Si bien la eliminación prematura de los ceros tiene importantes implicaciones tecnológicas y operativas en todas las empresas y organizaciones jurídicas del país, en el caso particular del sistema bancario el desafío se hace aún mayor, en la medida en que debe liderar con solidez buena parte de su implementación a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
Según la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria, "En Asobancaria hemos concluido que el momento para eliminar los tres ceros no es el adecuado. El país se encuentra inmerso en un proceso de implementación de una nueva familia de billetes, desde hace tres años, con un nivel de ejecución aún inferior al 30% y en plena coexistencia con la antigua familia de billetes", dijo el presidente del gremio, Santiago Castro.
Señaló que quitar los tres ceros al peso resulta costoso y poco práctico, debido al lapso de la transición que según el Banco la República podría ser hasta 2020, ya que es tiempo suficiente para que las organizaciones criminales legalicen sus ganancias mal habidas.
"No hay mejor camino que profundizar y acelerar en el corto plazo el proceso que se viene dando desde 2015, respecto a la implementación de la nueva familia de billetes. A pesar de los costos que implicaría la aceleración de la implementación al 100%, el sector bancario está dispuesto a apoyar esta alternativa, la cual lograría materializar los beneficios en materia de legalidad y legitimidad a un costo económico y social mucho menor", recalcó.
O también, señaló Castro, "puede hacerse mediante formatos de declaración diligenciados a través de los bancos comerciales que tendrán que validarse por la unidad de información y análisis financiero (UIAF).
El retiro de los tres ceros al peso, según el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, tendría un costo cercano a los 400 mil millones de pesos.
El gremio señala que con corte a febrero de 2018, aún el 72% de los billetes en circulación corresponden a la antigua familia. Esto se explica principalmente por todos los desafíos que se generan para todos los sensores del sistema por los cambios físicos en las características de los billetes.
Propuestas poco eficientes
Con la incorporación de la nueva familia de billetes en la economía que viene materializándose desde hace algunos años, el compromiso del sector financiero ha sido el mismo: garantizar una eficiente y correcta transición en medio de procesos de adaptación amigable y costo eficientes.
La reciente iniciativa de eliminar tres ceros, cuya motivación reposa en propósitos sin duda loables, ha generado un debate válido que debe conducir a análisis oportunos y precisos desde ópticas costo eficientes.
La banca, en este contexto, después de un análisis riguroso que pondera los costos y beneficios de las propuestas planteadas por la Fiscalía y el Gobierno, encuentra que las propuestas resultan ser poco eficientes -y costosas-, tanto por los desafíos operativos como culturales que incorporan.
Hoy por hoy, estamos en plena adopción de la presencia de la nueva familia de billetes, cuyo nivel de implementación aún es inferior al 30%. No hay, en este escenario, un camino más eficiente que el de acelerar la transición hacia la nueva denominación.
Culminar este proceso, en una coyuntura como la actual, resulta ser hoy no solo un imperativo sino, a la luz del debate actual, la medida más efectiva para visibilizar dineros ilegales y garantizar la simplicidad y robustez de nuestro ecosistema transaccional. Un proceso que, con el acompañamiento del Gobierno, el sector bancario está dispuesto a acelerar y dinamizar.