Tras haber firmado el acuerdo de compra de tierras entre el Gobierno Nacional, por parte del presidente Gustavo Petro, con la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), la ministra de Agricultura, Cecilia López, salió a aclarar algunos de los puntos de este acuerdo y cómo se implementará dentro de la reforma agraria que ya está en marcha.

A través de su cuenta de Twitter, López enumeró los puntos esenciales para entender qué se viene ahora.

La ministra explicó que “la Agencia Nacional de Tierras (ANT) tiene un registro importante y bien hecho, de 6 millones de predios despojados y podemos cruzar datos con UARIV y otras entidades para verificar datos. El Ministerio está contratando un equipo de litigantes experto en propiedad, despojo y tenencia de tierra para revisar cada oferta”.

Según López, "la Unidad de Producción Agraria (UPRA) tiene los mapas de uso del suelo perfectamente definidos y con ello se sabe qué es fértil y qué no. La UPRA verificará cada hectárea”.

Según la jefa de la cartera agropecuaria, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi C también verificará esa fertilidad. Se harán pilotos de catastro multipropósito, “porque va muy lento, a cada oferta de tierra para definir un mínimo y máximo posible valor de compra y sobre ello se negociará”, explicó López.

La ministra aclaró que aún “no se ha comprado nada”. Añadió que “la tierra no se pagará en efectivo, “ni se comprará toda de un solo viaje, ni al mismo tiempo. Estimo que serán máximo 500 mil hectáreas al año.  Estamos ultimando ese esquema y se los cuento apenas lo tengamos bien estructurado”.

Decisiones

Asimismo, la ministra dijo que “yo personalmente tomaré la última decisión sobre la compra, si se puede hacer o no, y lo que sí les prometo ya es que, con cualquier semblanza de duda sobre la legalidad de la propiedad descartaré la compra sin pensarlo dos veces”.

Señaló que “ya existe un registro de campesinos que deben recibir tierra o por restitución, o por baldíos o por compra. Comenzaremos con ellos. Una vez se designe su tierra, la Agencia de Desarrollo Rural entrará a ayudarlos con lo que necesiten”.

Explicó que aún hay cosas que no se tienen totalmente definidas, “porque la reforma agraria se nos aceleró un tris y llevamos 60 días: vías terciarias, mecanismos de mercadeo y otras, pero tenemos un poco de tiempo porque el proceso de compra y asignación no es mañana ni pasado”.

“Finalmente, también les prometo irles contando a medida que definamos puntos y resolvamos líos, porque sabemos que los vamos a tener, pero esto será totalmente transparente”, señaló.

López puntualizó y dijo que “Presidencia será quien primero monte el acuerdo firmado. Luego el ministerio. La tierra es para campesinos, afrodescendientes e indígenas. Se deben hacer ajustes de ley para asegurar la prioridad para mujeres. La tierra entregada tendrá condiciones de reventa que aún estudiamos. Les contaré”.

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Pacto

Estas aclaraciones llegan luego de la firma que el presidente Petro calificó como un “pacto histórico”, el acuerdo entre el Gobierno Nacional y la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) que posibilitará la compraventa de 3 millones de hectáreas de tierras fértiles para entregar a los campesinos y avanzar en la reforma agraria integral”.

El jefe de Estado afirmó: “Se firmó un pacto. Es un pacto que a mí me parece histórico porque, ni más ni menos, podría permitir hacer la reforma agraria en Colombia. Es la decisión libre de los poseedores de tierra, dedicados a las ganaderías extensivas, de vender una parte de tierras fértiles que tienen un mejor uso en el mundo agropecuario, para ser entregadas a los campesinos y campesinas de Colombia”.

El mandatario anunció que a partir de este acuerdo “empieza un trabajo conjunto entre Fedegán y el Ministerio de Agricultura”, donde “indudablemente lo más difícil es conseguir los dineros para que a un ritmo de unas 500 mil hectáreas anuales pudiéramos avanzar y, fundamentalmente, para que exista una especie de ‘combo’, de conjunto de aplicaciones sobre la tierra que se vende”.

En otras declaraciones a los medios, el presidente sostuvo que “llevamos décadas donde el origen de la violencia es la absurda y concentrada tenencia de la tierra en Colombia”, por lo que “no solucionar el problema fundamental que genera la violencia es prácticamente conminar, ahí sí, al país a carencias, a pobrezas, a falta de progresos y a la muerte de muchos de sus integrantes”.