A RAÍZ de la crisis del mar Rojo, entre enero y abril los fletes marítimos se empezaron a reducir; no obstante, en mayo y julio estos aumentaron nuevamente, ubicándose en promedio por encima de los 5.900 dólares, una tarifa 315% más que las tarifas de 2019 (prepandemia).
Ya en cuanto a lo que viene en los próximos meses, la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) comunicó que, en el corto plazo, se espera que en las próximas semanas las tarifas sigan en niveles altos.
“En el corto plazo, se espera que en las próximas semanas las tarifas sigan en niveles altos debido a problemas de congestión en puertos asiáticos (debido a mantenimientos y problemas de espacio), pues el aumento de la demanda ha creado una gran congestión en estos orígenes y falta de buques vacíos, como consecuencia del crecimiento en sectores de bienes de consumo, como el manufacturero o el automotriz”, le indicó Javier Díaz, presidente de la asociación a EL NUEVO SIGLO.
A lo anterior se suman los recargos por temporada alta que entraron en vigor el primero de julio para todos aquellos envíos originados en Oceanía hacia el resto del mundo. Así como, la llegada de temporada de huracanes, que se espera se extienda hasta octubre o noviembre de este año y puedan intensificar las distorsiones en el transporte marítimo.
Todas estas coyunturas han hecho que las navieras se encuentren en un proceso de balancear la oferta de su flota y la demanda existente, por lo que se espera que en las próximas semanas las tarifas puedan sostenerse en los niveles actuales.
En cuanto a los demás agentes de la cadena de comercio exterior, estos se están anticipando en la toma de decisiones para reducir el riesgo en caso de que sigan subiendo los fletes. En Colombia, se espera que el tercer trimestre de 2024 tenga un gran movimiento de carga. Ante esto, los analistas consultados por la asociación recomiendan a las empresas tener una minuciosa planificación de su cadena de suministro, que brinde claridad sobre lo que efectivamente van a transportar, ya que la demanda sostenida, la persistencia de cuellos de botella y la inestabilidad geopolítica mantendrán gran presión sobre los precios al menos hasta que se empiecen a relajar las tarifas a medida que los transportistas agreguen capacidad y restablezcan horarios. Así las cosas, el futuro del transporte marítimo dependerá en gran medida de variables como el final de la temporada alta, los eventos climáticos, la entrega continua de nuevos buques y el potencial desenlace de los diferentes conflictos geopolíticos que se han venido gestando en múltiples latitudes.
¿Qué pasó en el primer semestre?
Al hablar de por qué se dio el aumento, según analistas consultados por Analdex, en el segundo trimestre aumenta la demanda de transporte, puesto que es un periodo del año de aprovisionamiento, lo que reduce la oferta de buques debido a una capacidad general del mercado totalmente empleada.
Asimismo, los expertos indican que, el aumento de los fletes en la región también se debe a un efecto de relocalización que se está gestando en México: el país ha recibido un número creciente de empresas que buscan iniciar producción local, proceso conocido como relocalización o nearshoring. En este sentido, el aumento de la carga en los puertos mexicanos para manufacturar y enviar al mercado estadounidense sin impuesto arancelario ha desviado una parte importante de los buques hacia la región, reflejado en un aumento de 60% mensual a junio en las importaciones provenientes de China hacia México.
En este orden de ideas, a diferencia del choque vivido durante la pandemia por COVID-19, ahora lo que ha inundado los puertos son los horarios de los barcos que se han visto retrasados por tomar rutas más largas debido a las coyunturas mencionadas anteriormente. Según la Autoridad Marítima de Singapur (MPA, por sus siglas en inglés), país que cuenta con uno de los puertos de transbordo más grandes del mundo, el tiempo medio de espera para atracar un buque portacontenedores era de dos a tres días, pero los retrasos en los últimos meses se han elevado hasta una semana.
Múltiples sectores se empiezan a preparar para la época de fin de año.