LOS PAÍSES de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores asociados debatirán la próxima semana si mantienen su política de limitar la oferta de petróleo, en un contexto complejo de tensiones entre Estados Unidos e Irán y de frágil consumo mundial.
Los ministros de los 14 miembros de la OPEP, y sus socios -liderados por Rusia- se reúnen el lunes y martes en Viena. La OPEP y sus aliados (OPEP+) habían acordado a principios de diciembre reducir su oferta global en 1,2 millones de barriles diarios (mbd), para estimular las cotizaciones del crudo.
La estrategia ha dado resultados y el precio del barril de petróleo se disparó un 30% en el primer trimestre del año, aunque luego se moderó.
Las tensiones del Golfo -con los ataques a barcos petroleros atribuidos a Teherán, o el derribo por Irán de un dron estadounidense- elevaban este viernes el precio del Brent a 66 dólares el barril.
“Esta escalada ha avivado los temores de una perturbación de la oferta petrolera”, observa Caroline Bain, analista de Capital Economics.
Precios
Sin embargo, los precios no se han disparado, porque las reservas mundiales de crudo son altas y porque Estados Unidos -primer país productor- es “capaz de elevar rápidamente su oferta”, igual que la OPEP, que tiene amplias capacidades de producción no utilizadas.
Sobre todo, “los riesgos geopolíticos están parcialmente eclipsados por la guerra comercial China - Estados Unidos”, que frena el crecimiento económico mundial, y en consecuencia ralentiza la demanda energética, explica Tamas Varga, de PVM.
La propia Agencia Internacional de Energía (AIE) ya ha reducido últimamente dos veces su previsión de crecimiento de la demanda mundial de crudo para 2019, ahora rebajada a 1,2 mbd. Todo ello frena el alza de las cotizaciones.
Reticencias rusas
Otro factor clave es la producción estadounidense de petróleo de esquisto, que no deja de aumentar, elevando la oferta disponible.
Según la AIE, la producción de la OPEP+ ha caído 1,5 mbd en mayo respecto a mayo de 2018, mientras que la oferta de países No OPEP, impulsada por Estados Unidos, aumentó 2,1 mbd.
Entre tanta oferta y tan frágil demanda, la OPEP y sus aliados -que producen la mitad del petróleo mundial- seguramente prorrogarán el martes en Viena su política de reducir la producción, según los expertos.
Con precios en torno a los 60 dólares el barril, pese a las tensiones geopolíticas, “un statu quo parece la solución más simple”, pese a las reticencias de Rusia, segundo productor mundial, explicó a la AFP Giovanni Staunovo, de UBS.
“Las empresas petroleras rusas preferirían producir al máximo para rentabilizar sus inversiones, pero la decisión se toma en el Kremlin” indicó.
Asimismo explicó que “para el presidente Vladimir Putin, el acuerdo tiene como objetivo reforzar la influencia rusa en Medio Oriente”.
Y para obtener este objetivo diplomático, “una reducción de 300.000 barriles diarios, es un precio bajo”, confirmó Bjarne Schieldrop, analista de SEB, que destaca no obstante el desacuerdo entre Rusia y Arabia Saudita sobre la cotización deseada del petróleo.
“Rusia está feliz con un crudo a 60-65 dólares”, asegura, mientras que el presupuesto de Arabia Saudita justificaría una cotización en torno a los 85 dólares.
La reunión de Viena se producirá justo después de la cumbre del G20 de Osaka, donde los dirigentes ruso y saudí podrían ponerse de acuerdo sobre una posición común.
Relativo respeto
Aunque Rusia ha respetado de forma muy relativa las bajas de producción decididas (a 36% en febrero, 77% en abril...), Arabia Saudita no se lo tendrá demasiado en cuenta, opina Joseph McMonigle, del gabinete Hedgeye: “Los saudíes consideran que la participación de Rusia en la OPEP+ es crucial para tranquilizar a los mercados”.
En fin, la OPEP+ vigilará por otra parte un posible acuerdo comercial entre Pekín y Washington en el G20, lo que podría reactivar la maquinaria económica mundial.