Perspectiva. La mujer que inventa productos con los alimentos | El Nuevo Siglo
Foto 1 LA INVESTIGADORA María Ximena Quintanilla, profesora titular de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la Sabana, aporta también sus conocimientos a Minciencias. / Unisabana
Sábado, 13 de Mayo de 2023
Redacción Economía

Uno de los grandes retos para el desarrollo científico del país es contar con mayor cantidad de mujeres investigadoras. María Ximena Quintanilla, profesora titular de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la Sabana e investigadora sénior en Minciencias, se posiciona como líder del listado de mujeres inventoras publicado por la Superintendencia de Industria y Comercio, gracias a un trabajo extenso en el que los alimentos son protagonistas.

Ella señala que “mi vida personal y académica comparte la pasión por lo que hago. Me encanta viajar, bucear y conocer otras formas de alimentación, ya que de esa manera todo el tiempo estoy pensando cómo podemos hacer mejores alimentos de manera asequible para todos”.

María Ximena realizó su doctorado en Ciencias en Alimentos en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional de México.

Su inspiración por investigar no surgió inesperadamente, sino que viene de la posibilidad de hacer nuevos materiales a partir de subproductos alimenticios, pero también de los profesores que fueron claves en inculcarle ese amor por la investigación.

Toda esta argumentación le ha permitido que hoy sus líneas de investigación estén enfocadas en el desarrollo de alimentos funcionales (aquellos que han sido elaborados añadiéndoles componentes biológicamente activos que cumplen una función específica y contribuyen a mejorar la salud de las personas. Por ejemplo, los yogures que ayudan a reducir el colesterol o los cereales enriquecidos con vitaminas y minerales), a partir de la micro y nanoencapsulación.

Precisiones

Sin embargo, más allá de ver su nombre en un listado, María Ximena afirma que si bien es importante tener en cuenta que dichas patentes significan un gran aporte para la industria de los alimentos, las personas y las mujeres, ella no es la única autora.

“En el mundo son muchos más los inventores hombres que en un año pueden obtener un número específico de patentes. Aquí, con este listado, yo creo que se quiere resaltar que también hay mujeres que somos inventoras creativas y que en un período corto hemos logrado la aprobación de varias patentes. A mí, en el 2022 me aprobaron cuatro patentes en las que no soy única autora, pero aparezco en las cuatro. Dentro de esa misma lista está Estefanía Aragón, con dos patentes de las cuales es coautora”.

Diseño exigente

Pero diseñar alimentos es una tarea ardua en medio de un mercado cada vez más exigente y dado a lo saludable. Por eso, Quintanilla es enfática en que es muy complejo poder hablar de alimentos saludables, porque son muy pocos los que realmente tienen pruebas de validación de lo que aportan en el cuerpo humano. En ese orden de ideas, su labor y la de quienes la suelen acompañar en sus investigaciones es ir un poco más allá de establecer fórmulas.



Modelos simulados

“A través de modelos simulados buscamos determinar que lo que se declara en un alimento, en una etiqueta de un compuesto en específico, sí tenga un efecto positivo en el cuerpo humano. El Invima cuando, por ejemplo, vamos a sacar una aclaración, pide que uno valide una información. Sin embargo, si un alimento tiene proteína, más allá de la cantidad la pregunta es: ¿cuánto de esa proteína es tomado por el cuerpo humano para que tenga un efecto positivo en la nutrición? Eso nadie lo hace y nosotros nos enfocamos en diseñar alimentos que sí tengan ese potencial evaluado en modelos simulados”, explica.

En ese sentido, explica la experta, a la hora de diseñar alimentos, siguen varios pasos que en palabras sencillas buscan determinar una necesidad, plantear una formulación con materiales de bajo costo para que la gente del común pueda adquirirlos y revisar qué tecnologías de alto impacto existen para lograr ese resultado y que sea posible replicarlo a nivel industrial.

Preocupaciones

Lo anterior también es una respuesta a dos factores importantes. Por un lado, a la incidencia del hombre sobre la naturaleza, que ha venido a afectar a la calidad de los alimentos y su origen netamente natural, y por el otro lado, a la cantidad de alimentos ultraprocesados y de baja calidad que tienen incidencia en la salud de las personas.

“El alimento, así como puede ser la mejor medicina, puede ser una enfermedad. Los índices de obesidad no son gratuitos, se incrementan significativamente año tras año. Eso se debe a lo que comemos. Además, lo que hace la obesidad en muchos casos es desencadenar otro tipo de enfermedades por todos los desórdenes metabólicos que se generan el cuerpo humano”, explica.

En ese sentido, los desafíos son constantes pues, como bien explica Quintanilla, en cuestiones de alimentación el diario vivir es clave. Eso significa que si bien la industria alimentaria es mucho más robusta que la de los laboratorios, la velocidad en la que se generan nuevas fórmulas es mayor. Por ello explica que el gran obstáculo radicaría en superar la barrera que muchas veces hace más difícil escalar y validar rápidamente el resultado de las pruebas para entender los efectos en la salud de esos alimentos que terminan en la mesa de los consumidores, pues a la hora de la verdad, “si nosotros queremos ser responsables con los alimentos que diseñamos, tenemos que comprometernos más allá de la etiqueta”, finaliza.