LA SITUACIÓN dramática del sector de la vivienda en el país, con 4 meses seguidos de caer el PIB del sector, con más de 84.000 empleos perdidos este año y una disminución drástica en subsidios, puso sobre el tapete la crisis del sector.
Pese a que el Gobierno ha negado esta situación, en el proyecto presentado de Presupuesto General de la Nación para el próximo año, el Gobierno contempla un recorte cercano al 39% para la cartera de Vivienda y, puntualmente, una reducción del 18% en los recursos del Fonvivienda que maneja todo lo relacionados con los subsidios.
Ante esta situación, los recursos asignados a Fonvivienda solo permitirían garantizar 20.500 subsidios de los 50.000 prometidos por el Gobierno para 2025.
En el congreso de Camacol en Barranquilla, María Lorena Gutiérrez, presidenta del Grupo Aval, dijo en un conversatorio, que los cambios en la metodología de asignación de Mi Casa Ya “generaron incertidumbre” y los recortes para el año entrante son un problema.
“En el presupuesto de 2025 bajaron los subsidios y ya no hablamos de 50.000 subsidios (la meta anual del Gobierno). Ojalá tuviéramos más subsidios, son una inversión a largo plazo”, indicó la presidenta del Grupo Aval, quien agregó que menos subsidios significan “menos vivienda”.
Alternativas
En este sentido, en los últimos días han surgido alternativas, como la que hizo Asobancaria, que hizo cuatro propuestas para la reactivación.
Al dar a conocer esta iniciativa, el gremio dijo que, según el último Informe Trimestral de Vivienda, se reitera la importancia de revisar el Loan to Income (LTI) (préstamo a ingresos) para viviendas No VIS, aumentando su límite del 30% al 40%.
El LTI es un parámetro regulatorio que determina el porcentaje de ingresos que los hogares pueden destinar a la compra de vivienda nueva. Esta medida, en la que la Asociación ha insistido desde inicios de año, permitiría que más familias se conviertan en potenciales compradoras en este segmento.
Según el documento del gremio financiero, se enfatiza la importancia de mantener la cifra de subsidios del programa Mi Casa Ya (MCY) y de garantizar los recursos asociados: “Es pertinente que el Gobierno nacional ofrezca certeza, con vigencias futuras, de que hay recursos para mantener la asignación de 50.000 subsidios”.
En tercer lugar, la Asociación propone revivir el subsidio a la tasa de interés para viviendas de precio medio, conocido como Frech No VIS, programa que busca incentivar este segmento del mercado mediante el aporte de 42 salarios mínimos mensuales, distribuidos a lo largo de los primeros 7 años del crédito.
La cuarta propuesta de Asobancaria sugiere retomar un subsidio para la compra de vivienda No VIS que cumpla con estándares de sostenibilidad. El informe señala que anteriormente este apoyo se otorgó a través de la Ecobertura, un beneficio que establecía requisitos técnicos para promover proyectos de vivienda sostenible. Con la Ecobertura, el subsidio era de hasta 52 salarios mínimos mensuales, distribuidos en los primeros siete años del crédito hipotecario.
Dinamizar al sector
El informe subraya que la reactivación del sector también se impulse desde las regiones, trabajando de manera articulada con los gobiernos locales. “Con estas propuestas podemos garantizar que el enfoque de la política de vivienda sea integral, que dinamice el sector desde diferentes frentes, que se articule tanto con el Gobierno nacional como con los gobiernos territoriales y que, a través del trabajo en equipo con distintos sectores, permita que más familias cumplan su sueño de ser propietarias”, concluye el documento.
En su intervención en el evento de Camacol, el presidente de Davivienda, Javier Suárez, expresó su preocupación respecto a la reciente decisión del Gobierno de reducir los subsidios de vivienda para el año 2025.
El directivo dijo que esta medida tendrá un impacto negativo en la economía del país. Destacó que, en medio de una situación fiscal complicada, es crucial que el Gobierno priorice el gasto en subsidios de vivienda.
“En momentos de restricción donde el Gobierno y el país ponen sus recursos, debería ser donde más impacto tienen”, afirmó Suárez. Subrayó que el sector de la construcción es uno de los más efectivos en términos de multiplicador económico, sugiriendo que un esfuerzo adicional en subsidios podría tener un impacto significativo en comparación con otras alternativas.
Suárez también enfatizó la importancia del sector de la construcción para la generación de trabajo en Colombia. “La dinámica del sector tiene un impacto muy importante sobre el empleo”, indicó. En este sentido, expresó su esperanza de que el Gobierno haga un esfuerzo por mantener los niveles actuales de subsidios para preservar la tendencia positiva en el sector.
Grandes desafíos
Por su parte, en Barranquilla, el anfitrión del congreso, Guillermo Herrera, dijo que “es el momento de hablar de los grandes desafíos que enfrenta el sector, y especialmente de la política de vivienda que aún no logra contrarrestar el deterioro que ha experimentado desde el 2023”.
Recordó que hace un año, durante el congreso, el Gobierno hizo al menos 18 anuncios diferentes para el desarrollo de la política de vivienda, pero no hay certidumbre, por ejemplo, con la asignación de 50.000 subsidios anuales de Mi Casa Ya. También se anunció la preasignación de subsidios de este programa, que se limitó a la vivienda de interés prioritaria (VIP), la radicación de una ley para habilitación excepcional de suelo para el desarrollo de proyectos de VIS y, en conjunto, la implementación de un plan de reactivación para el sector.
Según el presidente de Camacol, “llevamos doce meses conversando con el Gobierno, presentando observaciones y propuestas para esa reactivación, y revertir las cifras de desempleo”.
Las ventas
Por ejemplo, en los últimos doce meses las ventas de vivienda cayeron 7,6% frente al 2023 y 43,7% respecto al 2022, y las iniciaciones también disminuyeron 23,1% en el mismo periodo. “Al caer el área en proceso cae el empleo de la construcción, que acumuló cuatro meses consecutivos en terreno negativo. En agosto se perdieron 84.000 empleos, de los cuales 79.000 correspondieron a la construcción de edificaciones y 47.000, a obreros, oficiales y operarios”, reveló Herrera.
Agregó que para mitigar la situación del sector se han impulsado acciones como el Pacto por el Crédito que, reconoció Herrera, aporta, pero depende de varios factores, entre ellos, que las tasas se mantengan bajas (algo que está chuleado). “El pacto se puede cumplir en la medida que se mantenga la asignación de 50.000 subsidios anuales como se planteaba en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). Reconozco el esfuerzo del ministerio, pero las proyecciones en desembolsos deben evaluarse”, enfatizó.
Futuro complicado
En medio de las cifras a la baja, el presidente de Camacol, Guillermo Herrera, destacó que en un escenario tan complicado como el actual, el sector ha mostrado su fortaleza, con dificultades que los empresarios han sorteado. “Tenemos 29 millones de metros cuadrados en construcción (22 millones en vivienda y 7 millones en destinos no residenciales). Además, contamos con una oferta de 167.000 viviendas, y de ellas 103.000 son VIS. Incluso, a pesar de todo, el sector emplea a 1,5 millones de colombianos (900.000 en el sector vivienda).
En conjunto, se apunta al desarrollo regional, en el que se prevé que “los gobiernos locales aportarán recursos por cerca de $1,7 billones en los próximos cuatro años, que permitirán movilizar inversiones en vivienda por más de $16,9 billones en sus territorios”.