
MIENTRAS EN el mundo la industria del agua embotellada tiene un mercado de US $600 billones en 2023, en Colombia también son positivas sus ventas, al alcanzar US $2.222,8 millones.
Asimismo, se espera que para 2030 esta cifra crezca en el país hasta los US $3.335,8 millones, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 8,3%. El consumo per cápita superó los 1.117 millones de litros, reflejando la preferencia por opciones saludables, prácticas y seguras. Factores como la urbanización, el estilo de vida acelerado y la preocupación por la calidad del agua potable han impulsado este crecimiento sostenido en el país.
De acuerdo con Luis Carlos Chacón, estratega en innovación empresarial, “el crecimiento de la industria de agua embotellada en Colombia y en el mundo responde a la mayor conciencia que tienen las personas sobre su bienestar. Hoy, los consumidores son más exigentes; se interesan por los minerales del agua, cuánto necesitan y cómo la hidratación impacta en su salud. Además, a medida que un país avanza en términos de desarrollo económico, sus consumidores tienden a buscar opciones más sofisticadas en productos que antes eran básicos”.
Esto se refleja en la diversificación de la oferta, con marcas que incluyen aguas alcalinas, con electrolitos y minerales específicos para diferentes necesidades. Mientras tanto, en mercados en desarrollo como el colombiano, se observa un crecimiento tanto en la gama básica como en la premium, adaptándose a la diversidad de públicos.
A pesar de las oportunidades de crecimiento, la industria enfrenta desafíos significativos. La sostenibilidad es, sin duda, uno de los mayores retos, especialmente por el impacto ambiental asociado con la producción y el desecho de envases plásticos. En Colombia, si bien se ha evidenciado una disminución en el uso de botellas plásticas, la adopción de materiales reciclables o biodegradables avanza a un ritmo más lento de lo esperado.
Por otro lado, el acceso equitativo a productos de calidad sigue siendo un desafío, especialmente en zonas rurales y comunidades vulnerables, donde la logística y los costos elevan los precios de estos productos básicos.
“El reto para las empresas no solo está en satisfacer la demanda actual, sino en ser responsables con el medio ambiente y la sociedad. El consumidor de hoy valora tanto la calidad del producto como las prácticas sostenibles”, sostiene Chacón.