
Como sucedió en 2024, el Gobierno insiste en proyectar un recaudo tributario sobre supuestos económicos que no se cumplen. Precisamente para este año, en el plan financiero dado a conocer por el Ministerio de Hacienda, un análisis de Fedesarrollo señala que “el Gobierno continuó proyectando el recaudo tributario de 2024 y 2025 sobre una base inflada, sin considerar el ajuste en la dinámica económica”.
Además, las proyecciones recientes de recaudo se han basado en supuestos optimistas, lo que ha llevado a ajustes en el presupuesto de 2024 y exigirá un recorte adicional de al menos $28 billones en 2025.
Señala el informe, que “en el presupuesto de 2024, se estimó un crecimiento anual del recaudo tributario de 19,7%, lo que llevaría el recaudo a $314,9 billones (18,7% del PIB). Sin embargo, debido al desajuste entre las proyecciones y la capacidad real de recaudo de la economía, meses después, el plan financiero redujo la estimación a $290,3 billones. Posteriormente, en el marco fiscal, la meta se ajustó aún más a la baja en $31,7 billones, hasta $258,6 billones”.
Al cierre del año, el recaudo efectivo fue de $244,6 billones, una cifra alineada con la tendencia histórica previa a la pandemia ($244 billones), pero significativamente inferior a las proyecciones oficiales: $46 billones por debajo de la meta del plan financiero y $14 billones por debajo de la meta ajustada en el marco fiscal.
Altas proyecciones
En este mismo sentido, considerando las altas bases de proyección de los ingresos tributarios del Gobierno, para 2025 la actualización del plan financiero establece una meta de recaudo de $299,8 billones, $39 billones por encima de lo estimado con base en el crecimiento esperado del PIB nominal ($261 billones).
“No obstante, nuestros cálculos indican un faltante de $28 billones, porque las reformas de 2021 y 2022 habrían generado un aumento permanente del recaudo del orden de $18 billones (1% del PIB), aumento que no se reflejó en 2024, producto de los anticipos de renta hechos en 2023”, sostienen los analistas del centro de pensamiento.
En su lupa al manejo tributario, indican que desde 2023, la proyección del Gobierno y la proyección asociada al crecimiento económico se separan de forma permanente. Para 2023, el Gobierno estableció una meta de ingresos tributarios en el marco fiscal de $274,2 billones (17,4% del PIB).
Esta proyección representaba un incremento de 29,4% ($62,2 billones) respecto al recaudo de 2022, que fue de $211,9 billones (14,4% del PIB), marcando el aumento nominal más alto de los últimos años. No obstante, el recaudo efectivo en 2023 se ubicó en $263,2 billones (16,7% del PIB), quedando $35,7 billones por encima la estimación derivada del crecimiento tendencial ($227,5 billones), pero $11 billones por debajo de la meta del marco fiscal.
Aun así, debido a la entrada en vigencia de la reforma tributaria de 2022, y el anticipo de retenciones y autorretenciones de personas jurídicas (1,0% del PIB), el incremento en el recaudo frente a 2022 fue notable, con una diferencia de $51,2 billones (2,3% del PIB), consolidando un nivel de ingresos sin precedentes y estableciendo una base de comparación alta para la proyección de recaudo de los próximos años.
Demanda agregada
Sin embargo, esto fue parcialmente contrarrestado por la caída del recaudo externo (-0,7%), debido a la reducción de importaciones producto de la reducción en la demanda agregada.
Aseguran los investigadores, que, desde la pandemia, Colombia ha experimentado un deterioro estructural en su balance fiscal, impulsado por un aumento permanente del gasto primario. Para 2025, este gasto será un 4,0% del PIB superior al escenario tendencial, mientras que los ingresos tributarios solo superarían dicho escenario en 1,0% del PIB, según las estimaciones de Fedesarrollo.
La disminución de los ingresos tributarios en 2024 no fue completamente transitoria. Las proyecciones oficiales de recaudo para los años recientes se han calculado con base en el nivel de ingresos de 2023, un año atípicamente alto.
Consideran los expertos que, a partir de 2026, será crucial reconocer la menor base de recaudo y ajustar las proyecciones de gasto a niveles compatibles con esta nueva realidad fiscal.