con el balance neutro observado antes de la pandemia.