Esfuerzo fiscal para frenar impacto del covid-19 en A. Latina | El Nuevo Siglo
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Jueves, 14 de Mayo de 2020
Redacción Economía
Colombia como otros países, ha tenido que recurrir a gastos e inversiones imprevistas, a empréstitos con la banca multilateral y otras medidas para atender la peor emergencia sanitaria de su historia

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La invasión del coronavirus en el mundo, no solo tomó a casi todos los países por sorpresa, sino que muchos de ellos afrontaban una situación económica complica como es el caso de las  naciones de América Latina.

Con altos déficit fiscales y alta dependencia de la deuda externa, Colombia no fue la excepción a esa situación, pero con un colchón que no tenían otros. El fuerte crecimiento del 2019 de 3,3% se iba a prolongar e incrementar hasta los niveles de 4% o 4,5%, de acuerdo con los analistas. Puede decirse que la economía del país iba bien, con un panorama de acortar los déficits, pero luego todo se descuadernó como a los otros países de la región. Pero ya con este panorama incierto en que están las economías, lo importante es su reacción y la manera como han afrontado este problema sin precedentes.

Colombia y los países de América Latina y el Caribe han tomado rápidas e importantes medidas para responder a la etapa inicial de la crisis mediante la adopción de conjuntos amplios de políticas económicas para mitigar sus efectos sociales y económicos. Esas medidas se enfocan en incrementar la disponibilidad de recursos públicos para el sector de la salud, proteger a los hogares -especialmente los más vulnerables-, proteger la capacidad productiva y el empleo, evitar una crisis de liquidez y evitar el colapso del sistema económico.

 

Esfuerzos

Sin duda, la magnitud de los esfuerzos en política fiscal es mayor a los impulsos aplicados durante la crisis financiera mundial. Algunos casos destacan en la región; por ejemplo, el Perú ha anunciado medidas cuyo costo representa poco más del 7% del PIB y son complementadas por garantías estatales de crédito que llegan a un 4% del PIB, al tiempo que Chile ha anunciado acciones por montos equivalente al 5,5% del PIB, además de garantías estatales para créditos que podrían llegar hasta el 10% del PIB.

En ese sentido, la reacción inicial de Colombia fue hacer uso de $9,8 billones, casi 0,8% del PIB  para irlo extendiendo paulatinamente a 1,4% pero se cree que puede llegar a 4,5% del PIB en los próximos días de concretarse otros alivios para empresas, hogares y empleados.

Inicialmente los países han tomado acciones para liberar recursos rápidamente a través del uso generalizado de reasignaciones presupuestarias para fortalecer sistemas de salud y ampliar las redes de protección social con transferencias que permitan compensar las pérdidas de ingresos de los empleados formales e informales. Estos esfuerzos a menudo han sido acompañados de medidas de alivio tributario para reducir la presión sobre el flujo de caja de las empresas. Adicionalmente, se han extendido garantías de crédito para asegurar que empresas, particularmente las pequeñas y medianas, tengan acceso a liquidez sujeto a que mantengan sus niveles de empleo.

Por su parte, las autoridades monetarias han tomado medidas para expandir la liquidez, recurriendo al uso de sus instrumentos “tradicionales” y han bajado las tasas de política monetaria y las tasas de encaje legal bancario.

Asimismo, han anunciado la creación de líneas de asistencia para las instituciones financieras, especialmente a través de los mercados de corto plazo, para evitar situaciones de descalce e impedir que situaciones de iliquidez se transformen en situaciones de insolvencia. También se han intensificado las intervenciones en el mercado cambiario, no para revertir las depreciaciones que se han dado, sino para atenuar la volatilidad.

Las medidas de estímulo fiscal ante la crisis humanitaria y económica resultarán en un aumento considerable de los déficits fiscales y los niveles de deuda de muchos países. Por ello es necesario renovar los pactos fiscales en muchos países de la región para enfrentar futuros ajustes y minimizar los riesgos financieros, a pesar de tener encima la  lupa de las calificadoras que siguen bajándole la nota a los países.

 

Políticas

Los paquetes fiscales anunciados en la región son la primera respuesta al impacto socioeconómico de la pandemia. Se requerirán esfuerzos adicionales en la medida que aumente la magnitud de la crisis. Por lo tanto, es necesario expandir el espacio fiscal, lo que requiere acceder a condiciones de financiamiento favorables.

Un número cada vez mayor de países de la región ha solicitado financiamiento de emergencia a las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), (a Colombia ya le aprobaron $10.800 millones), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), las que han ampliado el acceso al crédito a los países miembros.

Pero también, la condonación y el alivio del servicio de la deuda, incluido a los países de ingresos medios de la región que lo requieran, aumentaría significativamente su espacio fiscal. Las economías altamente endeudadas deben beneficiarse de alivios oficiales de la deuda o de suspensiones generosas de sus obligaciones, así como de reestructuraciones de deuda. Como lo explica la Cepal y otros organismos, es imperioso abordar la problemática de la deuda, es urgente y debe ser liderada por acreedores oficiales para luego atraer a acreedores privados.

Recomiendan, asimismo los expertos, establecer otras medidas para ampliar el espacio fiscal y mejorar las condiciones de acceso al financiamiento con la revisión de las leyes de responsabilidad y reglas fiscales procíclicas -que solo se enfocan en el gasto y no en los ingresos- y lograr que las agencias calificadoras consideren en sus metodologías de evaluación de riesgo que el deterioro en las posiciones fiscales de los países para enfrentar la crisis es extraordinario y temporal.