Pobreza monetaria y extrema bajaron por generación de empleo | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE de Anif, Mauricio Santa María, dijo que el estudio “muestra cómo el nivel de empleo ya retornó a su tendencia de mediano plazo”./Archivo
Domingo, 14 de Mayo de 2023
Redacción Economía

Debido a que en 2022 el país entró a una normalización de la actividad económica y social, luego del impacto de la pandemia, tanto la pobreza monetaria como extrema bajaron frente a los indicadores del 2021.

En concreto, según el modelo construido por Anif, la pobreza monetaria en 2022 se situaría alrededor del 37.5% (39,3% en 2021) mientras las estimaciones para pobreza extrema muestran que podría estar alrededor del 11.5% (12,2% en 2021).

 El informe anota que el año pasado marcó un periodo hacia la normalización de la actividad económica y social, gracias al crecimiento de la economía y a la disminución del desempleo. La buena actividad productiva se reflejó en una buena dinámica del mercado de trabajo, evidente en la creación de cerca de 1.6 millones de empleos, lo que disminuyó 2.6 puntos porcentuales la tasa de desempleo, que pasó de 13.8% en 2021 a 11.2% en 2022.

“Sin duda, esta situación pone al mercado laboral en una situación muy similar a la de 2019 y muestra cómo el nivel de empleo ya retornó a su tendencia de mediano plazo”, dice Mauricio Santa María, presidente de Anif.

Para el estudio, el centro de pensamiento construyó un modelo de microsimulación que permite obtener estimaciones aproximadas del porcentaje de pobreza y pobreza extrema en 2022, considerando factores como los cambios en el empleo y los salarios, así como las variaciones en los precios. De esta manera, se pueden obtener cifras que dan una idea hacia donde pueden ubicarse estos indicadores.

Las cifras

Los resultados indican que aproximadamente 18.9 millones de colombianos se encuentran en situación de pobreza en 2022, lo que significa una reducción de 691 mil personas en comparación con 2021.

En cuanto a la pobreza extrema, las estimaciones muestran que podrá estar alrededor del 11.5% en 2022, con un intervalo entre 10.8% y 12.3%. Lo que quiere decir que cerca de 5.8 millones de personas (290 mil menos que en 2021) estarían viviendo con menos de $161.000 al mes.

El estudio advierte que se debe tener en cuenta que el panorama se torna más incierto con la actualización del marco muestral de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) por parte del Dane. La modificación se realizó para hacerlo compatible con el Censo de 2018. Se estableció un nuevo criterio para la población en edad de trabajar (15 años o más), se incorporaron nuevas ciudades y se realizaron otros cambios que podrían tener un impacto en el conteo de la población pobre. No obstante, todavía no se sabe si estos cambios jugarán a favor o en contra de la medición de la pobreza.

Desafío persistente

El estudio de Anif también muestra un contexto general del país. De este punto, se destaca que durante el periodo analizado (2013-2021), los desocupados enfrentaron en promedio un 78.3% más probabilidades de estar en pobreza, frente a los ocupados, y lo preocupante es que esta relación (probabilidad) ha ido creciendo a lo largo de todo el período analizado, lo que indica que el desempleo conduce cada vez más al deterioro de las condiciones de vida de los colombianos.

“Eso muestra la importancia de una política pública que se enfoque en generar empleo. Por eso es muy preocupante la propuesta de reforma laboral presentada por el Gobierno, que busca unas mejores condiciones para la población que ya tiene empleo, pero que, al mismo tiempo, desincentiva la creación de nuevos puestos de trabajo. Si bien son necesarias unas mejores condiciones laborales, se debe hacer un balance entre estás y los incentivos que necesita el sector productivo para generar más ocupación”, dice Santa María.



Dinámica

Destaca el informe, que en 2020 la buena dinámica que llevaban los indicadores de pobreza hasta 2018, tuvieron un quiebre en 2019, que se aceleró en 2020 por la pandemia. La pobreza se incrementó 6.8% pasando de 35.7% en 2019 a 42.5% en 2020. Esto equivale a cerca de 3.5 millones de personas pobres adicionales.

En este mismo sentido, la pobreza extrema se incrementó 5.5% al pasar de 9.6% en 2019 a 15.1% en 2020. En pobreza extrema cayeron 2.7 millones de colombianos adicionales.

Posteriormente en 2021 se recuperó parte de lo perdido por la pandemia. Las medidas gubernamentales de apoyo económico y la reactivación de diversos sectores de la economía contribuyeron a la disminución de la pobreza en el país.

No obstante, el estudio advierte sobre tres elementos que pueden ejercer un efecto contrario en la caída esperada de la pobreza: la mayor formalización y creación de empleo asalariado, junto con una menor dinámica del empleo por cuenta propia, es una buena noticia en general, pero parece ser que este hecho no favoreció la creación de empleo en los segmentos más pobres de la población.

De tal manera, es muy probable que la generación de empleo de la población vulnerable, donde mayormente se concentra el empleo de cuenta propia, no haya sido suficiente para dinamizar la generación de ingresos de los hogares pobres, y así la tasa de pobreza no disminuya proporcionalmente a la buena generación del empleo total observada en 2022.

La inflación

Se evidenció un fenómeno de precios relativos que tiene su origen en la inflación. Los más pobres enfrentaron los mayores niveles de inflación, con una variación anual del 14.9%, y los vulnerables, 14.8% en 2022. Estos son niveles más altos que la inflación promedio (13.1%) y que la de los hogares con mayores ingresos (11.5%). Esto hace que, para las familias pobres, el valor de la canasta de alimentos haya crecido más que sus ingresos, lo que dificulta su acceso a los bienes básicos y agrava la situación.

Y por último en 2022, las trasferencias monetarias a las familias presentaron una disminución en el volumen, frente al 2021. Dado que estos recursos representan casi 4 puntos porcentuales de la pobreza, su caída puede incrementarla.

El impacto de las transferencias

En relación a las transferencias monetarias a las familias, se observó una disminución en su volumen total durante el año 2022 en comparación con el año anterior. Este es un dato relevante, ya que estos recursos representan casi 4 puntos porcentuales de disminución de la pobreza.

El análisis presentado muestra que, a pesar de los buenos resultados en materia de generación de empleo durante 2022, existen diferentes elementos que introducen incertidumbre al pronóstico del porcentaje de personas en pobreza y pobreza extrema, relacionados con el hecho que el empleo que se generó fue en su mayor porcentaje de trabajo asalariado y menos de cuenta propia, esto podría beneficiar más a personas de hogares no pobres. De otro lado, la mayor inflación para los hogares vulnerables genera un efecto precio que va en contra de la superación de la línea de pobreza. Así mismo, las trasferencias monetarias a las familias tuvieron una disminución frente al 2021, y estos recursos son muy importantes para complementar los ingresos de los hogares. Así que, su caída puede incrementar el indicador de pobreza. Finalmente, los cambios introducidos por el DANE a la GEIH pueden ser una fuente de ruido adicional que es necesario tener en cuenta. De tal manera que, solo la publicación de los datos oficiales por parte de DANE resolverá las dudas planteadas, por lo que es importante que dichos resultados se divulguen muy pronto, dada la importancia de este indicador para evaluar el desempeño de la economía y de las políticas públicas.